Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
Efectos de la inseguridad
2016-04-01 | 10:57:28
Don Chinguetas se hizo socio del Slit and Nuts Sporting Club. El primer día que asistió entró por equivocación en el baño de vapor de damas. Estaba ya sin ropa cuando llegaron tres señoras. Lo único que pudo hacer el aturrullado caballero fue taparse el rostro con una toalla y salir de ahí a todo correr. Lo vieron al pasar las tres mujeres, y tuvieron a la vista los atributos masculinos del que huía. Preguntó una: “¿Quién era ese hombre?”. Dijo la primera señora: “Mi marido no era”. Dijo la segunda: “Tienes razón: no era tu marido. Tampoco era el mío”. Dijo la tercera: “En efecto, no era ninguno de los dos. Y tampoco era ninguno de los socios del club”... El padre Arsilio habló en su sermón acerca de la sabiduría divina. Todo lo que sale de las manos de Dios, dijo, es perfecto. Al terminar la misa una de sus feligresas lo buscó en la sacristía y se quejó con voz doliente: “Señor cura: usted predicó que todo lo que ha hecho Nuestro Señor es perfecto. Sin embargo conoce a Capronio, mi marido, y sabe que es un borracho, un desobligado, un sinvergüenza. ¿También él es perfecto?”. “Lo es, hija mía -respondió el señor cura-. Es un perfecto cabrón”... Simpliciano, joven candoroso, le dijo emocionado a su novia, muchacha sabidora: “¡Pirulina! ¡Leo en tus ojos la pureza! ¡Leo la candidez, la castidad y la inocencia! ¡Leo el pudor virginal de una doncella!”. “Caramba, Simpliciano -se preocupó la muchacha-. ¿De veras no sabes leer?”... La inseguridad impide que se creen nuevas fuentes de empleo, y la falta de empleo es una de las principales causas de la inseguridad. He ahí un círculo vicioso que parece imposible de romper. Y sin embargo se puede luchar contra él. Ciertamente eso será difícil en las regiones particularmente azotadas por la criminalidad, pero hay muchas zonas del país en donde no se ha asentado la violencia, y en las cuales se podrían formar centros de desarrollo industrial que atraerían inversiones productivas. Para lograr tal fin sería conveniente crear estímulos fiscales lo mismo para empresarios extranjeros que para inversionistas nacionales. Con eso no quiero decir que se ha de dejar a los criminales el control de las zonas que dominan ya. Se les debe seguir combatiendo, eso es obvio. Pero a más de la aplicación de la ley el trabajo es también una forma de disminuir la violencia. En ese contexto la creación de fuentes de empleo es elemento muy valioso. Doña Macalota compró una cama muy elegante, de ésas que tienen un poste en cada esquina. A don Chinguetas, su marido, no le gustó la cama, pero se resignó a dormir en ella a pesar de que le molestaba ver aquellos postes frente a él. Esa misma noche la señora tuvo un ingrato despertar: sintió una fuerte patada en el trasero, se vio volando por el aire y cayó luego en el suelo a buena distancia de la cama. “¿Qué significa esto, desalmado? -bufó doña Macalota al mismo tiempo furiosa y asustada-. ¿Por qué me pateaste en esa forma?”. “Perdóname, mujer -contestó don
Chinguetas apenado-. Es que soñé que era jugador de futbol soccer. Con esos postes pensé que estaba frente a la portería y tenía que anotar el gol en tiro de penal”... El pediatra le dijo a Bobolina, la mujer de Babalucas: “Le aconsejo, señora, que no deje que su niño se acostumbre a los brazos”. “¿Y qué quiere que haga, doctor? -respondió ella-. No tengo corazón para cortárselos”... La chica de tacón dorado estaba en una esquina cuando junto a ella descendió un ovni. Se abrió la puertecilla de la nave, salió un marciano y acercándose a la muchacha le preguntó: “Perdona, linda: ¿aceptas cheques de viajero?”... Sigue ahora un chiste majadero. Se hace esa advertencia para que después no haya reclamaciones. Algo así como el letrero que vi en una pequeña mercería del barrio del Ojo de Agua en mi natal Saltillo: “No se admiten devoluciones. No sea usted rajón”... Una mundana chica llamada Balaceata, que tenía gran experiencia de la vida, contrajo matrimonio con un músico joven de nombre Semifuso. Al terminar la primera experiencia matrimonial ella se mostró decepcionada. Con voz ácida le dijo a su flamante maridito: “No sabía que tus interpretaciones serían en un órgano tan pequeño”. Replicó el muchacho: “No es que mi órgano sea pequeño. Lo que sucede es que tu sala de conciertos es demasiado grande”. FIN.

MIRADOR ›armando fuentes aguirre
El campo estaba seco. En el monte los pinos parecían hechos de ceniza, y la ladera era una cinta de hierba amarillenta. Cuando se puso el sol el ocre de la tierra se confundió con la palidez del cielo en el ocaso. Luego llovió. Un día y una noche cayó la larga lluvia; la larga, mansa lluvia. Y fue la lluvia como una mano de mujer que acariciara la frente de un acalenturado. Cuando después fui al campo el suelo estaba cubierto de hierba verde y flores coloridas. Pensé que hasta la tierra, que es polvo nada más, sabe agradecer el don que recibió. De ella, de nuestra madre, deberíamos aprender los hombres la sabiduría de la gratitud. ¡Hasta mañana!... MANGANITAS ›por afa
“Un señor se hizo inyectar glándulas de mono”. Su esposa tiene un afán: “La verdad es que no entiendo. Ahora se la pasa viendo películas de Tarzán”.

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