Tal cual se había especulado, al quedar confirmada la lista de los aspirantes del PRI al congreso federal, no hubo ninguna sorpresa. Los anuncios de que los precisos serían a través de encuestas fue un simple disfraz de democracia, cuando estas masivas valoraciones en ninguna administración se han tomado en cuenta.
La decisión aplicada en el palacio de gobierno operó sin ningún cambio. Aquellos que se apuntaban y buscaban padrinos en el altiplano no tuvieron el menor efecto. De antemano se sabe a quienes de los designados deben estar conscientes de que perderán su distrito y otros a los que se les otorgará el apoyo económico se pondrá en marcha el costoso aparato de la estructura priísta y con mayores posibilidades para obtener el triunfo.
En la lista definitiva se aprecia la mano de un personaje del reciente pasado que meció la cuna para el nacimiento de los nuevos prospectos políticos.
Se repitió la misma estrategia de Fidel Herrera Beltrán, en donde él operaba personalmente para que perdieran algunos candidatos priístas el distrito. Lo grave es que el exgobernador en su accionar lo evidenciaba de manera muy notoria.
No hubo en la selección de diputados y senadores para la elección del 2012 la equidad de género. No llegan las mujeres escogidas ni siquiera a la cuarta parte de los designados, no obstante que es el sector femenino el mayoritario que existe en Veracruz. Y lo peor que se volvieron a utilizar cartas muy manoseadas como son los casos de Gladys Merlín Castro y Regina Vázquez Saut.
Existe un gran beneplácito en las cúpulas de los partidos de oposición por la debilidad de la gran mayoría que componen la lista palomeada por el PRI. Es un grupo de funcionarios desconocidos y de pasivos exdiputados locales a los que resultará una operación muy cuesta arriba para posicionarlos en una contienda electoral que será la más competida de la historia.

Protección a periodistas

Aunque usted no lo crea, el embajador de los Estados Unidos en México, Anthony Wayne, tuvo la iniciativa de crear un programa de protección a los periodistas mexicanos por tratarse del gremio más afectado por la violencia del crimen organizado. De que magnitud será el problema, que desde Washington el gobierno norteamericano acordó destinar una cantidad de millones de dólares para cuidar a los comunicadores de su vecino país del sur.
De acuerdo a datos de la Procuraduría General de la República en el estado de Veracruz se han registrado 155 muertos sólo en el año pasado producto de los enfrentamientos ocurridos en la entidad, dentro de este número se encuentran varios periodistas.

Becas para “Ricardos”

El programa educativo del presidente Felipe Calderón de entregar créditos a los estudiantes de universidades privadas es discriminatorio e inequitativo, ya que es de manera exclusiva para la preparación académica de jóvenes ricos.
Los alumnos de estos centros de estudios privados donde se cobran elevadas cuotas de inscripción y colegiaturas que rebasan en la mayoría de los casos desde cuatro a cinco salarios mínimos, son personas que cuentan con recursos y el sistema de financiamiento que les ofrece el gobierno federal si bien los beneficia, para la gran mayoría de los sacrificados padres de familia resulta una ofensa que siguen en la busca para sus hijos de un cupo en las universidades públicas.
Esto se explica porque Felipe Calderón al igual que el anterior presidente de México, Vicente Fox, ambos panistas, son egresados de escuelas privadas. De la Universidad Iberoamericana y de la Escuela Libre de Derecho, respectivamente. Los anteriores mandatarios priístas salieron de la UNAM y del IPN que son instituciones educativas públicas.
Son mentalidades y visiones de profesionistas del país muy diferentes.
Si bien es cierto que es necesario apoyar económicamente ya que hay una gran necesidad para que los jóvenes estudien una carrera universitaria y que puedan realizar cualquier tipo de postgrados y especialidades, las autoridades deben poseer una gran miopía para no tomar en cuenta las necesidades de estos alumnos que ni siquiera tienen dinero parar sostener sus estudios en escuelas públicas, por los elevados costos de los materiales y libros que se les exigen además de cubrir los elementales gastos de transportación, alimentación y vestido.
Los dueños de estas universidades privadas están felices ya que podrán aumentar su matrícula, que se ha visto mermada por la crisis económica que afecta a todos sectores del país.