Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Civilización o barbarie
2015-05-08 | 09:38:59
El novio de Dulcilí le estaba haciendo el
amor a la linda muchacha en el asiento
trasero de su coche. De repente sintió un
objeto duro y frío en su propio trasero. Volvió
la vista, asustado, y vio al papá de la chica,
don Dracón, que le había puesto el cañón
de la escopeta en el orificio posterior de su
cuerpo.
(A un general de división lo examinó el
proctólogo y le dijo: “Tiene usted una pequeña
escoriación en la entrada del esfínter
anal”. “¡Querrá usted decir en la salida, señor
mío! -protestó con viril energía el militar-.
¡Por ahí no entra nada!”).
Cuando sintió en esa vulnerable parte
el cañón del arma -era una Magnum .357-
el espantado boquirrubio cesó al punto el
movimiento de émbolo o pistón que estaba
haciendo en compás de 3 por 4, valseadito.
Don Dracón le dijo: “Por mí no se detenga,
joven. Esperaré sin quitar mi escopeta de
ahí a que le proponga usted matrimonio a
mi hija”...
Lord Ironcock manifestó en el club: “Lo
único que aprendían las muchachas en el
Oestrus College era a follar como desesperadas”.
Al oír eso lord Feebledick protestó
vehementemente: “¡Esa es una vil calumnia!
¡También aprendían a bordar, tocar el piano
y algunos rudimentos de latín! ¡Le doy 5
segundos para que retire sus palabras!”.
“No las retiro” -replicó el otro. Y al decir
eso se puso en pie con actitud desafiante.
Medía 2 metros de estatura y pesaba 280
libras sin el monóculo, la pipa y el tupé.
Preguntó con voz trémula lord Feebledick:
“Si no retira sus palabras en 5 segundos.
¿cuánto tiempo necesita para retirarlas?”.
“Ninguno -contestó Ironcock-. Y le repito:
lo único que las alumnas de Oestrus College
aprendían ahí era a follar”. “Mi esposa estudió
en ese colegio” -dijo lord Feebledick
con voz que apenas se escuchó.
Preguntó Ironcock, calmoso: “¿Quién
es su esposa?”. Respondió milord: “Lady
Loosebloomers”. “La conozco -declaró el
pugnaz sujeto-. Y créame: le hace falta un
curso de actualización”.
Un portugués le dijo a Babalucas: “Soy
de Madeira”. “¡Mira! -se admiró el tonto
roque-. ¡Como Pinocho!”...
Susiflor se quejó: “Capronio es un maldito.
Me preguntó si me gustaban los diamantes,
y cuando le dije que sí me regaló
un boleto para ir al beisbol”. (Nota: y era de
tribuna general)...
Mandilú, muchacha núbil, hizo rendición
de la impoluta gala de su doncellez
a Libidiano, labioso seductor. ¿Por qué lo
hizo? Porque el torpe galán le dio palabra
de matrimonio. ¡Ah, cuántas infelices han
sido así engañadas, y van después por el
mundo recordando un hombre (o dos o tres)
y arrastrando un niño! (O cuatro, o cinco,
o seis).
La seducida joven buscó a su burlador
y le dijo: “¿Ya se te olvidó que me juraste
matrimonio?”. Respondió Libidiano: “No,
Mandilú. Sólo dame un poco más de tiempo”.
“¿Para casarte conmigo?” -inquirió,
esperanzada, la muchacha. “No -precisó
él-. Para que se me olvide”...
Tanto hemos descuidado el medio ambiente
que ni siquiera nos acordamos ya de
cuando era entero. La contaminación pone
una sucia nata sobre nuestras ciudades.
Al alcalde de Cuitlatzintli le informaron
que su pueblo mostraba ya señales de contaminación,
y él hizo poner una placa en el
edificio de la presidencia: “Con esta fecha,
y bajo la progresista administración del
C. Etelvino Patané, este municipio quedó
incorporado a la civilización”. Civilización.
Progreso.. Bajo esos sonorosos nombres se
oculta a veces la barbarie.
(¡Bófonos!). Sonó el teléfono, y don Cucoldo
contestó. Después de oír declaró con gran
solemnidad: “Caballero: desde la consumación
de nuestra Independencia la libertad
existe en todo el territorio nacional: en las
ciudades, en el campo, en todas partes”.
Dicho eso colgó con aire digno la bocina.
Su esposa le preguntó, extrañada: “¿Quién
era?”. Respondió don Cucoldo: “Un tonto
que sin siquiera esperar a que yo hablara
preguntó si estaba libre el campo”.
El señor fue a trabajar en una mina en la
montaña. Su esposa, comprensiva, le envió
un mensaje: “La soledad es dura, y débil es
la carne.
Si no puedes resistir su urgencia recurre a
una mujer pública. Yo entenderé”. Respondió
el tipo: “Aquí las mujeres públicas escasean,
y por lo mismo son muy caras. Cobran mil
pesos”. Replica ella: “No les des más de 500.
Es lo que estoy cobrando yo”... FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Era tremendamente feo y desgarbado.
En el anuario de la secundaria
apareció su retrato con este comentario:
“Cuando mira el reloj no sólo
se detienen la manecillas: empiezan
a girar en dirección contraria”.
Era muy nervioso. Tenía las más
altas calificaciones de su grupo, pero
al representar a su escuela en un concurso
de ortografía quedó eliminado
en la primera ronda porque se equivocó
al deletrear una sencilla palabra
de cinco letras.
Batallaba para expresar sus ideas.
El profesor de Literatura le encargó
que escribiera un relato, y después de
leerlo se lo entregó con un comentario:
“Esto es pura m.”.
Estoy hablando de Isaac Asimov,
uno de los escritores de más éxito en
el mundo. Escribió cerca de 300 libros
cuyas regalías lo hicieron multimillonario.
Cuando hablaba con adolescentes
les decía: “No se preocupen si se
sienten feos y son tímidos. Valemos
por lo que llevamos dentro. Pongan
algo en su interior y eso los hará ser
lo que quieran ser”.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Temor en Guadalajara por la
violencia...”.
Jalisco sigue en la fila
de este criminal convite.
(No hay miedo que no se quite
con dos tragos de tequila).

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