Las argumentaciones oficiales de lamentación son inaceptables, al quedar al descubierto la debilidad y vulneración de los máximos órdenes de justicia y seguridad, en donde se pierden capacidad de asombro con la famosa fuga del siglo.

Ahora se da la reflexión, en torno a lo que puede suceder en el lugar más cuidado, se puede imaginar lo que le puede pasar en cualquier sitio o a cualquier ciudadano, cuando se viola, se penetra y se evidencia la incapacidad para cuando menos mantener recintos incólumes a los altos niveles de corrupción en los niveles de gobierno.

Las reformas estructurales se han quedado cortas a la problemática nacional, en donde lo que se demanda son el mejoramiento de los lineamientos en materia de procuración y administración de justicia y de reactivación de las áreas laborales y de productividad.

El tema no sólo abarca a la aplicación de los exámenes a maestros o de confiabilidad a servidores públicos, sino a un inicio de poner un alto a los antiguos formatos, en donde nadie escapa a un efecto de la corrupción convertida en forma de vida para unos y otros.

Se trata de un cambio cultural y de mentalidad, de dar avance a la educación, así como proceder a la apuesta al orden y la legalidad.

Los amiguismos y “cuatachismos”, compadrazgos y compromisos, son parte del esquema de convivencia en todos los elementales modelos de la vida laboral y en general, en donde cualquier persona atrás de un escritorio o con uniforme tanto de la iniciativa privada o de gobierno, se convierte en ente de poder supremo incontrolable que además de ser enemigo de sí mismo y lo es de la propia sociedad ya que se puede actuar a voluntad.

Se tienen que terminar con los manejos discrecionales de los recursos públicos en las áreas de gobierno y comenzar por poner orden también en los poderes judiciales y legislativos, en donde no hay rendición de cuentas, y los mecanismos de control no operan a una supuesta transparencia y uso correcto.

Hay que dar fin a los excesos y operación de bancos y de las instituciones financieras que afectan al más débil de la cadena de servicios, el usuario que no tiene forma de defensa a las ambiciones de explotación de una banca entregada para el libre manejo en los abusos.

Este modelo de vida debe desaparecer y dar paso al de la civilidad y el respeto. Primero empezar por el hogar, la familia, la colonia, el municipio y la entidad, para llegar hasta conformar un modelo nacional de cambio o se terminará en una lucha en donde predomine la ley de la selva.

En el nivel municipal de gobierno, por ejemplo se da cuenta que la sociedad es víctima del poder absoluto de este esquema al que el ciudadano es sometido y no hay forma de librarse de los excesos y corrupción que van en ascendencia en la escala gubernamental.

La gente en general en este país, esta asombrada de todo lo que sucede y cada día las noticias aumentan de intensidad y pareciera que se trata de algo normal en donde, simplemente hay que seguir a pesar de que el orden da una sensación de que se está derrumbando, cuando no todo está perdido y hay una luz al final del túnel, que se traduce en legalidad, justicia y el esquema de sociedad civil que puso de moda Antonio Gramsci, y que son elementos que no enlazan muy bien en las áreas oficiales.

En otro tema, la fortaleza de Héctor Yunes, se da en la conjunción de liderazgo con los diversos grupos políticos en la entidad, al amalgamar a las mayorías de la entidad veracruzana y los líderes grupales se le han ido sumando como se dice del líder moral de Vía Veracruzana, Felipe Amadeo Flores Espinoza.

Sólo falta que se sumen al proyecto de Yunes Landa, personajes como Fidel Herrera, Erick Lagos y el propio Pepe Yunes. Pero todo es cuestión de tiempo.

El senador Héctor Yunes landa, va arriba en las encuestas y el 19 de julio a las once horas estará dando su informe de actividades como legislador en el WTC, y será escenario ideal para demostrar su capacidad de convocatoria en donde seguramente asista el gobernador Javier Duarte.

Entre los muchos amigos cercanos a Yunes Landa, anote usted a Pascual Lagunes, Enrique Levet, Carlos Manuel Aguirre y Luís Carbonell, entre otros Así las cosas.