Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Libertad de expresión
2012-06-06 | 20:18:40
En este día nada para celebrarse. Se trata de los efectos negativos de las cifras negras ante la caída en el cumplimiento del deber de varios periodistas en todo el país. Persiste un ánimo persecutorio hostigante y de intolerancia hacia todo lo que represente información, crítica y opiniones distintas, que no correspondan al halago y a la comodidad de quienes nunca han entendido la autentica labor desde los distintos medios de comunicación.

Un recuerdo imborrable a quienes han ofrendado sus vidas por el ejercicio periodístico, se trata de una festividad sin nada que festejar, por la ausencia hoy y siempre de quienes en aras de cumplir con una labor social, profesional y constitucional, reciben a cambio el maltrato, la persecución y la amenaza constante y latente a la seguridad personal y de sus familias.

Aquí una ley inviolable del sistema político mexicano es dominar con supremacía el arte de hacerse pendejo sin ningún esfuerzo. En esto hay hasta maestría y doctorado por algunos y algunas, que precisamente tienen al país con casi el cien por ciento de impunidad. La prensa tiene una larga historia de persecución.

Perseguir, cooptar y dañar a la prensa es común y más cuando desde la ignorancia hay quienes piensan, creen y consideran que a los medios de comunicación se les puede obligar hacia un línea, cuando la pluralidad es la exigencia a la existencia sólo con libertad, sin dejar atrás el principio de Voltaire, cada vez más vigente, pero muchos no lo quieren entender: “puedo no estar de acuerdo con lo que escribes, pero defenderé con la vida, el derecho a decirlo”.

Sirvan estas líneas para expresar el reconocimiento de mis maestros y amigos de toda la vida en esta labor: José Pablo Robles Martínez; Ignacio Oropeza; Francisco Blanco y Juventino Ferreira. También un recuerdo imborrable y homenaje póstumo al abogado y ombudsman de los periodistas en Veracruz, Gerardo Perdomo Cueto y al jefe de jefes de la prensa veracruzana, Marco Polo Villanueva. Inolvidables ambos.

Historia

Desde tiempos inmemoriales, desde los griegos pretendieron controlar a la masa con el arte de la oratoria, después en el imperio romano a la gente se le daba pan y circo, porque se tenía la certeza de que la voz del pueblo es la voz de Dios, vox populi, vox dei.

En la época de los aztecas, la figura del Tecucli, dignatario o señor, que con la representación del emperador trataba todos los asuntos de inconformidad del pueblo, pero con la exigencia de dar una atención eficaz a los planteamientos de las demandas planteadas.

Las oficinas de información desde la primera y segunda guerra mundial para la atención del reclutamiento y la motivación a las causas de los países participantes.

Las relaciones públicas para la atención y contrarrestar los efectos de la prensa en casos fatídicos como el Watergate en donde Richard Nixon, ninguneo el efecto de un caso en donde lo consideró como un problema de relaciones públicas, que la postre le costó la renuncia al cargo de la presidencia de Estados Unidos.

Aun así hay, la mayor exigencia a los medios de comunicación y sus representantes de quienes se les pide todo a cambio de regular y controlar la pluma. La falta de reconocimiento a la prensa es casi generalizada de la población y de quienes detentan el poder. Esta percepción es la madre de la impunidad.

¿Disputa por la Nación?

En un análisis de los expertos en la comunicación, a casi tres décadas de la publicación del famoso ensayo de Carlos Tello y Rolando Cordera, “La disputa por la nación”, un gran número de los temas y problemáticas descritas en ese libro, acerca del mejor modelo de desarrollo económico para México, siguen vigentes. Entre ellas, la más importante, puede ser lo relacionado con los desacuerdos que existen todavía, para aplicar los remedios neoliberales o las soluciones de mayor fondo, lo que implicaría no solamente una reforma del Estado, o una reforma política, sino una reorientación total y a futuro del rumbo de México.

En fechas recientes, algunos dirigentes del PAN y del PRI se enfrascaron en el estéril debate para definir quien había dejado un mayor número de pobres, si las políticas neoliberales aplicadas por Salinas y Zedillo, en la década de los 90, o las políticas neoliberales realizadas por los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, cuando lo cierto es que las recidivas crisis económicas se debieron, tanto a factores externos como a errores internos, pero también al hecho probado de que las secuelas de toda política neoliberal son un incremento en la pobreza real, en América Latina.

Si bien es cierto, que los gobiernos de Fox y Calderón, y en menor grado Zedillo, lograron reducir en un alto porcentaje los niveles de la inflación, que en la época de López-Portillo eran infernales, desde Salinas se observó un creciente incremento en el gasto público (algo que no debe hacerse, según la doctrina neoliberal), una mayor política de privatización (algo que se hizo, casi siempre mal) y una gran demagogia con los programas de tipo Pronasol, por definición programas “´populistas”, que en mayor o menor grado se hicieron, y no siempre para bien.

El Estado se mostró cauto, y a veces dudoso, en la aplicación de los principios de preservar la riqueza nacional y repartirla mejor, y desde la época de la famosa “Quina” Joaquín Hernández Galicia, otrora dirigente petrolero, se pretendió culpar a los dispendios sindicales la crisis de los energéticos, y no a las empresas, ni a las políticas públicas que nos han llevado a la situación actual, en la que la bonanza de los precios internacionales del petróleo no ha llegado a los bolsillos de los trabajadores.

Debe quedar claro, para el lector, que para nosotros, mientras no se formule un nuevo pacto político y social, que involucre a toda la sociedad, para rescatar del neoliberalismo lo que es factible y loable, como el control de la inflación, y de las políticas sociales un gasto público orientado a generar riqueza social, con un sentido de justicia distributiva, con una menor carga fiscal para el ciudadano común, las posibilidades de alcanzar un desarrollo económico sostenido son escasas.

No hay que olvidar que dentro de todas las acciones sin sentido realizadas, Echeverría heredó por las nuevas generaciones al INFONAVIT y Salinas la Comisión de los Derechos Humanos y el IFE, instituciones modelo para toda la América Latina, mientras que la memoria recuerda a Fox entre el asombro y la risa, al pretender el desafuero de López Obrador y después, con una Fiscalía Especial para juzgar a Echeverría y a Moya Palencia, por delitos que al parecer ya fenecidos, para la historia no lo eran.

La reforma política tantas veces anunciada y postergada, todo parece indicar que se quedará en el famoso camino empedrado de las buenas intenciones, ya no da tiempo a lograr acuerdos centrales para impulsarla, y además, modificar las leyes y prácticas electorales vigentes, las cuales involucran de manera principal a los medios masivos de comunicación, en especial la televisión, no dispuesta a claudicar en sus conquistas recientes.

Otros analistas, ya han señalado que la crisis de los partidos políticos se debe a una ausencia casi total de principios ideológicos, normas y valores, así como una recuperación de los principios que hicieron nacer a dos de los partidos más añejos de América Latina, como son el PRI y el PAN. Desafortunadamente para ellos, y para quienes depositaron más de 15 millones de votos en 2006, los partidos de izquierda confirman la leyenda de propiciar la división de la izquierda mexicana, obedeciendo a una tendencia histórica.

Es importante reconocer, que los partidos políticos, más allá de sus alianzas pragmáticas y sus estrategias de supervivencia, han dejado de ser auténticos representantes de alguna clase social. No tenemos un partido obrero, un partido agrarista o campesino, sino organizaciones políticas que aceptan en sus filas a personas y grupos incluso antagónicos.

pero como opinan los sociólogos, de que la sociedad no es un todo homogéneo, sino una estructura en la que se articulan, en sus coincidencias y en sus antagonismos, las clases sociales, sería muy importante y notable que los partidos políticos renunciaran a su vocación de clase media, y regresaran a sus orígenes obreros y campesinos, en especial, ahora que se está ventilando un nueva legislación laboral, que según quienes la conocen lejos de resolver problemas, provocará nuevos, algunos de ellos sin resolver, en vísperas de tiempos electorales.

En tiempos de la globalización, no se puede aceptar, como un destino inevitable, que los mexicanos se conviertan en una tuerca más de las nuevas formas de desarrollo empresarial trasnacional, en situaciones en las que, con frecuencia, se olvidan los principales valores de los seres humanos y sus posibilidades y derecho a un futuro mejor.

Por cierto, de ironía quienes dicen que los ataques en contra de la empresa de Sabritas, es porque se trata de que a alguien no le gustan las papas adobadas. Lo dijo un reconocido conductor de un noticiero de radio de cobertura nacional.

Elección: papelería

La papelería electoral se encuentra resguardada en el distrito 04 de Boca del Río, informa el maestro Rodolfo Molina Santiago, consejero electoral, todo está bajo control y estrictamente organizado para las votaciones del primero de julio. 488 casillas estarán instaladas en tiempo y forma en este distrito boqueño. Así las cosas.

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