Doña Macalota, la esposa de don Chinguetas, llegó a su casa al término de un viaje. Lo que miró en la alcoba la dejó sobrecogida. O más bien, para evitar ambigüedades, pasmada, sorprendida y alelada. Su casquivano esposo se hallaba en el lecho conyugal acompañado por una joven fémina de voluptuosas formas; hagan ustedes de cuenta la Maja Desnuda de Goya, pero en formato popular.
“¿Qué es esto, Chinguetas?” –preguntó doña Macalota, como si no supiera lo que era eso. “Vamos, mujer –trató de razonar el frívolo marido-. Yo no te digo nada cuando tú comes galletitas en la cama”…
Empédocles Etílez, ebrio perseverante, le dijo a su compañero de beodeces, Astatrasio Garrajarra: “Querido amigo: deberíamos sentirnos orgullosos. Un camello de la Bactriana puede trabajar 30 días sin beber. Nosotros podemos beber 30 días sin trabajar”…
Halter O’Filio era levantador de pesas. Cierto día, en el gimnasio de su casa, ante su esposa, levantó 100 kilos en un solo envión. “¡Caramba! –exclamó admirada la señora-. ¿Cómo es que puedes levantar esto y no lo otro, que pesa mucho menos?”…
“Hoy la tierra y los cielos me sonríen, hoy llega al fondo de mi alma el sol”. Así escribió Gustavo Adolfo Bécquer, el gran poeta sevillano. (¡Cuántos grandes poetas ha dado Sevilla a la inmortal España, lo mismo con la pluma que con el capote y la muleta en la Maestranza!).
Al bardo lo hizo feliz una mirada de mujer. A mí me alegró un acontecimiento que si bien no es tan importante como el que que llenó de regocijo al autor de las Rimas también merece consideración. La firma del Pacto por México hace concebir grandes esperanzas de que por fin los tres principales partidos políticos que sostenemos los contribuyentes estén dispuestos a poner el interés nacional por encima de los intereses partidistas.
Si se concreta la mitad de los casi cien compromisos que en ese documente se plantean, eso habrá sido un gran triunfo de la razón sobre la politiquería. La presencia del PRD en el Pacto, con todos los regateos y resistencias de algunas de sus tribus, muestra que un fantasma –o fantasmón- ha dejado de recorrer las filas perredistas: el de Andrés Manuel López Obrador.
Su salida del partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas ha sido beneficiosa tanto para AMLO como para el PRD. El sol azteca ya no se verá opacado por las iluminaciones personales del tabasqueño, y éste podrá hacer importantes contribuciones a la vida pública de México a través de los cauces fijados por las instituciones a las que alguna vez mandó al diablo.
Buenos augurios han aparecido con la llegada de Enrique Peña Nieto al Palacio Nacional. La firma de este pacto es uno de ellos…
Rosibel, la secretaria del lascivo don Algón, le contó a una amiga que su salaz jefe le había regalado un abrigo de visón. “¿De veras? –se interesó la amiga-. Y tú ¿qué hiciste?”. “Se lo devolví –contesta Rosibel-. Si me quedaba con el abrigo de visón habría tenido que quitarme mi pantaletita de algodón”…
Hubertino Mata Rife, cazador blanco, fue a África a matar elefantes. Se vio frente a un enorme paquidermo, y cuando iba a asestarle una bala expansiva de su Magnum sucedió que el rifle se le encasquilló. El elefante lo echó por tierra con un golpe de su tremenda trompa, e iba a aplastarlo.
En eso, como por milagro, apareció una banda de salvajes que con sus gritos y sus lanzas hicieron que la gran bestia huyera. “¡Gracias, amigos salvajes! –les dijo con emoción Hubertino a los nativos-. ¡Me salvaron ustedes de morir aplastado por las enormes patas de ese malvado paquidermo! ¡Y tenía cuatro!”. “Ahórrese el agradecimiento –replicó el jefe de la banda-. Lo que pasa es que no nos gusta la carne molida”. (Nota: los aborígenes eran antropófagos)…
Don Frustracio, el esposo de doña Frigidia, le pidió por enésima vez a su señora que le permitiera realizar con ella el acto del amor. “Pero si lo hicimos hace muy poco tiempo” –opuso ella. “Mujer –le recordó con quejumbroso acento el desdichado-. La última vez que lo hicimos fue cuando Winifred Horan grabó ‘Out and about’, y eso fue en la década de los noventa”.
“¿Y ya quieres de nuevo? –rebufó ella-. ¡Eres un maniático sexual!”. Don Frustracio porfió, sin embargo, y al final doña Frigidia accedió a cumplir el débito a condición de que su marido la dejara ver la tele mientras el acto se llevaba a cabo.
Accedió el infeliz con tal de poder desahogar sus rijos de varón. En eso estaba cuando su esposa le dijo con tono de reproche: “Eres un desconsiderado, Frustracio. Tú aquí, goza y goza, y Ferdinando Maximilan en la telenovela, sufre y sufre”… FIN.

Mirador
armando fuentes aguirre

Variación opus 33 sobre el tema de Don Juan.
Murió don Juan.
(Los donjuanes también mueren)
Llegó al Cielo.
(Los donjuanes también llegan al Cielo).
Le dijo San Pedro:
-Podrás entrar, pero a condición de que me digas los nombres de todas las mujeres a las que enamoraste.
Respondió el seductor:
-Mira, Pedro: gracias a que no dije nunca el nombre de ninguna pude gozar mil cielos en la Tierra.
¡Hasta mañana!...

MANGANITAS
AFA
“… Hará frío en esta temporada…”.
Ha sucedido que todas
las temporadas de frío
aumentan con mucho brío,
después, la cifra de bodas.