La propaganda de cada uno de los tres candidatos con posibilidades de obtener la gubernatura de Veracruz serán muy diferentes, y con propuestas opuestas que harán pensar al electorado las conveniencias y ventajas que cada una de ellas ofrece.
La del candidato del PRI estará estrechamente relacionada a la administración, gestión y logros alcanzados por el gobernador, Fidel Herrera Beltrán. Una continuación del actual proyecto de gobierno. Le resultaría difícil y hasta peligroso que censure y critique lo realizado por el político cuenqueño. De allí, como lo mencionábamos ayer, el inicio de Javier Duarte de Ochoa de su actividad proselitista será en Nopaltepec, del municipio de Cosamaloapan. Una estrategia basada en un PRI fuerte y sólido que gobierna en Veracruz y gobierna bien.
Para el candidato de la izquierda, el planteamiento propagandístico estará enfocado hacia la descalificación de los legisladores priistas y panistas, que aprobaron la brutal cascada de impuestos que afecta seriamente a la economía familiar.
Para Dante Delgado, resultará fácil prometer un cambio sustancial y un nuevo dinamismo para acelerar el desarrollo y la evolución de la entidad. A las pruebas se remite con las obras realizadas durante su gestión que siguen siendo en la actualidad el puntal del progreso y modernidad del estado.
Para el candidato del PAN, todas las baterías estarán enfocadas a degradar, invalidar y avergonzar la gestión priista de Fidel Herrera. Para ello cuentan con medios, empresarios, constructores y funcionarios priistas del actual gobierno para reprobar y vituperar lo hecho durante los últimos cinco años.
Aunado a la idea de que el presidente Felipe Calderón, --si gana el PAN--, dará un mayor apoyo económico y toda la ayuda del gobierno federal para transformar a Veracruz. Lo pondrán como ejemplo a nivel nacional de lo que se puede hacer con el primer gobernador del PAN en la entidad.
Romper la hegemonía priista es clave para los eventos electorales del futuro.
La prueba se tiene con la gestión de Miguel Ángel Yunes Márquez, en el municipio de Boca del Río, con la costosa pavimentación de concreto de las principales arterias. Lo que resulta extraño es por qué a los ayuntamientos anteriores que también fueron del PAN no se les ayudó como ahora lo hacen.

El gobernador es el responsable

Es una decisión tomada a nivel nacional en el PRI. En aquellos estados donde es gobierno el PRI y se celebren elecciones será el gobernador en funciones quien elija el candidato, y le tocará a Beatriz Paredes, la dirigente nacional, la que le toque designar al aspirante en aquellas entidades donde no son gobierno los priistas.
Ese es el revolucionario Coran político del partido tricolor.
De allí que se terminaron los tiempos de espera para conocer quién será el escogido. Con toda anticipación y de manera adelantada se conoce quien es el preferido del gobernante, y no se oculta ni se niega el origen del preferido.
Por eso, no hay la menor duda que será el diputado federal, Javier Duarte de Ochoa el ungido. Trae el sello y la herradura de Fidel. Los que van a ser ex gobernadores son hoy en día, los todopoderosos en esta actividad sucesoria.
No habrá ningún proceso electoral, movilización política, asamblea de delegados o convención para elegir al candidato. Aquello de la faramalla y el costoso teatro de las convenciones de los sectores priistas se puede ahorrar en esta época de austeridad.
La determinación final está tomada, la única decisión que cuenta en el PRI será la del señor gobernador. Nadie más. Aquello de la militancia y los derechos partidistas de los presuntos aspirantes están en el archivo muerto.
Así les toca elegir a sus sucesores, Ulises Ruiz, de Oaxaca; Fidel Herrera, de Veracruz; Mario Marín, de Puebla, etc.etc.
Les toca sólo a ellos imponer el mismo modelo de continuidad y asegurar con su delfín la impunidad.
El gobernador en turno tiene la responsabilidad absoluta de conservar el poder cueste lo que cueste.
De allí que Fidel Herrera tiene que escoger a los candidatos a presidentes municipales y diputados locales, que le garanticen los votos que sumen para llevar al triunfo a Duarte de Ochoa.
Él solito es quien tiene todo el pastel y decide como lo reparte, y si lo quiere hacer, o se queda con él.

Sigue Dante Delgado

Dante Delgado Rannauro, figura que representará a la izquierda veracruzana y que aparece en los últimos estudios de las encuestas realizadas por debajo de los candidatos del PRI y del PAN, pero que paradójicamente, es al que aceptarían tanto priistas como panistas como su segunda opción, más que el resto de los candidatos, y esto se refleja claramente en los cruces de militantes que realizan los analistas de Impulsos.