Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Buganza, otro intocable
2017-10-23 | 09:36:03
Como siempre ha hecho ostentación de su fe católica –pues, entre semana, como secretario de Gobierno solía abandonar su oficina de Palacio de Gobierno para ir a escuchar misa todas las tardes a la catedral metropolitana–, hay quienes se preguntan a qué milagroso santo se encomendó el extitular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Gerardo Buganza Salmerón, ya que pese a que el gobernador Miguel Ángel Yunes tenía varias facturas políticas pendientes por cobrarle, hasta la fecha el mandatario estatal del PAN no se ha atrevido a tocar al expanista ni con el pétalo de una averiguación previa o citatorio ministerial.

Una de las versiones que corren es que el santo patrono protector de Buganza sería “San Diego”, y no precisamente el mítico indito al que se le habría aparecido la virgen morena del Tepeyac, sino Fernández de Cevallos, exdiputado federal, exsenador y excandidato presidencial del PAN, a quien Andrés Manuel López Obrador, el líder nacional de la otra Morena, identifica como parte de la “mafia del poder” en México, ya que en 1988 fue pieza clave para legitimar el fraude electoral que llevó a la Presidencia de la República al priista Carlos Salinas de Gortari, con quien Yunes Linares se vinculó a través del exgobernador Patricio Chirinos, secretario de Acción Electoral del CEN del PRI en esa sucesión presidencial.

A Fernández de Cevallos se le atribuyó también haber maniobrado en 2004 para que Fidel Herrera asumiera la gubernatura de Veracruz; fraude electoral que hasta julio de 2015 denunció Buganza cuando se destapó como aspirante “independiente”, ya que en 2010 había renunciado al PAN enojado porque el presidente Felipe Calderón decidió imponer al director del Issste.

Enojado, Buganza rompió con Calderón y su partido, y decidió sumarse públicamente a la candidatura de Duarte de Ochoa, en cuyo acto de adhesión vociferó que “de Yunes… ¡yo me encargo!”. Y lo cumplió, pues el abanderado del PRI le sacó una ventaja superior a los 80 mil votos al del PAN, más del triple de la que oficialmente Herrera le sacó a él en 2004.

Duarte le pagó políticamente bien a Buganza y a los panistas que se sumaron con él. Al cordobés lo hizo secretario de Gobierno dos veces y le creó la SIOP, una súper secretaría que concentró varias áreas y responsabilidades que venían desempeñando otras dependencias estatales.

Precisamente entre las cosas que le consintió fue la sospechosa creación de un Organismo Público Descentralizado (OPD) llamado “Servicios Tecnológicos para la Infraestructura y Obra Pública de Veracruz”, (SETIOP).

Según el decreto publicado en el número extraordinario 346 de la Gaceta Oficial del Estado del 4 de septiembre de 2013, la “SETIOP” era un organismo de interés público “encargado de prestar servicios y asesoría en materia de tecnologías para la infraestructura y obra pública en el Estado a las dependencias y entidades de la administración pública estatal, así como de los diversos niveles de gobierno, y los organismos públicos y privados que tengan funciones de ejecutar obras de infraestructura en el Estado”. La SETIOP, según se precisaba, “podrá prestar sus servicios de acuerdo a las funciones establecidas, las cuales deberán ser retribuidas, mediante el sistema de cuotas de recuperación establecidas por el propio organismo”.

Pero la SETIOP, que habría sido fondeada en su inicio con alrededor de 20 millones de pesos, sólo operó el tiempo que Buganza despachó en la SIOP, pues cuando regresó a la Secretaría de Gobierno sospechosamente dicha OPD fue extinguida mediante otro decreto expedido por Javier Duarte el 4 de marzo de 2015.

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