El líder del PRI estatal, Amadeo Flores Espinoza quiere permanecer en el hueso a toda costa.
Y es que hay voces que ya no quieren al ex procurador de Justicia en el cargo pero tiene el respaldo del senador Héctor Yunes Landa y a quien le interesa en primer término su permanencia.
El asunto no es la elección para el 2018, sino las que vienen en el 2018 para renovar las 212 alcaldías. Y así tanto Yunes Landa como su homólogo José Francisco Yunes entrarían en una especie de disputa por acomodar a sus prospectos y afines en las candidaturas respectivas, por ello la prioridad de mantener el control del partido.
Pero el sentir es generalizado que Amadeo no es el perfil que requiere el nuevo PRI que tanto pregona Ochoa Reza para ungirse como el líder del partido en un periodo oficial tras 86 años de hegemonía del tricolor en la entidad veracruzana. Y claro seguramente los adeptos a Amadeo dirán que son opiniones vertidas a la ligera.
Es decir, no apto para enfrentar el hecho de que sería la primera vez que de un PRI en oposición a partir del 1 de diciembre cuando entre un gobierno diferente al tricolor. Sea Miguel Angel Yunes Linares aunque ya fue ratificado por el Tribunal Electoral, o quien fuese en el caso de una sorpresa legal contra el ganador, pero al final será un gobernante bajo las siglas opositoras.
Ahora bien al interior del priismo se han dado inconformidades que quedaron de manifiesto en la pasada visita del presidente del CEN cuando se quejaron de deslealtades y cerrazón dentro del Comité Estatal del PRI en Veracruz, por lo que seguramente Ochoa Reza no estaría muy convencido para que hubiera continuidad.
En tanto, a toda costa el senador Yunes Landa ha encabezado la promoción para su alfil, quien se hizo cargo de la dirigencia cuando fue el candidato a la gubernatura. Apenas ayer diría que la continuidad debe seguir en la dirección de ese instituto político.
“Creo que Amadeo va a permanecer y creo que a él le van a tocar las (elecciones) municipales de 2017; Amadeo ha hecho muy buen trabajo”.
Entrevistado en su visita a Los Tuxtlas el legislador agregaría que “los nuevos valores tienen espacio en el partido; el cargo de presidente del partido sólo es uno y para él necesitamos a alguien con mucha experiencia; con solvencia moral, con solvencia política; que nos pueda aglutinar, que no tenga confrontación con ningún grupo. Amadeo es un político con mucha experiencia”.
Lo cierto es que de acuerdo a la línea que se le ha marcado al “renovado” partido, directriz salida desde Los Pinos, apunta a que al menos en la entidad, si es que hubiera alguien con esas características, debería tratarse de una figura muy similar a la del recién ungido dirigente nacional, como Enrique Ochoa Reza, quien por cierto llegó tras la dimisión de Manlio Fabio Beltrones.
Para quienes no lo quieren ver así, Manlio Fabnio tuvo la dignidad y el carácter de dejar el partido justo cuando los resultados no le favorecieron, y aunque habló de traiciones y deslealtades desde el gobierno federal –algo que no estaba muy lejos de comprenderse y de alguna forma sonó como excusa-, lo cierto es que dejó el partido con la cara en alto.
No ocurrió así en Veracruz, con un Amadeo Flores que por pura dignidad hubiera dejado el cargo, lo que habla de distintos tamaños de políticos, y de valores incluso. Por lo que seguramente es algo que están analizando muy bien en el altiplano para decidir su continuidad. Y si el senador Pepe Yunes le da una “ayudadita” pues con mayor razón su permanencia no está tan cantada.
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