En varias ocasiones este columnista ha señalado que se avecinan tiempos catastróficos por ciertos fenómenos de la naturaleza, que van desde sismos, huracanes, deshielos en los polos, drásticos cambios climatológicos, etc. Y en todos ello advertimos que estos hechos ponen en grave riesgo la supervivencia de la humanidad en la Tierra.
Pero no habíamos señalado otra seria amenaza que afectará seriamente a los seres humanos, --en estos tiempos violentos donde se vaticinan grandes desastres naturales--, es este, el de mayor adversidad, que es el económico, por todo lo que entraña de hambruna, epidemias y una depresión universal por falta de recursos. Por primera vez nos encontramos ante el umbral de una recesión financiera diferente, que se dará en el marco de una política económica sin margen. Ya se inició en este trimestre con una tasa de desempleo histórica con cientos de millones de personas sin trabajo en el mundo.
No hay lugar en el planeta donde no exista una gran incertidumbre financiera.
Existen una serie de señales que apuntan hacia una desaceleración económica que pueden provocar una gran recesión.
La suerte de la economía mexicana está atada hacia los Estados Unidos. Si nuestro vecino país cae en recesión se puede dar como un hecho que México también. La fragilidad de la política fiscal estadunidense provocada por los republicanos, la crisis bancaria europea, la deuda impagable de los griegos y otros signos negativos, como los consumidores que han tomado una actitud más cautelosa y esto provoca la reducción de inventarios de las empresas.
Agustín Carstens, director del Banco de México siempre optimista sobre el futuro de nuestro país, no pudo ocultar que las exportaciones y la actividad industrial en el país se han debilitado y advirtió que la actividad productiva ha perdido de manera acelerada su dinamismo.
Los negros vaticinios auguran un importante crecimiento de la inestabilidad financiera y una larga permanencia de la crisis económica global.
Esta catástrofe ya llegó y sus graves efectos se empiezan a vivir hasta convertirse en toda una tragedia mundial.

El PRI pide que renuncie Moreira

Tiene toda la razón Humberto Moreira, líder nacional del PRI de quejarse y sentirse el ofendido por la campaña que realiza la cúpula nacional del PAN en su contra, al poner al descubierto toda una serie de arbitrariedades y delitos penales como la falsificación de documentos del Congreso estatal cuando desempeñó el cargo de desgobernador en el estado de Coahuila.
Resulta obvio que sus opositores políticos se iban a lanzar con todo, ante estas oportunas circunstancias cuando se inician las actividades electorales para cambiar los poderes federales.
Humberto Moreira se puede justificar por razones partidistas opositoras, pero lo que le resulta más difícil, es que sean los propios priistas los que pidan que presente su renuncia, como el caso del ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velazco, destacado político que ha ocupado las más importantes carteras dentro del CEN del PRI.

Las veracruzanas en riesgo

Por varios lados se advierte el grave riesgo que corren las mujeres en el estado de Veracruz, con la presencia física de las bandas del crimen organizado y de las fuerzas militares en las calles. Ambos grupos se caracterizan por tener los más bajos niveles de preparación educativa. El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos, Luis González Plascencia, asegura que se “está viviendo en la entidad veracruzana una etapa de violación a los derechos humanos sin precedente y la incapacidad del gobierno de garantizar la seguridad”.
Por otra parte, la coordinadora general de la asociación civil “Equifonía”, Aracely González Saavedra, advierte de los riesgos de la militarización en la entidad al dar a conocer que en los últimos años, más de mil niñas y mujeres han sido asesinadas, feminicidios que en la mayoría de los casos han permanecido en la impunidad.
Recordó la activista que la propia Procuraduría del Estado reconoció que se contabilizaban hasta el año pasado a 5231 mujeres veracruzanas desaparecidas.
González Saavedra dijo que la impunidad y corrupción de los gobiernos ha provocado que cada vez sean menos los que crean en las instituciones y en la impartición de la justicia. Lamentó que la nueva modificación al código penal, no garantiza el derecho a la justicia.
El ombudsman González Plascencia, apuntó la necesidad que la ciudadanía se organice con “una dinámica tal, que el discurso de la sociedad civil, le dé lecciones al propio gobierno”.