Pasaron unos cuantos meses y algo muy extraño pasó. Todo el fervor fidelismo de los veracruzanos se esfumó, el personaje que arrasaba en las elecciones ahora es ignorado, el político con el mayor puntaje de popularidad a nivel nacional y estatal, según ciertas encuestas, desapareció del panorama veracruzano, el mencionado a nivel local como un posible candidato a la Presidencia de la República, se descartó… Fidel Herrera Beltrán como modelo de la clase política de pronto se evaporó.
Los fidelistas de camisas y chamarras rojas se escondieron.
¿Dónde quedaron esos vistosos colores y uniformes?
Ningún presidente de México o de cualquier nación del planeta podría ostentar el inigualable récord de figurar durante seis años en la portada y en la nota de ocho columnas de dos medios impresos.
El hombre de la noticia, el galardonado de los premios Guiness por los récords establecidos en la entrega de puentes y tractores desapareció de los medios.
Con toda objetividad el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán es una figura indiscutible dentro de la historia política de Veracruz y México. Pasarán muchas generaciones y el recuerdo del “Tío Fide” seguirá vigente.
Podrá tener toda clase de defectos, desde el enfermizo ególatra que ocupaba los espectaculares de las carreteras veracruzanas, del gobernante que no podía permanecer callado, que presumía de conocer a fondo la naturaleza humana de los paisanos, del creador “Late con fuerza”, del promotor del himno veracruzano, sin duda un encantador de serpientes cuando se proponía convencer a alguien. Con todo tipo de torpezas, debilidades e imperfecciones. Pero nadie le puede negar que como político era único y muy diferente.
No se vale que todos los seguidores de Fidel Herrera ahora se ocultan y se esconden. Es demasiado pronto para mostrar ese desapego.
Quieran o no, es un símbolo político de Veracruz.

Pagar a las víctimas colaterales

Desde el martes podrán ejercer sus prerrogativas y compensaciones las víctimas colaterales de la guerra emprendida por el gobierno en contra de los cárteles de los narcotraficantes. Aquellas personas que hayan perdido a sus esposos e hijos, que eran el sostén de sus familias, podrán acudir a la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de los delitos. En este aspecto, existe un buen número de veracruzanos que podrán exigir sus derechos a este organismo descentralizado de la Administración Pública Federal que cuenta con personalidad jurídica y patrimonio propios.
Ya no existe el socorrido pretexto de la mala suerte de un ser humano que estaba en el lugar y la hora inapropiada. Este organismo deberá brindar atención oportuna e integral a los ofendidos por estos delitos. Deberán apoyar a los familiares de estos inmolados que eran ajenos a esta lucha. El gobierno federal tiene que pagar.

Cambios en la Iglesia

Los tiempos de la Iglesia Católica han cambiado radicalmente. Aquellas épocas donde estaba prohibido mencionar a Benito Juárez en las aulas de los colegios privados manejados por grupos religiosos, se contrapone con la salida de los sacerdotes de la Compañía de Jesús de la ciudad de Xalapa, por no estar de acuerdo con el acendrado priismo del arzobispo Hipólito Reyes Larios y su estrecha relación con los grupos del poder político.
Los jesuitas siempre se han caracterizado por ser más liberales e identificados con los sectores más humildes del pueblo mexicano. De acuerdo al artículo del periodista Raymundo Jiménez, la gota que derramó el vaso de la cúpula de la arquidiócesis fue la declaración de los jesuitas al despedirse de Veracruz, de seguir “trabajando en la transformación de la sociedad y en la construcción de la comunidad eclesial, de modo que la Iglesia, pueblo de Dios, sea cada vez más laica y menos clerical, más participativa y menos encerrada en los templos, más solidaria con la causa de la justicia y la práctica de la democracia participativa y menos sorda a las angustias y tristezas de la humanidad”.
Como que prefieren los jesuitas ser soldados de Cristo a ser soldados del PRI. No quieren combinar las tonsuras con los copetes. No se les da a la Compañía de Jesús el partido tricolor.