Resulta hasta infantil que distinguidos militantes del partido Convergencia se sientan defraudados por el cambio de nombre de dicho instituto al de “Movimiento Ciudadano”, con una clara tendencia a participar en las elecciones del 2012, en apoyo a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
No es secreto que la fuerza política que llegaron a tener, en donde figuran varios senadores de la República y un número de diputados federales, alcanzaron dichos cargos por la fuerte corriente proveniente de la candidatura del tabasqueño. El arrastre del “Peje” le permitió contar con un presupuesto de 272 millones en el 2006. Este año contará con 197 millones 32 mil 647 pesos.
¿Qué sería Convergencia sin el apoyo de los otros partidos con quien ha hecho alianzas y coaliciones? ¿Aún tendría registro?
Ayer en Coahuila, con un buen candidato como es Jesús González Schmall, el partido naranja no alcanzó el dos por ciento de la votación.
¿Se podrían imaginar a un candidato presidencial lanzado por Convergencia el triste papel que alcanzaría?
Nunca se imaginó su fundador Dante Delgado, la rebelión de sus seguidores por no estar de acuerdo con la refundación de esta agrupación y el cambio de nombre.
La aversión y el rechazo de que dicho partido esté a la disposición del movimiento político Morena que encabeza López Obrador. Se oponen a vivir la realidad de los tiempos políticos del país. El quién es quién en México.
Existen dentro de Convergencia personas de elevados recursos, que ven a este partido sólo como una plataforma para sus actividades particulares. Por sus orígenes familiares de elevado nivel económico comulgan con las ideas de la derecha, muy ajenas a las revolucionarias que proponen la ideología progresista de la izquierda, que representaría el nuevo Partido Movimiento Ciudadano.

Sin sentido común

Hay ocasiones en que los candidatos creen que los electores carecen de toda inteligencia y sentido común. Se llegó al extremo el candidato priísta al Estado de México, de prometer por prometer, como una irrealizable bandera demagógica de campaña. Eruviel Ávila del PRI, se lanzó la puntada de comprometerse a realizar 6,000 propuestas electorales durante sus seis años de gobierno. Esto lo obligaría a cumplir cada día a tres compromisos, incluidos sábados y domingos.
Y los hizo ante notario público.
Para aterrizar esos ofrecimientos en un plan de trabajo factible, tendría que contar con varios sexenios como gobernador y contar con el presupuesto de Federación. De antemano sabe que no las va a cumplir y confía en la falta de memoria de los mexiquenses.

El reparto celestial

Cuando el creador estaba dotando de atributos y virtudes a los seres humanos empezó hacer un reparto equitativo de acuerdo a las diversas nacionalidades y empezó de esta manera: A los Suizos, serán banqueros y ahorradores; los alemanes, trabajadores y disciplinados; brasileños, jugadores y bailadores; Al final dejó a los mexicanos, ellos serán buenas gentes, inteligentes y priístas. Y se le ocurrió a un arcángel ¿por qué a ellos les das tres opciones y a los otros solo dos?. También los mexicanos sólo tendrán dos. Mira si son buenas gentes e inteligentes no son priístas; si son buenas gentes y priístas no son inteligentes y si son inteligentes y priístas no son buenas gentes.