Para el exgobernador de Aguascalientes y uno de los asesores del precandidato Enrique Peña Nieto, existen varios escenarios bien definidos sobre lo que ocurriría en las próximas elecciones presidenciales.
De acuerdo a los pronósticos, dados a conocer en un desayuno en la ciudad de Xalapa, el mexiquense Peña Nieto es el seguro candidato presidencial priísta y en el caso que sus rivales políticos sean Josefina Vázquez Mota por el PAN y Marcelo Ebrard por la coalición de partidos de izquierda, no hay duda que el priísta obtendría el triunfo sin problemas.
Según encuestas a nivel nacional, el candidato del partido tricolor cuenta con una ventaja de 30 puntos y por más que perdiera durante la campaña electoral y los debates, ganaría al final por más de 10 puntos.
En el caso de que fuera López Obrador como candidato de la coalición de la izquierda y siguiera Vázquez Mota se dividiría el voto de una manera tripartita y los porcentajes del 33 por ciento por cada partido sería una elección más pareja. El posible ganador sería con uno o dos puntos de diferencia y lo más seguro es que al final fuera el priísta.
Si en lugar de Josefina Vázquez entrara el senador Santiago Creel, Peña Nieto perdería con AMLO y con el grave riesgo de que el panista declinara a favor del candidato de la izquierda, a fin de no hubiera la menor duda.
La única transición verdadera sería el arribo a la Presidencia de la República de la izquierda, asegura el que fuera director de Comunicación en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. No hay que perder de vista que en las pasadas elecciones fue medio punto lo que le dio el triunfo a Felipe Calderón, por lo que esa fuerza de la izquierda esta presente.
Otto Granados afirma que Peña Nieto tiene que sacudirse a Salinas de Gortari y que la alianza que busca con las huestes de la profesora Elba Esther Gordillo le causará mucho daño. Son figuras del pasado que tienen como único aval el rechazo y desprecio de millones de mexicanos.
A pesar de sus pleitos internos, los del PRD, PT y Movimiento Ciudadano van a ganar en esta ocasión, afirma el principal asesor político de Peña Nieto. Se lograría el cambio que busca el pueblo de México.
Los partidos de la izquierda en su gran mayoría esta compuesto de gente pobre y uno de los grandes logros del gobierno de Felipe Calderón es el crecimiento de la gigantesca fila de marginados a la que se sumaran el próximo año más de dos decenas de millones de pobres.
Más de 20 millones de votos para el candidato que tiene como bandera: Primero los pobres.
Para el próximo Presidente de México, llegue quien llegue, no tendrá ninguna alternativa para superar la crisis económica, no hay varitas mágicas en los mercados financieros para la solución de este serio problema. Pasarán varios años para alcanzar una tasa de crecimiento del 2 o 3 por ciento.
El complejo problema que tendrá el siguiente mandatario para reducir la violencia del narcotráfico, muy poco podrá hacer para solucionarlo. Aunado a la difícil tarea de regresar a las fuerzas militares a los cuarteles. Por lo que reitera Granados que tendrán que transcurrir varios años para lograr la tranquilidad en el país.
Según Otto Granados, lo único que le queda por hacer al que llegue a Los Pinos en el 2012, será trabajar intensamente en la educación del pueblo mexicano, pero para poder cristalizar este proyecto y poner fin a los millones de analfabetos y mejorar sustancialmente el sistema educativo, para ello lo primero que tendrá que hacer, es terminar con la dictadura hegemónica de la líder perpetua del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Sorprendió el destacado priísta Otto Granados a los asistentes al desayuno con los medios veracruzanos, la severa crítica que hiciera al absurdo manejo actual que pretenden los miembros de su partido para llegar a los Pinos. Sobretodo al énfasis insospechado que puso sobre la posibilidad de que, en esta ocasión, sea la izquierda la que ascienda al máximo Poder Ejecutivo del país.
Sobre lo que plantea el asesor de Peña Nieto no tomó en consideración los intereses partidistas, que son por su naturaleza intereses parciales, que no tienen una verdadera identidad, muy alejados a los verdaderos empeños que debe tener un partido democrático acorde a los intereses de la nación.
Se trata de la respuesta que deben tener los principios de un instituto político para la solución de los graves problemas del país: Un partido sin una visión fundada y legitimada de los intereses nacionales. Se trata sólo de una pandilla de vividores cuyo único compromiso son sus ambiciones particulares, tal como ocurre en la entidad veracruzana con el PRD, por mencionar lo ocurrido en los últimos meses. Lo mismo acontece con los demás partidos con una pobreza intelectual, cuyos cuadros carecen del talento y del conocimiento, aplicados en una gran corrupción, provocado por la gran derrama de recursos públicos. La conversión de sus dirigentes en cazadores de fortunas, que han hecho un modus vivendi ocupando puestos burocráticos o de elección popular.