Llama la atención la fotografía que circuló por redes este sábado donde el polémico y popular Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz, aparece acompañado del productor de ganado, líder de la CNC estatal, pero también diputado local, cargo al que llegó por el PRI y después se deslindó, el cuenqueño Juan Carlos Molina Palacios.
En la gráfica, ambos aparecen junto a ejemplares de ganado de alto registro en el módulo asignado a la ganadería Rosa del Alba en la feria Ylang Ylang de Boca del Río, con el que Molina ha ganado premios internacionales.
La foto no es casual. La idea y desde hace mucho, de Molina Palacios es para hacer sentir su peso frente al nuevo régimen que no ha dado señales de quererlo atender a como este personaje estaba acostumbrado durante los sexenios anteriores, ya sean del PRI o hasta del PAN.
Si algo caracteriza al dirigente campesino y productor de ganado vacuno de alto registro es la lealtad, o “jugársela” a quien se lo promete, fue conocido en la Cuenca del Papaloapan durante una contienda electoral como el “amigo de verdad” por su eslogan de campaña para buscar la diputación federal.
Pero en este caso, su “lealtad” puede obedecer a dos razones de fondo, ambas, si es así, serían delicadas. Puesto que no se explica cómo a pesar de su cercanía con Javier Duarte, acérrimo enemigo del panista Miguel Angel Yunes y de haberle recordado su pasado de pederasta. Además de retarlo a un debate para ver quien mentía, pues el entonces precandidato a gobernador en diciembre del 2017 acusó que Molina era un vendido con el sistema porque le habían otorgado 3 mil concesiones de taxis.
Pero resulta que cuando algunos creían que podría correr sangre, y que el resentimiento y venganza que caracteriza a Yunes habría de descargarla con furia sobre el también productor cañero, sucedió todo lo contrario. Solo bastaron unos meses para que todo se volviera una luna de miel entre el otrora agresivo y ofensivo líder cenecista y el futuro gobernador de Veracruz por dos años.
Ahora con el estira y afloja en el Congreso Local donde se pretendió desaforar a Wincker y sacarlo de la Fiscalía, Molina fue uno de los priistas que junto con otros de Morena y el principal traidor de la alianza, el dirigente del PES, Gonzalo Guízar Valladares, les tendieron su mano, brazo y todo el cuerpo para arropar al funcionario heredado por Yunes y evitar su salida.
Ahora bien, Molina ha usado el caso para fraguar su treta como presión al gobierno morenista, puesto que de la mano van sus protestas contra los funcionarios estatales que no lo reciben ni atienden sus demandas.
Pero lo curioso es que con sus acciones parece que ha convertido a Winckler en una especie de “gobernador legítimo”. Lo mismo lo acompaña y alza la mano en una inauguración de cursos o conferencias, que en la inauguración de instalaciones.
O como ayer, cuya foto generó una serie de críticas en redes y hasta periodistas como el comunicador Iván Calderón que acusa que mientras Jorge Winckler se toma fotos con sus amigos el estado está en inseguridad y la procuración de justicia de cabeza.
A todo esto saldan dos posibles razones poderosas o delicadas. Se podría decir que Molina, cuya convicción siempre ha tratado de ser de una sola pieza, lo estarían poniendo contra la pared. Una, que Yunes en su negociación al inicio de gobierno le haya sembrado algún expediente en la Fiscalía de Winckler de la que no puede ni aletear el líder cañero, campesino, ganadero y empresario, oriundo de Carlos A. Carrillo en la Cuenca del Papaloapan.
La otra, que poderosos beneficios lo estén uniendo hoy más que nunca al Fiscal. El presupuesto de esa institución no es nada despreciable y también asigna contratos, obras, etcétera.
Como en las encuestas, ¿usted por cuál se inclina?
Lo malo es que en otra arista se habla de que son varios diputados a los que ya le están buscando los pies, de eso daremos cuenta en otra entrega.
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