Por Silverio Quevedo
Columna: En la Mira
Las detenciones. Primera llamada
2011-02-01 | 00:17:29
-A marchar derechito, los actuales
-Y los del 2209 a regresar la lana
-Tlacotalpan, más que de pie

Las acciones del gobierno de Javier Duarte y la ejecución de acciones legales contra los decenas y decenas de ediles corruptos de las pasadas cuentas públicas, con la actuación de la Procuraduría General de Justicia, así como el Congreso Local, y el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (Orfis) son sin duda una primera llamada.
El mandatario estatal dio una muestra más de atacar de frente la corrupción al señalar que no se trata por ningún motivo de “revanchismo político o de otra índole”, lo que sin embargo, aunque no lo haya dicho, es un claro aviso para quienes toca administrar los recursos públicos municipales y estatales en el trienio y sexenio que corre.
Con los expedientes que armaron y siguen armando las dependencias involucradas, se da cuenta de que ya dieron el primer paso y arremetieron contra una buena cantidad de ediles y ex funcionarios corruptos cuyos desfalcos fueron catalogados como daño patrimonial en contra de sus respectivos municipios.
Entonces no hay otra forma de verlo más que una primera llamada para resarcir los daños, pero esa llamada también se extiende sin duda a los actuales funcionarios.
Más que una advertencia para los 123 municipios que recibieron observaciones por la entrega de sus cuentas públicas 2009, es una señal de que sin duda no deben jugar con la Ley y menos en lo que se refiere a la responsabilidad como servidores públicos.
Estos implicados en hechos delictivos todavía tienen la oportunidad de solventar esas observaciones. De no hacerlo, incurrirán tendrán que pagar con cárcel. En su oportunidad, los ediles y ex funcionarios a los que se les liberaron las órdenes de aprehensión la semana anterior, también tuvieron la posibilidad de comprobar el ejercicio de los recursos públicos que utilizaron, y simplemente pensaron que sería como en los sexenios anteriores o por lo menos los dos últimos, “del no pasa nada”.
Y es que en el desempeño de los gobiernos se emprendan medidas en la aplicación de los presupuestos, y los alcaldes reprueban en honestidad.
Es sin duda el colmo del descaro. Hay que reconocer que con esta muestra los alcaldes tendrán que caminar derechitos, porque no habrá perdón para quien abuse de su poder en detrimento de sus representados.

Tlacotalpan se levantó
Desde ayer empezó la fiesta.
Por la tarde de este lunes con una cabalgata y hoy, eventos artísticos y culturales.
Es la fiesta, o una de ellas, más folclórica del estado. Por lo menos no hay otra en la celebración del Día de la Candelaria que ha alcanzado dimensión internacional, aunque últimamente demeritó bastante.
En la ciudad, los tlacotalpeños amables y buenos anfitriones estarán hoy más que atentos con el turismo, porque saben que necesitan hacer un doble esfuerzo por quitarle la imagen de una ciudad siniestrada.
El calor humano, lo picaresco de su personalidad, y la atención de su gente lo hará posible.
Allí estará sin duda, el buen amigo, Tobías Carvajal que como la mayoría de los comerciantes no bajó los brazos. Por el contrario, se emplearon más a fondo para poner de pie con una buena parte, ayuda de lo que tocó al gobierno de Fidel Herrera, ahora el de Javier Duarte de Ochoa, y claro la participación federal.
Tobías no dejará de mostrar su museo bar de Agustín Lara en los tradicionales Portales, sus mejores bebidas preparadas y hasta buena cocina. Lo mismo en el conocido y antiguo restaurante La Flecha, citado entre otros sitios históricos y característicos de la bella ciudad por Maquiavelo, amplio conocedor de la Cuenca del Papaloapan.

El alcalde Hilario Villegas ha encontrado el apoyo cercano y directo del mandatario veracruzano y la promoción de esa ciudad ha sido incluso internacional, lo que tiene doble mérito por el poco tiempo que tuvo para difundir la campaña.
Dos inundaciones pegaron al municipio. Hubo historias dramáticas entre sus habitantes.
Algunos que sufrieron increíble que parezca, tres siniestros en sus estancias alternas. La primera, en Tlacotalpan que llegó a casi un metro de altura, la segunda en el municipio de Medellín, en el fraccionamiento Puente Moreno a donde se refugiaron tras huir del siniestro causado por el río Papaloapan pero a donde el castigo de la naturaleza los persiguió, mientras que al retornar una vez que había bajado las aguas a su natal donde ya estaba casi terminada la limpieza, llegó la tercera inundación.
No obstante contra viento y marea, contra todo ello, y con la ayuda humanitaria de los paisanos y de otras partes del país, los tlacotalpeños no olvidarán como fueron socorridos en los albergues de Veracruz y Alvarado.
Y estos festejos con una mejor oportunidad de brindarse y agradecer como anfitriones a los visitantes que incluso, asisten también con el deseo de seguir apoyando en la reactivación económica.
Los tlacotalpeños, alegres como son, vivirán en la algarabía sus fiestas y dejarán a un lado, aunque no en el olvido, sus amargas experiencias del 2010.

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