Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Ampudia gana la silla
2012-07-18 | 21:46:58
Enrique Ampudia Mello les comió el pastel a muchos que pretendieron el anhelado cargo. De todos lados surgieron las autopropuestas y hasta las mujeres reclamaron el espacio que está considerado como el de mayor importancia en el manejo político estatal veracruzano, desde que el famoso jurista don Manuel Carbonell de la Hoz, le diera al cargo la importancia, brillo y trascendencia, hasta para disputar la gubernatura del estado como un candidato de excelencia en su tiempo.
A pesar de que fueron muchos los aspirantes a un solo cargo e incluso ya la propia prensa está despidiendo a varios funcionarios a quienes ya no les dan mucho tiempo en el cargo, pero sólo en las visionarias decisiones de los especialistas en el análisis de la política que se esmeran en dar la información, pero con un claro sentido mediático.
Ampudia Mello, llega como subsecretario de gobierno fortalecido por el gobernador Javier Duarte y de una cercana relación con Enrique Peña Nieto y su principal equipo de colaboradores. Aunque para muchos veracruzanos se trata de un personaje siniestro conocedor de los trasfondos de la información al mismísimo estilo de José Córdova Montoya con Carlos Salinas. Se trata de alguien que imponga y que de miedo en todos los órdenes de la vida estatal.
“La incorporación como Subsecretario de Gobierno del licenciado José Enrique Ampudia Mello, reforzará, estoy seguro, la efectividad del área de gobierno mediante la respuesta oportuna y legal a las diversas demandas de los ciudadanos.
Enrique Ampudia, viene a sumar su trabajo y experiencia, en favor de los veracruzanos y en favor de esta administración”, dijo el gobernador Javier Duarte al darle posesión al nuevo subsecretario estatal.
Un buen gobierno es la mayor y más justa demanda de toda sociedad; responder a ese reclamo debe ser la prioridad de todo gobernante; la mejor manera de cumplirla es con una administración pública ordenada y eficaz; cercana a los ciudadanos, capaz de renovarse, además de evaluar de manera permanente su actuar y resultados, siempre pensando en el beneficio de las mayorías.
Veracruz es un estado de gran complejidad, con una población cercana a los ocho millones de habitantes, con circunstancias y realidades diferentes que varían de región a región; con un enorme potencial, con grandes retos que obligan al gobierno a la toma diaria de decisiones y la realización de acciones que permitan aprovechar las oportunidades y superar los obstáculos que enfrentamos.
Los gobernantes tenemos la obligación política y la responsabilidad moral de honrar todos los días las expectativas y la confianza de los ciudadanos.
Tenemos el deber de trabajar para todos sin distingo de ideología; hacer del diálogo la premisa para atender y resolver los reclamos sociales e impulsar la corresponsabilidad como el vínculo con la sociedad para que México y Veracruz sigan adelante.
En el Veracruz de hoy, vigoroso, plural y democrático, todos compartimos la misma meta y la misma esperanza que es la de lograr un mejor futuro para nuestras familias.
Para hacerlo realidad tenemos que sumar, tenemos que reconocer y valorar las coincidencias, privilegiando todo lo que nos une como sociedad.
Desde el primer día de este gobierno, hice énfasis en que el orden sería la base de mi administración, porque tengo la convicción absoluta de que es la única manera de responder a la exigencia social de un Veracruz con más inversiones; con más empleos y mejor pagados; con mayor seguridad; paz social; con mejores servicios de salud y educación para todos.
Una administración ordenada, eficiente y de resultados, es el mayor compromiso que tengo como gobernante, frente a los veracruzanos.
Como servidores públicos, es nuestra obligación escuchar las voces de la sociedad, entender los reclamos y actuar en consecuencia para lograr el Veracruz participativo y próspero que todos anhelamos.
En el gobierno de Veracruz, no hay cabida para los oídos sordos, para los intereses particulares o de grupo; no hay espacio para la indolencia o el relajamiento.
Tenemos la obligación de responder todos los días al anhelo de los ciudadanos que aspiran a vivir en un estado más justo, con mayores alternativas de desarrollo y crecimiento para todos.
Un gobierno eficaz, honesto, transparente, que rinda cuentas, que respete y haga respetar la ley, es lo que la sociedad necesita, ese es nuestro empeño de cada día.
Hoy refrendo mi decisión de seguir impulsando el orden y la eficiencia como signo de mi administración. Servir a Veracruz es el único y mayor compromiso de mi gobierno.

Ampudia: “ampolla”
El nombramiento causó ámpula. Cuando muchos conciudadanos se desvelan por ocupar un lugar en la historia de su comunidad, para la clase política el asunto está resuelto, entran en la historia, ellos eligen si por la puerta grande o por el pasillo trasero.
Más nadie les quita un sitio asegurado en la memoria colectiva, el tipo y calidad de esos recuerdos, depende de cada quien.
En el caso de Enrique Ampudia Melo, son conocidos sus andares en estos lares, cada quien puede opinar de acuerdo a sus memorándums, pero de que se trata de un personaje con brillo propio, no hay duda.
Su aterrizaje al equipo en el equipo de la prosperidad puede tener varias lecturas, algunas ortodoxas y otras más retorcidas, pero por el bien de Veracruz y los millones de jarochos, esperamos que sea un oportunidad más para que demuestre su institucionalidad, como siempre.
La historia pública de Enrique Ampudia Melo, incluye capítulos relacionados con el control político por medio de la información especializada y los instrumentos disuasión al servicio del estado.
Más en el oficio de gobernar caben todas las posibilidades, porque en la sociedad habemos de todo y para todos los gustos, entonces también hay que considerar la naturaleza de las reacciones sociales, antes de hacer conclusiones.
En política no hay muertos y menos desahuciados. Ampudia, no sirve a los intereses yunistas, al contrario sirve a los intereses institucionales, se trata de una cuña que hasta el 2016, se verá si es del mismo palo y el gana la partida a su anterior amigo y protector.
Hoy cambió de equipo y como Messi está para meter los goles. Los resultados se verán hasta el próximo cambio del gobierno estatal o antes en las elecciones intermedias de diputados locales y alcaldes.
En política los afectos son superficiales, pero los rencores nacen de la profundidad del abismo del odio.
Con el nombramiento de Ampudia, se revuelve aun más la política estatal veracruzana y se cierra el ciclo del fidelismo y nace un nuevo ciclo, el de Javier Duarte.
Sin ninguna relación con Miguel Angel Yunes Linares, de quién desde hace varios años pintó su raya, Enrique Ampudia, ahora sí estará en un cargo que le dará la oportunidad de estar ya haciendo futuro político, y aún más.

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