Fidel Herrera Beltrán, el gobernador de Veracruz, hizo un llamado a la unidad y dejar a tras el proceso electoral, lo que significa aceptar los resultados que favorecen al candidato del PRI a la gubernatura, Javier Duarte de Ochoa.
El político de Nopaltepec se muestra entero, sólido y de buen animo por lo que sigue en su dinámica de trabajo, después de un proceso electoral desgastante y muy conflictuado por la injerencia del gobierno federal.
Ahora sólo hace falta que el PAN acepte su derrota en Veracruz, así como el PRI ha hecho lo propio en otras entidades.

Defensa del triunfo

El priismo va a defender con todo el triunfo de la gubernatura de Veracruz en la persona de Javier Duarte de Ochoa, un joven que ha convencido a los electores en torno a sus propuestas de un programa de gobierno que garantiza el avance de la entidad para el presente y futuro.
Duarte de Ochoa esta respaldado por el voto de más de un millón 400 mil electores, lo que constituye la obtención de la más copiosa votación de todos los tiempos que garantiza su triunfo y que por lo holgado deja sin posibilidades de queja alguna a sus opositores.

Dante: fracaso

La mala nota la esta dando en estos lares, Dante Delgado, un personaje convertido en un oportunista electoral de la vieja ola, ya pasado de moda y sin ninguna posibilidad de triunfo en el proceso del domingo 4 de julio, ahora fiel a sus principios viscerales y de mala fe, expresa que no reconoce la legalidad de los resultados, cuando además de quedar en tercero y último lugar, su Partido Convergencia se adjudico varias alcaldías y por lo mismo debería de hablar con razón en torno a la legalidad del proceso que no esta en entredicho como el lo dice. Pero además va de la mano con el personaje que lo metió a la cárcel y demuestra no tener dignidad.
Las votaciones fueron copiosas con algunas sorpresas en ciertos ayuntamientos y en distritos de diputaciones locales, lo que demuestra que el IEV ha operado con transparencia y equidad.
También es cierto, salen a relucir en el PRI, las malas postulaciones y las candidaturas mal seleccionadas, así como las fallas de los operadores que algunos dejaron de trabajar y otros simularon para dejarse pegar en algunas zonas ya detectadas.
Pronto habrá que hacer la recomposición del PRI y de una forma inmediata deben ponerse a trabajar en la corrección de los errores.
El domingo 4 de julio deja a la población del país y a la comunidad internacional una demostración de la participación del gobierno del presidente Felipe Calderón, quién junto con la llamada alianza Frankenstein conformada por la fusión de los partidos históricamente antagónicos PAN y PRD, más el Partido del Trabajo, el Partido Convergencia y el PANAL, a como de lugar se preparan para a cualquier precio retener el poder presidencial en el 2012.
Por eso en los años siguientes antes de las elecciones presidenciales en el 2012, los gobiernos priistas estatales y municipales, así como el priismo en general estarán enfrentando la peor guerra nunca antes registrada en la historia de este país y en donde la confrontación entre partidos políticos crecerá y se endurecerá la lucha por el poder que se pronostica va a llegar a niveles de una lucha insospechada.
Es lamentable que los partidos políticos como Convergencia, PRD y PT pierdan el rumbo y la filosofía de sus principios al unirse al partido de la ultraderecha que esta demostrado apuesta a la violencia y a las acciones que antes tanto criticaron para acceder al poder político en las entidades federativas.
Sin duda es un golpe serio a la democracia de este país y ojala y el priismo junto con su dirigente nacional, Beatriz Paredes, se pongan en pie de guerra para defender los triunfos en las entidades como Veracruz, en donde, Javier Duarte, se adjudicó la victoria y ahora pretenden hacerle tablas una elección ganada a pulso.
Durante el proceso electoral se vio a los priistas actuar con mesura y tolerancia, pero en el PAN se van con todos los métodos más antiguos coacción del voto para ganar, pero no lo lograron, por algo simple y sencillo, la población no apuesta al partido del presidente Calderón, que tiene al país sumido en un polarización, además de un enfrentamiento y encono entre sur y norte y en represión y persecución política que nunca antes se había visto con los sistemas propios del sistema de gobierno que se han puesto en operación para tratar de hacer ganar a sus candidatos, muchos sin posibilidades por sus negativos antecedentes.
También es cierto, que en el PRI se han detectado algunas traiciones y algunos de los operadores políticos mañosos de siempre se les vio apagados y dejando de actuar a favor de su partido, lo que indica que al mismo estilo de hace seis años, en esta elección se dieron las mismas circunstancias, pero se impone la voluntad popular a pesar de quienes se muestras como mercenarios políticos.
A pesar de la operación del aparato del gobierno federal, Javier Duarte de Ochoa, es el candidato ganador del gobierno estatal de Veracruz, por eso en conferencia de prensa este lunes en la capital del estado y en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río, presentó las actas que avalan su triunfo con toda contundencia y que un millón 400 mil votos, con un margen de diferencia de cien mil votos con el más cercano seguidor que es el candidato del PAN, Miguel Angel Yunes Linares.
Duarte, habla con los medios de comunicación nacionales y locales y con las actas en la mano por la vía de la legalidad defiende el triunfo priista en las elecciones en donde se ganó la gubernatura por un margen amplio de más de cien mil votos en más. El Candidato del PRI, refrendó que las actas que demuestran un triunfo contundente y decisivo en donde nada pudo empañar la voluntad democrática de los veracruzanos.
El triunfo de Javier Duarte es irreversible y confirma al candidato de la alianza de Veracruz para Adelante, como el gobernador del estado con una  diferencia de superior a los cien mil votos, lo que refrendó los resultados que venían reportando las encuestadoras, durante el proceso electoral. De nada sirvieron los intentos de desestabilización de la estrategia panista para boicotear la elección y contener su derrota. De manera que en plena jornada, los panistas exhibieron su desesperación para magnificar incidentes en los cuales por cierto, ellos lucían como “víctimas”.
En suma, el triunfo de Duarte de Ochoa es contundente e indudable, producto de una amplia participación ciudadana, que privilegió con su voto la civilidad, y disminuyó la interesada ofensiva del miedo, patrocinada por el partido blanquiazul.
Es tiempo de que los priistas de todo el país se pongan a defender los triunfos electorales en las entidades federativas en donde no operó la alianza Frankenstein y por ende no tuvieron posibilidades triunfo los candidatos panistas a pesar de la aplanadora electoral que fue frenada por la digna actuación de la sociedad civil. Así las cosas.