En MORENA están preocupados por la bajísima aceptación que el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero tiene entre la ciudadanía xalapeña a casi un mes de cerrar el primer año de su administración.

Y aunque el edil morenista descalificó una reciente encuesta que levantó el PRD en la capital veracruzana, lo cierto es que en su partido sí están preocupados por los bajos niveles de aprobación de su gobierno municipal. Saben que si en estos momentos hubiera elecciones, difícilmente retendrían la alcaldía xalapeña.

Por eso han comenzado a presionar al académico universitario, al cual no se le ha visto en los recorridos que el gobernador electo Cuitláhuac García, el futuro secretario de Gobierno, Eric Cisneros, y el senador Ricardo Ahued han hecho para supervisar las obras de remozamiento que desde hace una semana se realizan en el distribuidor vial de Araucarias con aportaciones privadas de algunos empresarios.

Últimamente se percibe un intento por relanzar a la administración municipal capitalina. Esta semana, por ejemplo, fue separada de la sindicatura Ivonne Cisneros Luján, a la que le dieron una salida decorosa incorporándola en un cargo menor de la Secretaría de Salud del próximo gobierno federal.

Y este lunes, también, fue cesada de la Dirección del DIF Municipal la socióloga María Laura Berruecos Martínez, pese a ser muy cercana al dirigente estatal de MORENA, Manuel Huerta.

Y es que durante el presente año, en este organismo asistencial, se observó apatía por atender a la población xalapeña en situación de pobreza, marginación y vulnerabilidad. Sus propios correligionarios critican la incapacidad y nulo trabajo en materia de desarrollo social.

Inclusive reprueban la actitud indolente de la doctora Rosío Córdoba Plaza, quien como esposa del alcalde preside el Sistema Municipal del DIF. Sus críticos atribuyen su menosprecio a que es un cargo honorífico por el que no percibe un sueldo.

Pero lo preocupante para algunos personajes de MORENA es que a casi un año de la presente administración de Rodríguez Herrero no funciona ningún voluntariado preocupado por aliviar y atender la pobreza en la que sobreviven miles de familias xalapeñas.

Inclusive reconocen que en las últimas administraciones municipales de filiación priista, desde la de Ricardo Ahued (2004-2007) hasta la de Américo Zúñiga (2014-2017), se hizo mucho mejor trabajo de asistencia social.

En la de Zúñiga Martínez, por ejemplo, el DIF Xalapa apoyó mensualmente con raciones alimenticias a 19 mil 629 personas mediante los programas de desayunos escolares y comedores comunitarios; en los cursos de capacitación para el autoempleo fueron beneficiados 1,478 personas cada mes; fueron otorgados 25 servicios funerarios en promedio cada mes (sala de velación, féretro, equipo de velación o cremación); a la población vulnerable, 500 familias por mes, se le ayudó con paquetes de 10 láminas de zinc y colchonetas; y a otras decenas de miles de xalapeños se les asistió con asesoría jurídica, despensas, pensiones económicas, aparatos ortopédicos, órtesis y prótesis, muletas, sillas de ruedas, bastones, medicamentos, análisis de laboratorio, estudios especializados de diagnóstico, hospitalización, tratamiento odontológico en diversos módulos por la ciudad, y hasta pláticas a menores y adolescentes sobre bullyng, prevención e identificación de abuso erótico-sexual infantil y autoestima, con el afán de disminuir las conductas antisociales generadoras de violencia.

¿De veras será muy difícil el oficio de gobernar?