Los grandes negocios de una administración estatal, como en el caso de Veracruz, cuando asume un nuevo régimen, van particularmente sobre tres rubros: El puerto o los puertos en este caso, Tuxpan, Coatzacoalcos y Veracruz, el agua y la basura.

Lo comentamos en este espacio con anterioridad que sobre eso se perfilan los políticos cada vez que asumen el poder. Buscando siempre el gran negocio o por lo menos fincar sus intereses personales de parte de quienes se desempeñan en el gabinete.

Y uno de ellos, precisamente el tema de la basura, ha tenido mucho ruido.

De ser así se explica la presencia de un genio de la corrupción y del latrocinio, al que seguramente el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha podido detectar, ya que sabedor que el gobernador Cuitláhuac García es el ejemplo de la honestidad, seguro que no sabe que está rodeado de ese tipo de funcionarios. Y es que este personaje es el claro ejemplo de lo que no debe existir dentro de la Cuarta Transformación.

Quien lo haya invitado a esa posición se la pasó de humo al mandatario nacional y en primera instancia, al mismo mandatario veracruzano, de otra forma no se entiende su nombramiento.

Que si no tiene experiencia. Más que eso, pues las mañas son demasiadas, ya que ha pasado por varias administraciones, donde se ha sabido acomodar siempre bajo el sello de la traición.

Se trata del Procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés. Sus cartas lo avalan en su desempeño como alcalde de Ciudad Mendoza por el PRD, luego ya como perredista entregó el partido a Fidel Herrera Beltrán primero, y a Javier Duarte después.

Este último lo premió por su lealtad –pasajera- en el Servicio Estatal del Empleo. De donde posteriormente fue señalado de un sin número de hechos de corrupción y desvíos de recursos.

Como diputado local en campaña, lo exhibieron en ropa interior y rodeado de fajos de billetes, fiel a su estigma corrupto. Claro, con imágenes que él mismo permitió.

Esta semana el periodista, Pablo Jair, circuló en redes lo siguiente:

--Trasciende Que el negociazo de su vida lo están haciendo el titular de la PMA el ex perredista, Sergio Rodríguez y el ex diputado local al que apodan “Gallo Bolo”. Aprietan a alcaldes en temas de los vertederos de basura con todo el aval de Palacio de Gobierno.

Ese es el tema precisamente por el que el “negociazo” no es sólo de este personaje, sino que es toda una madeja bien armada. Diría el Presidente

López Obrador, una mafia del poder, real mafia que está sacando raja a todo lo que da con el asunto de la basura en Veracruz.

Coincidentemente, de pronto, los alcaldes han saltado en varios puntos del estado, a exigir que se les apoye en resolver el problema de la basura. En Villa Aldama la alcaldesa debió ser encerrada y custodiada por la policía estatal porque los reclamos sobre los desechos eran “delicados” pero el trasfondo es que los tiraderos improvisados deben ser cerrados por el brazo ejecutor de la PMA, para entonces forzar a la renta de extensiones de tierra que genera millonarios dividendos y ahí depositar los desechos de uno o varios municipios.

Otro acuerdo redituable en este asunto es la industria del reciclaje de la basura. Pero la mayor utilidad de funcionarios y políticos deshonestos está en el manejo de los basureros.

Por ello el flamante Procurador es clave. Y que si sabe de hacer negocios, quien lo haya apadrinado, después de ser perredista, priista y panista, al lado de Miguel Angel Yunes para hacerlo morenista y funcionario, sabía perfectamente lo que hacía.

En tanto, quiere taparle el “ojo al macho” con los anuncios de que ya descubrió la pésima calidad del aire en las ciudades a través de teléfonos celulares, pero desde el interior de la dependencia, la presión hacia los alcaldes y el negocio de la basura está a todo lo que da.

Ni la Contraloría del Estado, ni la Federación parecen darse cuenta de lo que ocurre en este sector, o acaso habrá alguna complicidad.

Una segunda parte de su estrategia financiera es la trampa para los camiones que transportan basura a razón de 50 mil pesos la multa por unidad y son decenas, establece también la denuncia, sin recibo de por medio.