La mejor manera de desaparecer documentos comprometedores es quemarlos y utilizar estas fechas de supuesta irritación ciudadana en contra de las instituciones que no han cumplido con sus compromisos sociales. La ocasión la pintan calva y precisamente la delegación estatal de Sedesol, que está acusada ante la PGR del desvío de recursos públicos para las campañas electorales del PRI, se aprovechó para que los movimientos bancarios y las fichas de depósito fueran incineradas.

Es raro que supuestos delincuentes electorales llegaran a horas de la madrugada para quemar la documentación de esa dependencia. No hubo testigos y se pudo realizar esta operación de limpieza financiera.

Los diputados Fidel Robles y Joaquín Guzmán aseguran que se trata de porros pagados por el gobierno.

Marcelo Montiel, titular de esta dependencia, levantó las actas necesarias y de esta manera justificar la no presentación de documentos que avalen los manejos ilícitos de estos dineros públicos.

En Sonora hace años, hicieron lo mismo, nada más que se les pasó la mano murieron decenas de infantes que estaban en una guardería anexa a las oficinas de una dependencia de gobierno, que era investigada.

La prehistoria de los políticos

Hay que reconocer la habilidad de ciertos periodistas que en un titular de una nota lo dicen todo. El encabezado del pasado lunes con motivo del cierre de campaña de los candidatos del PRI a diputados federales, la de ocho columnas dijo “Sacan al Jurásico Park”, refiriéndose a los dinosaurios políticos que siguen apareciendo en estos eventos. Por respeto a su edad omitimos los nombres.

Cuando lo más recomendable es que disfrutaran su vida privada, para ellos el tiempo no cuenta y quieren seguir con los reflectores de los medios.

Las costosas elecciones

¿De dónde sale el dinero para las campañas electorales? Son fuertes sumas monetarias que provienen de los impuestos que paga el pueblo mexicano.

De ese mismo origen de dineros públicos proviene la compra de votos. En lugar de que hagan escuelas, hospitales o carreteras se gasta en acarreos con costosos alquileres de autobuses, la promesa de una torta y un refresco, además a los organizadores se les entrega una cantidad por haber convencido a personas indigentes para que asistan a los mítines de candidatos, personas que pertenecen a un partido político que ni siquiera conocen y que nunca las volverán a ver por sus colonias donde habitan.

La clase política mexicana no gasta un solo peso de sus bolsillos, tienen ventaja cuando son candidatos del gobierno en el poder porque fluyen mayores recursos. Si bien los partidos políticos tienen la obligación de proporcionar dinero para las campañas, ya que reciben fuertes cantidades por parte del INE para desarrollar estas labores, es habitual que tanto los candidatos como los institutos políticos se guardan dichas sumas de dinero y se canalizan a cuentas privadas o en gastos particulares ajenos a actividades partidarias. Hay empresarios que invierten fuertes sumas y prestan vehículos para las movilizaciones a condición de contratos. Misma labor que realizan líderes sindicales a cambio de futuros favores.