El que lo digan los legisladores del PAN donde afirman que el presidente Felipe Calderón pactó entregar la presidencia a Enrique Peña Nieto es muy grave. Asegurar la existencia de un acuerdo en Los Pinos para que perdieran Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota. Quienes hacen estos juicios sobre la traición partidista del presidente Calderón no son políticos de partidos de oposición ni del movimiento #Yosoy132, sino sus propios correligionarios. Sus viejos compañeros del PAN que lo eligieron.
Veintidos diputados azules que fueron grabados son quienes mezclan halagos como reproches a la gestión del presidente Calderón, varios de ellos plantean la posibilidad de un acuerdo electoral.
Gumersindo Castellanos, legislador por el estado de Jalisco, asegura que muchos de ellos estiman que la elección del 2012 se negoció desde el 2006 a cambio de que pudiera tomar posesión Calderón Hinojosa. Para reafirmar lo que había asegurado señaló: “No quiero opinar al respecto, pero tampoco lo dudo”.
Señaló que tenía la sospecha que el presidente Calderón prefirió entregar la presidencia al priista que a López Obrador.
Óscar Saúl Castillo, de Veracruz, admite con cierto temor a las consecuencias que pudiera tener su declaración: “Me parece que nosotros no perdimos la elección el primero de julio, sino que esta fue pactada y lo digo con toda responsabilidad. A lo mejor estuviéramos declarando presidente electo a López Obrador si no se hubieran dado este tipo de acuerdos”.

NO HAY REGISTRO DE UPAV

Le asiste toda la razón al maestro Guillermo Zúñiga, rector de la Universidad Autónoma Popular de Veracruz, al asegurar que no necesita la UPAV el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios, ya que esta se otorga solo a escuelas particulares.
Este centro de estudios se da a sí mismo sus propios programas y planes de estudio, y por lo tanto, la única autorización oficial, solo se requiere para otorgar la cédula profesional. Y el fundamento principal es desde cuando las escuelas “patito” necesitan permisos… dejarían de serlo.

REGRESAN A LOS CUARTELES
Un giro de 180 grados en la estrategia para combatir al crimen organizado es lo que sugiere el secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez, al presidente electo Enrique Peña Nieto. Es un nuevo plan totalmente opuesto al que habían realizado las fuerzas armadas teniendo como comandante supremo al presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Se opone terminantemente el jefe de los marinos a que los militares patrullen las calles de las carreteras, caminos ciudades y pueblos mexicanos. Que vuelvan a los cuarteles y que se realicen las operaciones con mayor inteligencia.
Resulta raro que hasta que rindió su último informe el presidente Felipe Calderón anuncia el almirante Saynez Mendoza esta novedosa disposición en la que plantea el cambio de los militares por grupos de elite preparados para combatir a los cárteles de los narcotraficantes. Lo más difícil es que los comandantes de los militares y marinos acepten regresar a los cuarteles cuando tuvieron el poder que otorga el control de las áreas urbanas del país.
No existe en el mundo droga más atrayente que el poder. Por alcanzarlo se han desarrollado las conflagraciones más sangrientas a lo largo y ancho de la historia de los seres humanos que habitan en el planeta que conocemos.