EL FUEGO AMIGO
Son los gobiernos priistas los que meten a la cárcel a los
priistas. Situación que no existe en los gobiernos panistas.
Los casos de venganza política del entonces senador
priista Díaz Serrano, exdirector de Pemex que fuera
desaforado y acusado de haber comprado barcos con
un sobreprecio donde figuraban como intermediarias
hermanas del expresidente José López Portillo.
Lo ocurrido con el rebelde exgobernador veracruzano
Dante Delgado y de sus más cercanos colaboradores
Gerardo Poo y Porfirio Serrano durante el gobierno
priista de Ernesto Zedillo.
Una detención fuera de la ley que con el tiempo se demostró
su inocencia. Los trece gobernadores destituidos
por el entonces presidente Carlos Salinas, donde les
ordenaba que pidieran licencias definitivas, ya sea por
motivos personales o por enfermedades.
Esa escuela la sigue al pie de la letra el presidente Enrique
Peña Nieto y para empezar encierra a la poderosa
líder magisterial Elba Esther Gordillo. Esto no hubiera
ocurrido nunca con los panistas de Vicente Fox y
Felipe Calderón.
Los azules castigaban a los gobiernos estatales priistas
de diferente manera, retrasando las partidas federales,
imponiendo la lentitud y apatía de su burocracia
federal en la solución de problemas y toda clase de trabas
oficiales, difícil situación que afrontaron en su administración
Fidel Herrera y Javier Duarte.
Por los anteriores motivos, resulta extraño que el
candidato oficial del PAN, Rafael Acosta Croda amenace
con meter a la cárcel a la alcaldesa priista Carolina
Gudiño Corro si llega al poder del ayuntamiento del
puerto de Veracruz.
Los políticos se imponen generalmente por las esperanzas
que hacen nacer y no por los razonamientos
que invocan.
¿Qué estigmas encierran los políticos del tricolor
para el descrédito de sus gobiernos y con ello exprimir
de acuerdo a sus intereses sus aparatos de justicia y sus
instituciones?
El mandatario norteamericano Abraham Lincoln
aseguraba: “La más estricta justicia, no creo que sea
siempre la mejor política”.
CALDERÓN EN BOSTON
La rápida aparición del expresidente Felipe Calderón minutos
después de los bombazos en el maratón de Boston
fue motivo de extrañas especulaciones en las redes sociales.
Incluso se anticipó al afirmar que hubo otra explosión
en la biblioteca John F. Kennedy. El maestro de la
Universidad de Harvard ubicada en esa ciudad del estado
de Massachusetts tenía su justificación. Aunado que
había doscientos corredores mexicanos en dicho evento.
No se desaprovechó la ocasión para afirmar que la
ola de sangre que iniciara durante su gobierno la continuaba
en su exilio estadunidense.
Son hechos de violencia a la que se había acostumbrado
en su triste sexenio el michoacano.
UNA BOMBA EN EL CONGRESO
Si se confirman las versiones de que en la lista de los diputados
plurinominales estarían los exgobernadores
Dante Delgado Rannauro, Fidel Herrera Beltrán y como
coordinador de los panistas Miguel Ángel Yunes Linares
sería la legislatura más extravagante de la historia
veracruzana.
Una novela interminable de grandes intrigas y confabulaciones.
Sin lugar a dudas sería la fuente principal
de las noticias políticas. El poder ejecutivo pasaría
a un segundo término.
Para los reporteros, cubrir la Cámara de Diputados
sería una garantía de ganar la de ocho columnas todos
los días que hubiera sesiones. Se pondría en juego la superioridad
de las inteligencias políticas del estado y esto
conduciría más tarde que temprano a la insociabilidad.
Creer inteligente a una persona que sabe muchas cosas
de memoria es como considerar a un sabio al que tiene
en su casa una gran biblioteca.