Por Catón
Columna: De política y cosas peores
2012-09-01 | 19:58:51


Por Catón

Babalucas asombró a los transeúntes que esa mañana iban por la calle. Y es que el tontiloco llevaba al aire los testes, dídimos o compañones, lo cual fue motivo de escándalo para quienes lo miraron. Alguien puso en conocimiento de la autoridad esa indecencia, y un jenízaro detuvo al badulaque. Le preguntó, severo: “¿Por qué va usted por la calle con su doble atributo masculino al descubierto?”. Explica Babalucas: “Porque leí un boletín de la Federación donde se avisa que será castigado con pena de multa o de prisión el que esconda los huevos”… En la feria del pueblo fue soltada la marranita encebada. Quien la cogiera ganaría un sustancioso premio en efectivo. Los lugareños no pudieron atrapar a la cerdita, pues se les resbalaba entre las manos por la grasa con que había sido profusamente untada. Un forastero, sin embargo, hombre de la ciudad, pudo agarrarla sin problema. Le preguntó el alcalde al entregarle el premio: “¿Tiene usted experiencia en esto de agarrar marranitas encebadas?”. “Es la primera que atrapo, señor presidente –respondió el fuereño-. Me ayudó que soy jugador de boliche”… El veterano actor de teatro fue a leer poesía a los ancianitos del asilo. Se sorprendió –y su vanidad sufrió bastante- al advertir que nadie parecía reconocerlo. Le preguntó a una viejecita: “¿No sabe usted quién soy?”. “No, guapo –respondió la vejezuela-. Pero no te preocupes: en la administración te lo dirán”… Don Cornulio llegó a su casa antes de lo esperado. Oyó ruidos extraños en su alcoba –acezos, jadeos, ayes contenidos, palabras entrecortadas, gritos- y abrió la puerta. Lo que vio lo dejó estupefacto: su mujer estaba en la cama  refocilándose con un enano. “¿Qué es esto, Mesalinia? –le preguntó a pesar de que sabía perfectamente bien qué era eso-. Hace dos semanas te sorprendí yogando con un basquetbolista. La semana pasada te pesqué en ilícito connubio con el cartero. ¡Y ahora te encuentro en coición con un enano!”. Responde sin turbarse la señora: “Como ves, le estoy bajando”… Un tipo le dijo a su socio: “No puedo dormir por la preocupación. Me temo que embaracé a mi amiguita”. Sugiere el socio: “¿Por qué no llamas por teléfono a su papá y se lo dices? Entonces el que no podrá dormir por la preocupación será él, no tú”… Aquella noche la esposa se negó una vez más a cumplir el débito conyugal con su marido. “Pero, mujer –se quejó él-. Ya no recuerdo la última vez que hicimos el amor”. “Yo sí la recuerdo –replicó ella con frialdad-. Precisamente por eso no hemos vuelto a hacerlo”… Una señora le dijo al administrador del cementerio: “No puedo encontrar la tumba de mi esposo”. Preguntó el hombre: “¿Cuál es el nombre del desaparecido?”. Respondió ella: “John Wikioski”. El encargado buscó en sus registros, y como no encontró nada fue a revisar todas las tumbas. Regresó y le dijo a la mujer: “Lo siento, señora. La única lápida que encontré con ese apellido es de una Avidia Wikioski”. “Ésa es la tumba de mi esposo –repuso la visitante-. Lo que pasa es que todas nuestras propiedades las ponía yo a mi nombre”… Silly Kohn, vedette de moda, le dijo al rico señor que la cortejaba: “Perdóname, Crésido. No puedo ya seguirte viendo. Mis sentimientos hacia ti han cambiado”. “Ni modo –suspiró el ricacho con resignación-. Entonces por favor devuélveme el anillo de brillantes que te regalé, lo mismo que el abrigo de pieles y el coche último modelo”. “¡De ninguna manera! –opuso Silly con determinación-. Mis sentimientos hacia el anillo, el abrigo y el coche no han cambiado”… Superman se aburría aquella tarde. Batman y el Hombre Araña, sus amigos de todos los días, estaban fuera de la ciudad, en una excursión de pesca, y no tenía con quién hablar. Decidió darse un vuelito por ahí para entretenerse. De pronto, al pasar sobre una casa en las afueras, vio algo que lo hizo detenerse en el aire: la Mujer Maravilla estaba en su jardín, sin ropa, de espaldas sobre el césped, las piernas flexionadas y ligeramente abiertas. No dudó ni un instante Superman: en vertiginoso vuelo se precipitó hacia la bella mujer. Se escuchó un penetrante grito. “¿Qué fue eso?” –preguntó ella alarmada. “Lo ignoro –respondió el Hombre Invisible-. Pero dolió bastante”. (No le entendí)… FIN.

MIRADOR.

Por Armando Fuentes Aguirre

Historias de la creación del mundo

El señor hizo a la gallina.
Después de hacerla dijo:
-¡Pobrecilla! Tendrá vida difícil. Los hombres usarán su nombre para tildar a los medrosos y cobardes. Sufrirá acerbos dolores cada vez que ponga. Pasará hambres y fatigas para empollar sus huevos, y cuando nazcan sus polluelos no hará otra cosa más que cuidarlos hasta que sean grandes.
Compadeció, pues, el Señor a la gallina.
Y para compensarla le dio al gallo.
¡Hasta mañana!...

MANGANITAS.
Por AFA.
“No reconoce AMLO a Peña Nieto…”.
No me explico yo su brete.
Eso me parece pose.
¿Por qué no lo reconoce?
¡Es aquél, el del copete!
 
 
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