La campaña para renovar la gubernatura de Veracruz se trasladó a un nivel nacional, tanto por las acusaciones penales en contra del gobierno de Javier Duarte como la denuncia internacional sobre el intento de lavado de dinero de un hijo del candidato de la alianza PAN-PRD , Miguel Ángel Yunes Linares, ambos protagonistas colocan esta batalla electoral en un primer plano noticioso en el acontecer político del país.

Se convirtió en la pugna electoral más importante en relación a las doce gubernaturas que estarán en juego el próximo cinco de junio. En esta ocasión no es solo una simple lucha por los sufragios veracruzanos sino el talento y capacidad que se lleve por abogados calificados de los partidos políticos para llevar esta contienda política a los tribunales.

En este mismo espacio habíamos adelantado que se venía una guerra sórdida e impresentable relacionada con la corrupción de las figuras políticas de las dos pasadas administraciones estatales y la cuestionada actividad de Yunes Linares en puestos del gobierno federal.

Dependencias donde ejerció presupuestos multimillonarios. Sus enemigos políticos van a aprovechar para rastrear todos los gastos desde el papel del baño hasta las gomas de borrar.

Para Héctor Yunes, su problema más serio es el partido en el poder manejado por Javier Duarte y haber trabajado con Fidel Herrera es su trauma político. Es cuando el enigma del pasado se convierte en un serio aprieto.

Tanto para el PAN como para el PRI no van a dejar que se pierda esta oportunidad de oro de gobernar una entidad que es clave para el triunfo de los comicios presidenciales.

Ya habíamos dicho que iban a buscar hasta lo más recóndito de debajo de las almohadas cualquier rastro de dinero proveniente de recursos federales y en esta investigación figuran todas las personas que hayan ocupado un cargo de servidor público, donde figuran desde amistades hasta familiares que los propios interesados no sabían que existían.
El amor y el dinero no se pueden ocultar.

Lo grave del caso es que los competidores con más posibilidades son primos hermanos, que se conocen a la perfección, vivieron juntos desde la infancia y no hay mitos de me saqué la lotería o son bienes de herencias de bisabuelos o que sus esposas o cuñados pertenecen a familias pudientes.
Se conocen hasta en la sopa.

El otro candidato que también posee recursos es Juan Bueno Torio, con la venta del viejo Hotel Torremar, convertido en Crown Plaza y ahora plaza comercial Andamar, se logró una operación multimillonaria que garantiza de por vida el patrimonio de los bisnietos. También se le investiga su controvertido paso por una dirección de Pemex.

De todos los aspirantes él que puede estar tranquilo sobre su pretérito es precisamente el maestro universitario, Cuitláhuac García. Lo pueden investigar y encontrar que vive de manera modesta y no posee ningún bien que no haya sido obtenido del sueldo normal que le otorga la Universidad Veracruzana.