Por Catón
Columna: De politica y cosas peores
Sin representatividad
2014-09-05 | 09:57:59
Can-Ek, joven y musculoso guerrero maya, le
hizo el amor a la linda doncella Nikté-Ha. Al
terminar el trance le dijo: “Deberías darme
las gracias, linda. Después de esto ya no corres
el riesgo de que los sacerdotes te arrojen
al cenote de las vírgenes”...
En la barra de la cantina dos solitarios
individuos bebían sus respectivas copas,
cada uno por su lado. De pronto uno de
ellos rompió en llanto. Profirió, gemebundo:
“¡Bebo porque hace dos meses mi mujer
se fue con otro!”. El otro estalló en sollozos
desgarrados y clamó con acento congojoso:
“¡Yo bebo porque soy el otro!”...
El león, rey de la selva, convocó el domingo
a todos los animales a una junta. Abrió una
libreta que llevaba y procedió a nombrarlos.
Dijo: “Cebra”. “Presente” -respondió ella. Le
informó el león: “Voy a comerte el lunes”.
Luego llamó: “Gacela”. “Presente” -contestó
el tímido animalito. “A ti -le dijo el león- te
comeré el martes”.
Prosiguió el felino: “Búfalo”. “Presente” -se
adelantó el nombrado, tembloroso. Declaró
el león: “A ti te comeré el miércoles”. Luego
leyó: “Elefante”. Respondió el proboscidio:
“Presente”. “A ti -manifestó el león- voy a
comerte el jueves”.
El elefante tomó al león en su poderosa
trompa y lo levantó en alto disponiéndose
a azotarlo contra el suelo. “Y yo -le dijo- voy
a partirte la madre ahora mismo”. “Si vas
a hacer eso, elefantito -suplicó el león con
mansedumbre-, entonces hazme el favor de
bajarme, para borrarte de la lista”...
Quienes en nombre de la representatividad
defienden la existencia de diputados y
senadores no electos por los ciudadanos, sino
designados por los partidos políticos, olvidan
que en México la mayoría de los partidos
registrados no representan a nadie: son sólo
negocios personales o de familia que se las
han arreglado para subsistir gracias a una
legislación viciosa que permite alianzas y
coaliciones sin las cuales esos llamados partidos
habrían desaparecido ya.
De los tres principales: PAN, PRI y
PRD, podría decirse que representan a las
corrientes políticas de derecha, centro e izquierda,
pero los demás son organizaciones
adventicias que obedecen a intereses muy
particulares.
Exceptúo de esa consideración al partido
creado por López Obrador, pues pienso que
tiene verdadera representatividad, en este
caso la de un gran número de mexicanos,
sobre todo pobres, que siguen viendo en el
tabasqueño una esperanza.
Reafirmo mi postura en el sentido de que
no debe haber diputados y senadores que no
hayan sido electos en las urnas por los ciudadanos.
Las dádivas en escaños y curules -vale
decir en chambas- que los partidos se han
concedido a sí mismos al margen del voto de
la ciudadanía son un atentado contra el ejercicio
democrático, aparte de una indebida e
inútil carga para los contribuyentes. Y ya no
digo más, porque estoy muy encaboronado.
Rosilita le dijo a Pepito: “Quiero ser tu
novia”. Pepito entró en su casa y regresó
trayendo en las manos un brassiére copa C.
Le dijo a Rosilita: “Si quieres ser mi novia
primero tendrás que llenar esta solicitud”...
Declaró doña Frigidia con disgusto: “Mi
marido es un hombre lujurioso. Quiere sexo
una vez en primavera, otra en verano, otra
en otoño y otra en invierno”...
Empédocles Etílez, el borrachín del pueblo,
iba de madrugada por la calle, cae que no
cae. Lo detuvo el gendarme de la localidad y
le preguntó, severo: “¿Puede explicarme por
qué anda en la calle a estas horas?”. Respondió
con tartajosa voz el temulento: “Si me
ayuda usted a encontrar una explicación me
iré a mi casa”...
Dos amigas, Flordelisia y Susiflor, contrajeron
matrimonio el mismo día. Flordelisia
desposó a don Moneto, maduro caballero
abundoso lo mismo en años que en dinero.
Susiflor casó con Adonisio, mancebo en flor
de edad, y lacertoso. Las dos parejas fueron
a pasar su luna de miel en el mismo hotel
de playa.
Al día siguiente de la noche nupcial Flordelisia
y Susiflor se reunieron a desayunar,
pues sus maridos aún dormían. Le preguntó
Susiflor a Flordelisia: “¿Cómo te fue anoche?”.
“No muy bien -contestó ella-. Llegó
muy cansado, y se durmió en un segundo”.
“En cambio a mí me fue muy bien -declaró
Susiflor con actitud de gatita satisfecha-.
Adonisio no se durmió sino hasta el tercero”.
FIN.

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