El niñito le preguntó a su padre: "¿Verdad, papi, que Santa Claus es un anciano alegre y gordo, que tiene barba blanca y se viste de rojo?''. "Así es, hijo -contestó el señor sonriendo tiernamente-. ¿Por qué preguntas eso?''. Respondió el pequeñuelo: "Porque en el clóset de mi mamá está un tipo mal encarado, flaco, de bigote negro, y encuerado, y dice que es Santa Claus''... Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, le preguntó a su amiga Himenia Camafría, célibe otoñal como ella: "El regalo que esperas ¿cabría en una media de Navidad?''. "No, -responde Himenia-. Cabría más bien en un calzón de hombre''... Pepito y Juanilito fueron al catecismo que impartía los sábados la señorita Peripalda. En esa ocasión la catequista habló acerca del Enemigo Malo, es decir del demonio. Cuando terminó la lección Juanilito se veía muy preocupado. Le preguntó a Pepito: “¿Crees que realmente exista el diablo?''. "No sé -respondió meditabundo el muchachillo-. A lo mejor sucede lo que con Santa Claus: crees en él, y luego resulta que es tu papá''... En el cine la muchacha se dirigió al sujeto que estaba sentado a su lado: "Perdone: ¿es usted Santa Claus?''. "No'' –respondió, sorprendido, el individuo. Le dice la muchacha: "Pues entonces no me esté agarrando las medias''... Un señor le comentó a otro: "Estoy entre la espada en la pared: mis hijos ya no creen en Santa Claus, y mi mujer cree que yo soy Santa Claus''... El vendedor llegó a la casa, y la niñita le abrió la puerta. "Dime, pequeña -preguntó el agente-. ¿Está tu papá?''. "No, -respondió la niñita-. Se fue de la casa, y no ha vuelto desde que mi mamá vio a Santa Claus entrando en el cuarto de la criada''... Silly Kohn, vedette de moda, le dijo a su maduro protector: "¿Recuerdas, Gerontino, que la Navidad pasada me regalaste un abrigo de visón, y lo devolví porque me quedó chico?''. "Sí, mi amor -respondió el añoso galán-. Por eso ahora te regalé mejor un cheque''. Declaró Silly: "También me quedó chico''... Contó un señor: “Esta Navidad mi hijo me dio una cosa que esperaba desde hacía mucho tiempo: mi automóvil”… Cuando Santa Claus llegó a la casa de Pepito se sorprendió al ver que el muchachillo lo estaba esperando. “Santa –le preguntó Pepito- ¿es cierto que tienes una lista de todos los niños que se han portado mal?”. “Es cierto” –respondió el hombre de la barba blanca. Volvió a inquirir el chiquillo: “¿Y también tienes una lista de las niñas que se portan mal?”. “Así es” –replicó Santa. Le propuso Pepito: “Te compro la lista de las niñas”… En la sección de instrumentos musicales de la tienda le sugirió la esposa a su marido con rencorosa voz: "Vamos a regalarle a tu sobrino una batería con juego completo de tambores, platillos, bombos y tarolas. Eso es lo que le regaló tu hermano a nuestro hijo el año pasado''... En Navidad la abuela le obsequió un libro a su nieto adolescente. Meses después le preguntó: “¿Ya lo leíste?”. “No –confesó el muchacho-. Todavía no encuentro dónde se le ponen las baterías”… La esposa de Ovonio Grandbolier, el hombre más perezoso del condado, hizo este comentario: “Mi marido se parece mucho a Santa Claus: nunca se rasura, jamás se cambia de ropa, y trabaja solamente un día al año”… La mamá le preguntó a su hijo qué regalo quería en Navidad. Respondió el pequeño: “Quiero un hermanito”. “Tendrás que pensar en otra cosa –le advirtió la señora-. Hace mucho tiempo que a tu papá se le acabó el dinero con que se encarga ese regalo”… Santa Claus tiene muchos y muy variados nombres: Papa Noel, San Nicolás, Kris Kringle, Visa, Mastercard... El Santa Claus de la tienda de departamentos se sentó a Pepito en las rodillas y le preguntó con tierna voz: “¿Qué quieres que te traiga esta Navidad, buen niño?”. Respondió el niño: “Quiero un iPad, un iPhone, unos patines de hielo y un balón. Apúntalo, para que no se te vaya a olvidar”. “No necesito apuntarlo –sonrió el Santa Claus-. Ten la seguridad de que lo recordaré”. Al día siguiente Pepito regresó a la tienda con su mamá, y otra vez el Santa Claus se lo sentó en las rodillas. “¿Qué quieres que te traiga esta Navidad, buen niño?”. “¿Lo ves, indejo? –respondió Pepito muy enojado-. ¡Te dije que lo apuntaras!”… Don Cornulio, viajante de comercio, llegó a su casa a pasar las fiestas decembrinas y encontró a su esposa realizando el H. Ayuntamiento con un desconocido. El mitrado marido le preguntó a la pecatriz: "¿Qué significa esto, Mesalina?''. "Cornilio -respondió ella-, recuerda que te dije que en Navidad te iba a tener una sorpresita''... El obispo habló con el curita recién ordenado: "Oí cuando ese rico señor te prometió que va a hacer un donativo de 100 mil pesos a tu parroquia. La exclamación de júbilo en esos casos es: ‘¡Hosanna!’ o: ‘¡Aleluya!’, no: ‘¡Uta, qué a toda madre!’''... FIN.
MIRADOR.
Por Armando FUENTES AGUIRRE.
El coro de ángeles cantó "Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad''.
¿Quiénes son esos "hombres de buena voluntad''?
Son, creo yo, los benévolos. Es decir, los que quieren el bien.
El bien es el amor que se convierte en obras. Y el fruto de las obras buenas, lo mismo en los hombres que en los pueblos, es la paz. Si un hombre hace el bien sentirá paz en su corazón. Si los gobernantes hacen el bien al pueblo, el pueblo estará en paz.
San Francisco de Asís pedía "Paz y bien''. Si nosotros actuamos bien tendremos paz. Y nuestra paz y nuestro bien serán la mayor gloria de Dios en el cielo: se la habrán dado los hombres de buena voluntad.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS.
Por AFA.
"... La Navidad es tiempo para compartir nuestras bendiciones''...
Ésa es una gran verdad:
debemos dar de lo nuestro.
Por eso -y aquí lo muestro-
se dice: "la Navi-DAD''.