Aquellas doradas épocas donde soñaban los políticos del partido ganador ocupar importantes plazas del nuevo gobierno y repartir entre sus cuates puestos con elevados salarios y disfrutar de esas prebendas de guapas secretarias, elegantes choferes y compensaciones para costosos viáticos a lo largo de un dorado sexenio, ahora se esfumaron.
El partido político de Acción Nacional, que se fue al tercer lugar en la contienda electoral, les ganó la partida y colocó a sus militantes azules en cargos claves con el argumento que se trata de personal con servicio profesional de carrera, y por lo tanto, son inamovibles. Como si fueran plazas de base del corrupto sindicato de los burócratas.
Solo le dejaron al nuevo gobierno federal el 12 por ciento de la gigantesca nómina de los servidores públicos. Con esta oportunista medida decenas de miles de militantes azules no perdieron su empleo.
Además, pusieron candados para el nuevo personal que sea designado, como son las más de siete mil plazas que dejaron vacantes tendrán que para ser ocupadas por los nuevos funcionarios tienen que someterse los exámenes correspondientes, lo cual indica que no cualquiera puede acceder a ellas. Lástima Margarito.


VERACRUZ EN EL ÚLTIMO LUGAR
En el último informe del IFE sobre la equidad y transparencia en el ordenamiento establecido para la promoción del voto de los diversos partidos políticos, afirman que las estaciones de radio y televisión de Veracruz son las que menos cumplieron de todo el país con este ordenamiento. Los dueños de estos medios electrónicos no acataron las disposiciones de las autoridades electorales.

EL SINDICATO MÁS CORRUPTO
Uno de los grandes lastres del país es el sindicalismo y dentro de estos graves males, el sindicato petrolero tiene un sitio preponderante. Hablar del STPRM es uno de los negros expedientes de la mayor corrupción que posee la nación.
Cerca de la mitad de la población laboral activa de los trabajadores petroleros está jubilada y por ende es uno de los mayores pasivos de la súper endeudada paraestatal. Los elevados números rojos causan escalofrío. Cifras negativas que rebasan el billón y medio de pesos, lo que significa casi el cincuenta por ciento del presupuesto total de la federación.
De acuerdo a una propuesta sindical, la jubilación se podría alcanzar a los 25 años de servicio, si se considera que el promedio de la edad de los trabajadores anda rondando por los 40 años, y este personal tiene en forma general cerca de 17 años de estar laborando, por lo que les faltarían solo ocho años para ser pensionados, es decir, que antes de los cincuenta años de edad este elevado número de trabajadores petroleros en plena vida activa estaría disfrutando de una absurda e incongruente jubilación.
Aunado a este pesado lastre del pago de los decenas de miles de trabajadores jubilados y el reconocimiento de los directivos de Pemex sobre el escandaloso robo de 25 mil barriles diarios de petróleo, lo que significa cerca de mil millones de dólares anuales. Es una bomba de tiempo que no hay empresa en el mundo que pueda resistir esta alarmante posición de inminente quiebra.
Y si se le agrega la corrupción de los líderes sindicales del STPRM con la complicidad de los directivos de Pemex, el futuro es el más incierto para esta fuente que representó durante décadas más de un tercio de los ingresos que soportaba la economía de México.
Se da como un hecho que el futuro director de Pemex quedaría en las manos de Pedro Aspe, quien fuera secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En esa época trabajó al lado de Aspe Armella el también economista del ITAM, Luis Videgaray al que promueve Enrique Peña Nieto como próximo titular de esa importante Secretaría de Finanzas.