Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
2013-12-12 | 22:18:54
No hay un nuevo liderazgo, los veracruzanos lo siguen advirtiendo en Fidel Herrera

Fue hace algunos días, en su tercer informe de gobierno cuando Javier Duarte de Ochoa, pretendió dar una muestra de ruptura con el anterior Mandatario, aquel que le abrió el camino para llegar el poder, es decir de su mentor, y así en imagen, se desmarcó del pasado y apuntaba que apenas hace tres años “nos enfrentábamos con grandes carencias e insuficiencias”, “en un estado con tanta riqueza, pero con tan bajas expectativas”.

Según Duarte de Ochoa cuando llegó al Gobierno “Veracruz estaba inmerso en una situación económica complicada, políticamente confrontada y con un grave problema de inseguridad. Había incertidumbre y gran preocupación. No era posible seguir pretendiendo que aquí no pasaba nada, que aquí todo iba bien.
Teníamos que cambiar las cosas, y lo hemos hecho. Hoy concluye una etapa y comienza una nueva. Concluye la etapa de ajustes, que nos obligó a poner orden y actuar con eficacia. Lo hicimos, porque la inestabilidad quiebra el ánimo de las familias”.
Duarte precisó ese viernes de informe que en 2010, en el último año del Gobierno de Fidel Herrera Beltrán, la inversión extranjera apenas representaba el 27% y “hoy es más del 50%” y acota que “hace tan sólo tres años, nuestra entidad registraba el mayor incremento de pobreza en todo el país y la situación iba en aumento. Una política dispersa y poco coordinada afectaba directamente a la gente”.
Ahí en el fuerte de San Juan de Ulúa, el mandatario -que fue parte de ese sistema que hoy critica, siendo Secretario de Finanzas y por lo tanto cómplice de esa pobreza de la que habló en su informe- hablaba de un “nuevo liderazgo político” con “un gobierno responsable”, “exento de demagogias y simulaciones”; un gobierno “que no está cercado por el pasado”; un gobierno “que rechaza el populismo y la demagogia”.

Cualquiera que no conoce el trasfondo de la política se creería ese cuento de ruptura, que suena más a deslealtad de un Gobernador, que se olvida de que ese capítulo que tanto critica fue el que le permitió llegar a la gubernatura; que recuerde Javier la defensa que Fidel Herrera hizo de su persona, a pesar de la inconformidad de priistas, que reprobaban su candidatura, logrando la unidad.
Está por iniciar el cuarto año de Gobierno de Javier Duarte y se acercan las épocas de las deslealtades y entonces él vivirá la formula que hoy aplica a su mentor; una mala asesoría, de quienes se venden como unos extraordinarios consultores de imagen, lo llevaron a cometer un error que tarde o temprano le costara caro, no es así, la política es de sumar y no de dividir y él lo sabe.

Ahora bien el Mandatario Veracruzano habla de un nuevo liderazgo y es aquí cuando todos los argumentos se desvanecen, porque él lo sabe, no hay, al menos, a la fecha, no existe en el PRI, otro líder y extraordinario operador político como lo es Fidel Herrera Beltrán y es que lejos de los calificativos y campañas que se puedan verter en su contra, en la pasada elección para elegir a alcaldes y diputados locales, los triunfos del PRI se deben a su estrategia, es él quien con su habilidad y conocimientos cuenta con el parámetro de la entidad.
Duarte le debe a Fidel su triunfo y para bien o para mal de los veracruzanos, es él ahora quien gobierna desmarcándose de las cualidades de un ex mandatario que le permitieron llegar al poder, fue ese “populismo” del que habla, el que le permitió a la gente creer en el candidato priista cordobés, confiaron que también sería un gobernador cercano a la gente, pero la circunstancias dieron un vuelvo.

En el partido que gobierna, no hay mas líder político que Fidel Herrera Beltrán, aún fuera del estado -por respeto a quien actualmente gobierna- no hay día que políticos veracruzanos no vayan en la búsqueda de consejos, apoyo, asesoramiento y ayuda del nacido en Nopaltepec; Y así para el proceso electoral federal que se avecina, se quiera o no reconocer, sino va implícita la estrategia de Herrera el PRI se puede perder.
Y que no se olvide que la división del PRI podría ocasionar la derrota del partido en el 2016, se trata entonces de tejer fino, de montar una táctica que sume y no que divida, como aquella que logró concretar Fidel, cuando parecía que todos estaban en contra de su candidato; el no contar con un buen operador provocaría la derrota del tricolor y si sumamos a quienes podrían enarbolarse como candidatos ciudadanos entonces se podría decir que la silla gubernamental estaría en riesgo para el tricolor.

No es momento de simulaciones, es momento de que se reconozca a quienes han jugado un papel trascendental en la vida política de la entidad y sin Fidel Herrera Beltrán, los priistas se encaminarían a la derrota. No hay nuevo liderazgo, hay quienes creen poseerlo, pero no basta decirlo, hay que demostrarlo.

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