Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Dresser, ¿vetarán al junior?
2017-10-31 | 09:35:54
Quién sabe cómo habrán tomado en los palacios de Xalapa y de Boca del Río la adhesión de ocho destacados representantes de la sociedad civil que invitados por las dirigencias nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano se declararon listos para participar de manera formal en la toma de decisiones del Frente Ciudadano por México.

Y es que el antepasado lunes 23, un grupo de 74 académicos, intelectuales, artistas y activistas solicitó al Frente opositor abrir espacios para la participación real de los ciudadanos. Un día después, los dirigentes nacionales de los tres partidos aceptaron la propuesta y les pidieron avanzar en la formalización de su colaboración.

Ocho ciudadanos han fijado su posicionamiento: “Los abajo firmantes, a título individual, aceptamos su invitación para definir un esquema que permita a la sociedad civil sumarse a sus equipos de trabajo en la definición del programa de gobierno, la estrategia electoral y la vocería del Frente. Así como para buscar el mecanismo para seleccionar a las y los mejores perfiles para las candidaturas, a los distintos cargos de elección popular”, expusieron.

Además puntualizaron que “para nosotros es una enorme oportunidad y responsabilidad ser parte de este proyecto, en el entendido de que habrá espacio para invitar a más personas y asociaciones, para construir espacios de diálogo, transparentes, para reivindicar el valor de la política.”

Entre esos ocho firmantes está la politóloga Denise Dresser, Premio Nacional de Periodismo en 2010 y autora del libro “El País de Uno. Reflexiones para entender y cambiar a México”.

Dresser publicó este lunes en el diario Reforma un artículo titulado “Los de adelante”, en el que arremete contra las élites empresariales y gubernamentales que interconectadas generan desigualdad, contribuyen a la corrupción y distorsionan la democracia, ya que son beneficiarias de “la debilidad institucional que promueven de forma deliberada para asegurar su posición”.

“En México el poder político es un trampolín para volverse rico y hacer ricos a otros. Amigos, socios, concesionarios, líderes sindicales, abogados, notarios, constructoras. Cada sexenio trae consigo una camarilla de cuates dedicada a la extracción, a la expoliación, al saqueo. Y su dinero no solo termina en Panamá o las Islas Caimán; también compra protección jurídica. Hoy en México no hay igualdad ante la ley y ese principio básico es una simple simulación. Hoy en México el poderoso se ampara y rara vez termina en la cárcel. El político rapaz o el empresario corrupto siempre será protegido por el procurador en turno, cuyo trabajo es ser un buen garante de impunidad. El ex procurador Raúl Cervantes fue bautizado como el Fiscal Carnal, pero no era una excepción, sino la regla. El papel de la procuración de justicia en el país es asegurar que los miembros de la élite jamás pongan pie en un penal, a menos de que sean chivos expiatorios”, acusa Dresser, quien expone que “el costo de este entramado elitista, extractor e impune” es una “democracia limitada y desigualdad socioeconómica exacerbada”, “con elecciones cada vez más caras porque las élites se benefician del dinero en efectivo que recorre el sistema electoral, comprando votos y conciencias”, “con ríos de financiamiento privado ilegal y dinero de las arcas públicas de los tres niveles de gobierno, que se usa para asegurar favores futuros”.

¿Dresser apoyará el proyecto transexenal del gobernador panista Miguel Ángel Yunes en Veracruz, a quien acusan de que para imponer a su primogénito en la gubernatura usa también a su “Fiscal Carnal” para intimidar a sus adversarios políticos y negocia impunidad con ex funcionarios duartistas que saquearon el erario estatal?

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