Por Raymundo Jiménez
Columna: AL PIE DE LA LETRA
Ni a Hipólito pueden remover
2019-01-28 | 08:28:30

Antes que la sucesión presidencial de 2024, en el entorno más cercano a Andrés Manuel López Obrador debe preocupar la elección intermedia de 2021, en la que aparte de algunas entidades como Veracruz donde se renovarán la Legislatura Local y los 212 ayuntamientos del estado, se elegirán también 500 diputados federales: los de mayoría relativa en los 300 distritos electorales del país y 200 de representación proporcional.


Así, pues, para la administración lopezobradorista el siguiente proceso electoral será determinante porque en caso de perder la mayoría que actualmente mantiene en la Cámara baja del Congreso de la Unión, se le complicaría sacar las reformas y demás asuntos que deje pendiente la actual Legislatura federal cuyo periodo concluirá en agosto de 2021.


Una oposición más robusta en una de la Cámaras del Poder Legislativo le representaría al régimen del tabasqueño un contrapeso real para el cierre de su gestión, que seguramente impactaría en su sucesión. Por eso Veracruz ha comenzado a generar inquietud en el gobierno central.


Es la cuarta entidad con el mayor padrón electoral del país, ligeramente superado por Jalisco, el estado que actualmente gobierna Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, quien por sus buenos resultados en las alcaldías de Tlajomulco de Zúñiga y de Guadalajara, así como por la forma en que ha venido confrontando públicamente a López Obrador en defensa de los intereses del pueblo jalisciense, hay quienes le ven espolones para la carrera presidencial de 2024.


Políticos locales que últimamente han tenido oportunidad de conversar con senadores y diputados federales cercanos al presidente de la República comentan que los ven seriamente preocupados por los informes que reciben del Gobierno de Veracruz. Puntualizan que no dudan de la honestidad, lealtad y buena voluntad del gobernador Cuitláhuac García, pero sí observan que al joven mandatario veracruzano y a su equipo les está faltando oficio, pericia y hasta cierta malicia política para resolver el desorden administrativo y enfrentar la grave problemática que en materia de seguridad pública y financiera les heredaron.


Les inquieta que tampoco puedan evitar quedar como rehenes de los intereses facciosos de quienes le antecedieron. Y es que han visto cómo están batallando para remover de la Fiscalía General del Estado al abogado yunista Jorge Winckler, cuando dos años atrás el entonces mandatario estatal del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, se deshizo en un dos por tres del duartista Luis Ángel Bravo sin necesidad de reformar la Constitución y sin someterlo a juicio político.


Pero García Jiménez no ha podido siquiera persuadir a Hipólito Rodríguez que se separe de la alcaldía capitalina ante el creciente repudio de los xalapeños.


Al parecer, el indigno alcalde no se percata aún que no está en el ánimo de su jefe político, pese a la humillante señal de no haber sido invitado a las últimas dos obras que el Ejecutivo estatal ha inaugurado en la ciudad que dizque “gobierna”.

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