Mucho se ha dicho, sobre todo por lo sorpresivo, de la virtual designación del senador por Veracruz, Ricardo Ahued Bardahuil a la dirección general de Aduanas, como medida colateral por los enroques en Gobernación y el IMSS, comenzando así los movimientos con la renuncia a ese instituto por parte de Germán Martínez.
Todo puede indicar decisiones presidenciales por necesidad, porque las vacantes exigen ser ocupadas, y obviamente así se dieron pero también hay razones de fondo que llevan a concluir en no solo un ingenioso y hábil manejo de su gabinete, sino a una carambola de tres y hasta cuatro bandas por parte de AMLO para desactivar conflictos, madruguetes o cualquier intentona por querer demeritar a su principales fichas.
Y así, tras el berrinche efímero del ex panista Germán Martínez al frente del IMSS, y que derivó en su salida, el Presidente designó en la dirección del instituto a Zoé Robledo, quien fungía como subsecretario de Gobernación, otro destacado en la administración pública con apenas 39 años, que fue presidente del Congreso Local en Chiapas y posteriormente senador por el PT.
Para ocupar ese espacio en Gobernación el tabasqueño llamó precisamente a Ricardo Peralta Saucedo, quien se desempañaba como titular en Aduanas, cargo al que ha sido invitado el senador Ahued y ex compañero de fórmula, de la actual secretaria de Energía, Rocío Nahle García.
El periodista y columnista de El Universal, Raúl Rodríguez Cortez escribe este fin de semana:
“Ricardo Peralta Saucedo fue designado ayer subsecretario de Gobernación. Con ello no solo se cubre la vacante que dejó Zoé Robledo para dirigir al IMSS. También se desactiva el fuerte conflicto que el hoy ex director general de Aduanas traía con la titular del SAT, Margarita Ríos-Farjat.”
Y que si no le vino bien este movimiento a la funcionaria de todas las confianzas de Andrés Manuel y se puede confirmar lo que percibe este columnista, que fue ella precisamente además de su relación en el sistema fiscal tributario, quien brindó un grato recibimiento y prácticamente le dijo al empresario, el dueño de Casa Ahued en Xalapa, que no podía desobedecer una invitación presidencial.
Ahora bien, en Veracruz Cuitláhuac tendrá también la oportunidad de jugar sus bandas e iniciar los enroques respectivos. Es el momento bajo la necesidad de mover sus fichas que puede aprovechar para reacomodar las que no le estén funcionando, exigirle a las que sí, y darle un calambre a los o las que se sienten muy seguros.
Con la salida de Pérez Astorga tiene un espacio que puede ceder a sus verdaderos aliados. Con el que puede operar incluso políticamente, y hace a un lado un compromiso que viene de elecciones pasadas.
Es sabido que la Sedecop fue entregada a Ahued, pero no porque Cuitláhuac se sintiera comprometido con el futuro funcionario federal, sino por presiones de su compañera de Fórmula, la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
Cabe recordar que el senador con licencia se lanzó no menos de un par de ocasiones contra el gobierno del Estado. Desde el tema de inseguridad a la desatención de funcionarios, Lo mismo hizo con el actuar del alcalde de Xalapa. Y si bien en buena medida el aún legislador tiene razón, políticamente no abonaba a la causa.
A unos meses de haber sido electo lo sentenció:
“No me voy a morir siendo otro. Soy como soy, ya tengo mucha cuerda en la vida y no cambiamos, a nuestra edad es muy difícil. Estamos conscientes que estamos en un gobierno donde tienen mucha responsabilidad, mucha expectativa para la sociedad y no hay margen de error”, diría en entrevista.
Incluso en su momento y para aplacar rumores, se fue a sentar en Palacio de Gobierno al lado de Cuitláhuac, y dar una muestra de unidad total y concordia política.
Su estilo bronco, y amparado en su franqueza, y para algunos honestidad maquillada, Ahued, estaba ya alcanzado polos peligrosos. Buscaba hacerse sentir hasta en las esferas de palacio nacional, pero haciendo mucho ruido al gobierno estatal.
Primero, con el tema de la Guardia Nacional y la inseguridad, y segundo con la frase de que Veracruz no es un estado de segunda, y exigir que Veracruz debe recibir el mismo trato que Tabasco en la reducción de las tarifas de la energía eléctrica.
Andar en esos niveles de activismo ideológico parece que prendieron luces de alerta, y en una jugada maestra, AMLO acalla voces, sobre la posibilidad de que el ex alcalde xalapeño pudiera sustituir al actual mandatario veracruzano, aunque su verdadero objetivo sea cubrir con un buen perfil la vacante en Aduanas. Por lo pronto le baja su temperamento.
Pero desde AMLO hasta Cuitláhuac o viceversa, tienen ambos los primeros movimientos dentro de su gabinete, que debiera ser para bien.
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