¡Dónde quedó la dignidad?

Como han cambiado las actitudes de los funcionarios y servidores públicos, no hay día que no se mencionen a personas como los cordobeses Juan Bueno Torio y Gerardo Buganza a quienes de manera pública por un medio impreso se les acusa de haber recibido decenas de millones de pesos para sus campañas del dinero público que le pertenece al pueblo de Veracruz y se quedan callados.

No hay miembro del gabinete de Javier Duarte de Ochoa y de los diputados federales electos que no se les haya denunciado de haberse robado de las arcas públicas recursos dedicados a prioridades de la sociedad veracruzana y comprado casas en el extranjero y también permanecen mudos.

La lista es larga y nadie se escapa. No habrá algún funcionario o servidor público que haya trabajado con los gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte que de la cara y manifieste de frente que lo pueden investigar hasta por debajo de la almohada y que nunca ha tocado un dinero que no le pertenece y que tampoco ha utilizado su función pública para obtener algún beneficio.

La casa donde vive, los muebles, cuentas bancarias y el vehículo que utiliza han sido adquiridos por su esfuerzo personal. Mi memoria tiene presente que en un reciente pasado cualquier tipo dedicado a un quehacer político que simplemente se le mencionara o supuestamente se ponía en duda su absoluta honradez y total honestidad, exigía de inmediato una aclaración y retaba al periodista que comprobara lo escrito.

El derecho de réplica y las cartas al director eran un material que tenía la obligación el medio de publicarlas y casi pedir disculpas a los funcionarios ofendidos. La aclaración debía ser contundente y no dejar la menor vertiente de duda sobre el equívoco de la persona que lo escribió. La ley de Imprenta que sigue vigente así lo establece.

¿Qué es lo que ocurre en Veracruz o somos una sociedad de cínicos o les importa madre a los funcionarios y la clase política de Veracruz que son una caterva de rateros? ¿Como desayunan, comen y duermen al convivir esas personas con sus familiares más cercanos cuando son inculpados y se les achacan toda clase de delitos que los humillan y los deshonran? ¿En donde guardan sus principios morales de dignidad y orgullo que son la base de todo ser humano? ¿No sentirán vergüenza y pena?

Saquen sus propias conclusiones

De lo que más se precian los políticos es de su memoria, el recuerdo de nombres y hechos es prioritario para su actividad. Javier Duarte días antes de tomar posesión en una reunión con el Consejo Editorial del periódico IMAGEN, destacó que no sería un gobernador popular y querido, pero, sería el mejor que haya tenido el estado de Veracruz.

A una pregunta de este columnista aceptó que habría la revocación de mandato si el pueblo lo demandaba y que buscaría la forma para que este consenso se realizará de manera periódica y de esta forma de referendo reconocer la aceptación o el rechazo a su gobierno. Lo mejor es guardar sus opiniones.