Se puede dar en el estado de Veracruz que haya dos precandidatos del PRI, uno postulado por el presidente Peña Nieto y otro por el grupo en el poder que maneja Fidel Herrera Beltrán. La división es obvia entre el gobierno estatal y el jefe del Ejecutivo Federal. Son dos grupos muy diferentes y dispuestos a todo con tal de obtener el poder.

Ya ocurrió en Nuevo León donde la candidata Ivonne Álvarez, puesta por el inquilino de Los Pinos no es aceptada por el gobernador Rodrigo Medina que tenía otros planes políticos sucesorios muy ajenos.

Y a partir de ese entonces aparecieron los negocios sucios del gobernante.

Para colmo surge un candidato independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco” que atrae a los electores regiomontanos y se coloca como puntero.

La pugna en Nuevo León, como ocurrirá en Veracruz, será entre miembros del mismo partido político, el PRI hegemónico, de los últimos 80 años.

Resulta muy difícil para el grupo fidelista soltar el poder por los graves riesgos que entraña que barran para atrás.

De un lado se encuentran los senadores del tricolor,Héctor y José Yunes, que adoptaron como lema sancionar a los funcionarios estatales que hayan cometido delitos, sin importar el cargo y el nivel, ni tampoco si pertenecen al gobernador Duarte de Ochoa o su poderoso antecesor, quien sigue manejando el sector político de la entidad. Cuando se suponía que trabajaría como delegado del PRI en Oaxaca, el Tío Fide no abandona a Veracruz.

Es elestado donde lo aceptan sus amigos y lo siguen reconociendo como el líder y primer priísta de Veracruz, ofendiendo con sus comentarios al gobernador Duarte de Ochoa.

Por otro lado se dan con todo los aspirantes fidelistas, como son Carolina Gudiño, Javier Herrera Borunda, Alberto Silva Ramos y Erick Lagos. Entre ellos está quien va a ser el candidato de la fidelidad cuando termine el gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Los candidatos del altiplano tienen como slogan de campaña el enviar a la cárcel a los funcionarios estatales de los últimos diez años que se han distinguido como ejemplo nacional de la corrupción. Todo ello ocurre dentro del seno del PRI, nadie se quiere imaginar que ocurriría si llegara un gobernador de un partido opositor. El vecino de Tabasco, Andrés Granier Melo,no encuentra la salida además de presumir su riqueza mal adquirida, su hijo Fabián Granier Calles se compró un hotel en Cancún en 50 millones de dólares. El junior vive en Torre Emerald y tiene como vecino al dirigente del Partido Verde Ecologista, Jorge Emilio González Torres. Entre los dos juniors tienen 25 departamentos de lujo.

Pareciera coincidencia que ahora el priísmo acendrado de Fidel Herrera se ubicara con sus recomendados familiares y políticos en el partido verde, para convertirlos en sandías.

Los dos grupos políticos priístas de Veracruz están bien definidos. La guerra sucia que se avecina será una referencia histórica. No se van a medir y vaya que se conocen muy bien.