Por segundo día se realizaron plantones de trabajadores del Sector Salud, cuando parecía que el secretario del ramo en el gobierno estatal, Fernando Benítez Obeso navegaba sobre aguas mansas, se le empieza a descontrolar el barco.

Jueves y viernes los trabajadores de Vectores de la Sección 70 pertenecientes la Jurisdicción Sanitaria número 5 del sur del estado realizaron su protesta en las instalaciones de la Secretaría de Salud de Veracruz, en la capital veracruzana.
Dicen que la flecha va directa pues señalan a Benítez Obeso de que se excusa de que en la dependencia no hay dinero, pero hacen seria acusación en el sentido de que en esa dependencia se da el desvío de recursos.

Y la verdad es que el horno no está para bollos, tras la reciente instrucción del gobernador Javier Duarte en el sentido de que ya no permitirá fechorías, ni siquiera negligencias o la ocultación de información entre sus colaboradores.
A esto hay que agregarle que por si se desconocía, en cada dependencia con manejo de recursos federales, o a los que a través de distintos programas, llegan recursos de la Federación, hay una lupa estricta con los auditores asignados en cada una de ellas.

En su petición los empleados exigen que se les entreguen los uniformes en tiempo y forma pero van más allá, que los químicos que ellos utilizan “se los dan a cuenta gotas” y esto es delicado.

Pero por otro lado, en el trasfondo hay un juego perverso. La manipulación para buscar intereses, y es algo que parece interminable.

Resulta pues, lamentable que los líderes sindicales utilicen a los trabajadores más vulnerables para lograr sus fines personales. Tras este movimiento que comprende al personal de todo el estado de Veracruz, como se ha mencionado, sus dirigentes aluden a la falta de pagos, viáticos, combustible, uniformes, contratos y prestaciones diversas. Al menos así lo enlistó el señor Rafael Flores Camarero, delegado de la sección 70 en Veracruz.

De primera instancia suena coherente pero hay que ir precisamente al trasfondo.
Si bien el paro fue estatal, hay que destacar que en la zona conurbada Veracruz Boca del Rio no existen adeudos de salarios, ni de viáticos, ni de contratos, ni de prestaciones, según lo consignó a su vez claramente el Doctor Lorenzo Castañeda Pacheco, jefe de la jurisdicción sanitaria número ocho con cabecera en Veracruz. Y en torno al combustible, se dijo que el programa de vectores cuenta con un presupuesto de entre tres mil y cinco mil pesos diarios para las actividades de fumigación y supervisión.

Tras declararse respetuoso de las formas de expresión de los manifestantes, les aseguró que ninguna de sus demandas es legítima, al menos en el puerto jarocho. Lo cual puede ser cierto, pero entonces por qué se realizan y las permiten como autoridad?

Los manifestantes alegaron además que trabajan con insecticidas caducos, aspecto que resultaría muy grave para la salud de los trabajadores y de la población en general. Sin embargo, parecen que trabajan sobre falsedades, pues el estado de Veracruz se encuentra entre el grupo de las entidades federativas con menos casos probables reportados de dengue o chikunguya a nivel nacional.

En fin, resultó que el señor Flores Camarero y su líder estatal, Jesús Galicia, le han mentido a Veracruz y a sus propios representados. Los timan y juegan con sus ideales, su bolsillo y su necesidad, pues les ofrecen bases y plazas que no tienen a su alcance ya que los líderes las ofrecen hasta en 250 mil pesos.
Se puede concluir que el ex secretario Juan Antonio Nemi tenía razón. Los sindicatos estatales en salud son un asco, son hampones y son rufianes. Lo malo, es que ni él ni el actual responsable de la dependencia han podido con ellos.

Por ello, por un lado puede haber responsabilidad del titular de Sesver pero es aberrante y peligroso que se juegue con la salud de los veracruzanos por parte de los líderes.
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