Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
El Papa Francisco: lucha por la paz
2015-12-09 | 21:36:20
Cuando se cierra un ciclo se iniciar otro. Se termina un año en el que podemos reflexionar sobre nuestra propia vida y hacer una profunda introspección de todo lo que hemos enfrentado y resuelto favorablemente para recordar que para Dios nada es imposible.

Cuando caminamos de la mano de Jesús y de nuestra madre María, damos cuenta que los pasos son más firmes y más seguros, y que con la fe sabemos que las tribulaciones normales de nuestro tiempo, como el de todos los tiempos, son superables y nunca el mal podrá contra el bien.

Al llegar ya al final de este año, nos damos cuenta del gran mensaje cristiano del Papa Francisco y nos convencemos de que para los miembros de la iglesia universal ha sido el hombre del año por su gran contribución para la paz del mundo
El Santo Padre, realiza en sus giras pastorales un esfuerzo físico que nos demuestra la fortaleza de su fe al seguir y seguir a Cristo como un modelo de vida que nos conduce a la paz espiritual y sobre todo a la grandeza humana, por eso las muchas conversiones de millones que encuentran el camino como fuente de verdad y vida.
Los avances por la paz han sido significativos en su pontificado y los logros reconocidos en el mundo hacia su pontificado.
Cuando vives auténticamente tu cristianismo, la vida se vuelve muy fascinante, y que además es muy emocionante porque Jesús te acompaña siempre y te va guiando y protegiendo de todo lo que sientas que pueda hacer daño a tu persona y a los que te rodean, tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo, los fieles de tu comunidad, a todos nos protege y nos ayuda en los momentos difíciles.
Por eso el mensaje del Papa Francisco ha sido muy directo acércate a Jesús para que encuentre sentido a tu vida, y puedas perdonar y amar como dos elementos claves de su gran misericordia.
Nosotros los cristianos de la iglesia universal que vivimos con intensidad y somos apasionados del ejemplo de Jesús que nos ofrece vida eterna, no podemos sucumbir ante los efectos de la modernidad, la tecnología y de los avances de nuestro tiempo que a veces parecen convertir en reguladores de nuestra existencia.
No todo en la vida es un celular, una televisión de plasma o una suculenta cena navideña. Porque es mejor compartir en familia los grandes valores cristianos del amor y el perdón, y hacerlo extensivo hacia los que nos rodean y compartir siempre con los pobres, con los que menos tienen.
Gracias a Jesús y al espíritu santo, nos fortalecemos en la fe para que los distractores que se presentan en el día no se conviertan en el centro de nuestras vidas y que mejor que el centro de ti siempre sea Jesús como un bálsamo que repara tus heridas pero también te da la energía de seguir siempre adelante.
En nuestra iglesia universal tenemos un Dios de amor, por eso nuestras vidas la llevamos con alegría, con una sonrisa sincera y un ejemplo de solidaridad cristiana, porque hay recordar siempre que Jesús es el pastor y con él nada nos falta. Además no podemos perder los valores morales y espirituales que tanta falta hace su promoción e impulso en toda la humanidad.
Las oraciones de la gente son porque llegue la paz a los corazones entre quienes disputan poder y riqueza como su mayor preocupación y anhelo. Así sea.

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