La mejor y gran decisión de Andrés Manuel López Obrador es retirarse del PRD, ese era el gran lastre de corrupción y de intereses particulares que siempre tuvo que afrontar para sus actividades políticas, con su salida se puede asegurar que de los quince millones de ciudadanos que votaron por él, lo hicieron por la persona a pesar de la mala fama del partido político del sol azteca y sus irreconciliables tribus.
El crear un nuevo partido político entraña sus serias dificultades, Tanto Movimiento Ciudadano de Dante Delgado como el partido del Trabajo de Alberto Anaya, estarían más que dispuestos que el tabasqueño sea su nuevo líder.
Las siglas es lo de menos. Si se trata de Morena o de cualquier otra denominación el arrastre es el de la persona que los acaudilla.
Desde su creación Movimiento de Renovación Nacional (Morena) se planteó como un espacio abierto a todos lo ciudadanos, corrientes de pensamiento y clases sociales. Un partido político amplio, plural e incluyente.
Desde el zócalo capitalino donde se llevó a cabo la asamblea de López Obrador se propuso que las más reconocidas instituciones académicas del país realicen un análisis profundo sobre la sentencia del Tribunal Electoral. “Le harían una gran aportación al bienestar de la nación”
La leyenda negra del perredismo podría tener con la salida del famoso “Peje” otro destino que no afecte a los verdaderos protagonistas de los principios y la ideología de lo que debe ser la izquierda en México.
Los cinco gobernadores que cuenta el Movimiento Progresista Graco Ramírez, Gabino Cue, Miguel Ángel Mancera, Arturo Núñez y Ángel Aguirre han dado a conocer que tendrán buenas relaciones con el presidente electo Enrique Peña Nieto, esto no indica que haya rompimiento alguno con López Obrador como insisten las plumas pagadas del partido tricolor.