En tremendo problema se han visto envueltos los gobernadores del partido tricolor, senadores y diputados y miembros de la cúpula del PRI, para defender a los ex gobernadores de su instituto político que han sido acusados de malversación de fondos, falsificación de documentos y de excesivos endeudamientos, poniendo en grave riesgo la economía y los programas de desarrollo social de las entidades que gobernaron.
Cómo justifican su defensa si se trata de auténticos delincuentes. Si existen las pruebas que exhiben los abusos de poder y los malos manejos de los recursos federales. Lo más vergonzoso para un hombre es hacer el ridículo. No hay argumentos válidos para un funcionario cuando existen estos testimonios de culpabilidad del compañero de su partido.
Cómo explicar que defienden a alguien que deshonró el cargo para el que fue electo.
¿O son encubridores o cómplices?
Los nombres de los que están acusados ante la PGR y que de una manera velada el presidente Felipe Calderón los ha estado filtrando. Los apellidos están a la luz pública de los Marín, Moreira, Herrera, Ruiz, etc. La guerra sucia como la han calificado los acusados se caería por su propio peso ante la contundencia de las pruebas. No se puede perder de vista que los papeles de estos ilícitos los tienen los miembros del gobierno federal, ya que de ahí es donde se originan en una buena parte estos recursos públicos que han sido desviados.

Diferentes y opuestos

¿Quiénes fueron el autor o autores intelectuales de la quema de las instalaciones del nuevo periódico, “El Buen Tono” de la ciudad de Córdoba?
La obsesión de los políticos y empresarios que se quieren convertir en periodistas tiene un elevado costo. Son oficios tan opuestos, en cuanto a principios y valores.

Por una democracia real

Compartimos la visión de un México democrático, igualitario, soberano y justo. Por ello nos une el convencimiento de que es indispensable impulsar cuanto antes un cambio de fondo en la política, en la economía y en la cultura; es decir, una transformación de la vida nacional.
El momento que vivimos requiere de definiciones claras, compromisos concretos y certidumbre de cuál es el proyecto por el que se vota.
Creemos en los acuerdos como una herramienta más de la política, solo que para lograrlos se necesita legitimidad y autoridad moral, y estas solo las otorga el voto del pueblo.
Los males de México en los últimos años no han sido resultado de la ausencia de acuerdos sino de la falta de legitimidad y de autoridad moral. Es urgente salvar a México de la desesperanza, restaurar la confianza y entablar la reconciliación nacional. Estamos convencidos de que la confianza y la reconciliación, solo podrán lograrse mediante la restauración de la democracia.
Más allá de procesos electorales inobjetables, hablamos de democracia directa. Ese es el tema: compartir el poder sí, pero con la gente. Apertura de los partidos, apertura del gobierno, mecanismos compensatorios no entre poderes y partidos sino entre los políticos y la sociedad: referéndum, plebiscito, iniciativa ciudadana, candidaturas independientes y revocación del mandato. Elementos que en cualquier democracia moderna forman parte del catálogo de conquistas populares que permiten relegitimar permanentemente el sistema de representación.
En todo caso, lo que necesitamos son gobiernos legales y legítimos, una democracia real y cambios de fondo. Por eso mismo, quienes buscamos un cambio no creemos que este sea posible mediante programas de gobierno confusos y difusos o peor aún mediante alianzas o coaliciones con quienes no quieren cambiar, con los constructores y defensores del statu quo inaceptable que se nos ha impuesto, es decir, con el PAN o con el PRI, que han demostrado de sobra su falta de vocación democrática y su nulo compromiso con México y con los mexicanos.
Necesitamos abrir un nuevo camino. No más de lo mismo. Un Proyecto de Nación que reivindique nuestra historia y que marque una trayectoria realmente diferente a la que han seguido los gobiernos del PAN y los del PRI.