El voto obligatorio transformaría radicalmente el sistema democrático de la nación mexicana. El perjudicial abstencionismo prácticamente se reduciría a cero y habría un mayor compromiso ciudadano a participar en los procesos electorales.
Está comprobado que cuando la gente no emite su sufragio casi siempre son ganadas por los partidos políticos que gastan fuertes sumas de dinero en propaganda y en la compra de los votos.
Son elecciones que no llegan al 50 por ciento del padrón electoral.
Son funcionarios que resultaron electos por una minoría de la sociedad que supuestamente representan. La baja participación provoca el cuestionamiento de la legitimidad de quienes resultaron electos.
Este ha sido una de los principales motivos de la inestabilidad del país.
La Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados analiza esta iniciativa que reforma el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales que haría obligatorio el voto para las próximas elecciones.
Resulta obvio que esta medida pondría a temblar al PRI y al PAN que siempre han confiado en el abstencionismo del pueblo mexicano para manipular a su antojo las cifras del padrón electoral. Aunado que aumentaría de gran manera el costo de comprar más votos por el elevado número de participantes.
Si la gente del pueblo sale a votar se da por antemano el triunfo para los candidatos que mejor se identifican con los sectores más desprotegidos, esa gran mayoría de cerca de sesenta millones de mexicanos que están sumidos en la pobreza extrema.
En las elecciones federales del 2009 más del 55 por ciento de los electores inscritos no acudieron a votar. Ni siquiera la mitad de los mexicanos confiaron que se respetaría su voluntad de elegir a sus representantes.
Las mayorías de los actuales legisladores no cuentan con el respaldo ciudadano que les otorga el voto.
En los comicios del 2006 que le dio el IFE el triunfo a Felipe Calderón, más de cuatro de dada diez ciudadanos no votaron, es decir de acuerdo a esa cifras sólo dos mexicanos de cada diez le dieron la oportunidad de que manejara a su antojo el triste destino de nuestro país.
Esperamos que este año no se repita esa terrible experiencia.

Las grandes diferencias

Por observaciones de la Auditoría Superior de la Federación se les ha obligado a a diversos gobiernos de los estados devolver fuertes sumas de dinero. En primer término a la administración de Enrique Peña Nieto tuvo que regresar 4 mil 405 millones de pesos. En el caso de Veracruz por tratarse del 2009, le tocaría al gobierno de Herrera Beltrán, devolver más de tres mil millones de pesos.
La comparación es con el Jefe de gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, que sólo regresó 192 millones de pesos, no obstante ser la urbe con mayor población del planeta.

Deficiencia es corrupción

El día de hoy el congreso local conocerá sobre el desvió de varios cientos de millones de pesos realizados por alcaldes de la pasada administración, es una fina estrategia de buscar culpables menores como una forma velada para la justificación de aprobar la cuenta del último año de gobierno de Fidel Herrera.
Tanto el Orfis como los legisladores locales tienen la obligación y el compromiso de medir la eficiencia del acción del gobierno estatal y los municipales en el manejo de los recursos públicos.
La realización de estos controles administrativos permite ubicar este tipo de descomposición y abusos sobre el dinero de los impuestos de los veracruzanos ejercido, no ejercido y sobre todo el mal aplicado.
Estos malos manejos significan una deslealtad y traición a la ciudadanía ya que por falta de orden y de un buen gobierno estos recursos públicos se pierden y se vuelven ineficientes.

La ineficiencia es una forma de corrupción
Se han detectado graves irregularidades en el gasto público, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se ha comprometido a una total transparencia, ejemplo que deberán tener los responsables tanto de las secretarías de estado como de los ayuntamientos que inician su segundo año de administración.
No son defendibles de ninguna manera que exista este tipo de corruptelas en una entidad como es la veracruzana, donde todavía hay tantas carencias y existen millones de veracruzanos que requieren de estos apoyos económicos para tener una vida más decorosa.