En el duelo de todo un pueblo que llora la muerte de su ídolo como lo ha sido el cantautor Juan Gabriel para millones de mexicanos y de gente de todo el mundo que se ha consternado por su repentino fallecimiento el pasado domingo.

En pleno inicio de una gira de conciertos por Estados Unidos que culminaría en el mes de noviembre en su país, no han faltado los osados que en aras de sentirse intelectuales de sangre azul ofenden la memoria de Juan Gabriel, quien ya no puede defenderse, pero lo más grave es que también ofenden a la dignidad y al dolor de todo un pueblo que se ha consternado por su súbita e inesperada partida.

Los que con una pluma y por tener un foro se sienten por encima de los millones de seres humanos que lloran la muerte de Juan Gabriel, han demostrado ignorancia, insensibilidad con la gente y mucho odio en contra de quien ha sido un referente por más de 45 años en el mundo del espectáculo y de la cultura popular mexicana con las letras y la música de sus cientos de canciones que llenaron las audio-tecas de de radiodifusora y videotecas de los canales de televisión públicos y privados, además de quienes han disfrutado de los más de cien millones de discos vendidos a lo largo de su vida artística.

Los que se molestan por el dolor de todo un pueblo, son personajes que dicen ser intelectuales y personas preparadas como Nicolás Alvarado, director de TV UNAM, que han criticado al divo de Juárez en pleno momento del dolor de millones de personas que han sentido pena por su muerte.

Los desafortunados comentarios de Alvarado en contra de Juan Gabriel, de inmediato han tenido la respuesta acalorada y molesta de una gran parte de los fans del cantautor a través de las redes sociales del ciberespacio, porque se significó con el pueblo por emerger de una clase social humilde y se caracterizó por ser parte de la cultura del esfuerzo. Y sufrir como victima los acosos de un sistema injusto con los pobres, que son mayoría en esta nación.

La sensación de personajes como Nicolás Alvarado, es que no se atreven a salir del closet aun y se resisten a reconocer lo que en palabras diría Juan Gabriel, sobre lo obvio, “lo que se ve no se pregunta”. Y viven traumados, enfermos de odio.

Lo menos que puede causar está abierta provocación popular en un momento de dolor popular ante millones de seguidores del cantante Juan Gabriel, es el rechazo abierto que el “intelectual” que utiliza lentes como los de Elton John y se viste de colores llamativos muy al estilo de Juan Gabriel, y ofende a su memoria y a su público, es que está muy traumado.

Además de una abierta provocación a la generalidad de un país, es una demostración de que es un “servidor público”, que no está capacitado para operar el canal de la máxima casa de estudios en el país, que dice que Por su Raza Hablara el Espíritu, y por lo mismo ofende también a su comunidad estudiantil y académica.

Nicolás Alvarado, pretendió sorprender con supuestos conocimientos de literato, pero al no medir la dimensión de sus descalificaciones que dice son gramaticales y los matices musicales, sin ser un experto en música, porque seguramente de que este personaje, no canta ni en el baño y desde ahora pasarán a ser un bicho raro de nuestra cultura mexicana, puso en su contra a millones al estilo de Donald Trump por xenófobo.

La UNAM ha sido un espacio abierto a la cultura popular y viniendo desde tres grandes académicos como lo son Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis y Jorge Castañeda, expresaron con propiedad el análisis de la figura de Juan Gabriel como un fenómeno social, muy relacionado con la música, la sociología, la antropología y la cultura, si la cultura de toda una nación que trasciende allende las fronteras al romper con su arte popular las barreras del idioma y de otras culturas en el mundo como la europea y la anglosajona.

Juan Gabriel se identificó por las letras de sus canciones y los ritmos de su música con los países hermanos latinoamericanos, que le siguieron a través de su música.

Pero hay quienes portadores de una pluma, y mal empleada, no pueden ver más allá de su entorno que se dicen clasistas, cuando desde hace mucho las clases sociales se han quedado en el pasado.

Luego entonces, que Nicolás Alvarado y los que en este momento de duelo del pueblo mexicano y latinoamericano, ofenden porque sienten que viven su propia cultura virreinal que ya no existe y se derrumbó en Europa, hace siglos.

Es tan grande la ignorancia de estos personajes, que olvidan nuestro origen es indígena y provenimos de un mestizaje, que se fundió con la cultura europea, en donde la cultura precolombina, también hacía sacrificios y tenían a un personaje el Tecutli, que daba un lugar de preferencia para tratar con delicadeza al pueblo al que siempre en toda la historia de la humanidad se le ha respetado, y no por eso hay que olvidar: vox populi vox dei. La voz del pueblo es la voz de Dios, y así lo concibió el famoso Juan Gabriel, que ahora incomoda al mundo intelectual de no más de cinco personajes engreídos de este país.

En pocas palabras, si Nicolás Alvarado no puede con el puesto en la UNAM, que mejor renuncie.

Pero también hay que dedicarles una porra alvaradeña al ritmo del Noa Noa a estos intelectuales de pacotilla, que se resisten a dejar el closet y se ven sus preferencias supuestamente ocultas, que hasta transpiran por todos los poros de su piel.

Por favor, más respeto con la gente de pie, los terrenales, que no son marcianos y que sienten el dolor ajeno y más por la muerte de alguien que deja un gran legado a la cultura artística y popular de este país.

Antes en este espacio de Nicolás Alvarado, se dijo que había sido un buen nombramiento en TV UNAM, Hoy se retira lo dicho. Esta reprobado como un empleado de la UNAM. “todos somos UNAM”. Lo que se ve no se pregunta y más porque no entiende su lema: Por mi raza, hablará el espíritu. De todo este país.

Y parafraseando al Tuca Ferreti, ex puma, “chingada madre”, no entienden a la gente y sin gente no hay Dios, diría el Divo de Juárez. Todos listos para el gran homenaje el lunes en el Palacio de Bellas Artes a Juan Gabriel. ¿Estás invitado Nicolás? a ti, ni quien te pele. Y como dicen en estos lares, el que es pendejo, es pendejo, dos veces. Así las cosas.