La equidad de género no se trata de una cuota, no se trata de incluir mujeres por cumplir con las cifras, sino de que sean las féminas, quienes con su trabajo y su capacidad intelectual se ganen los espacios sin exigir un 50-50 como si se tratara de un capricho; al menos yo no estoy, ni estaré de acuerdo en la famosa cuota, porque más que beneficiar seguro perjudicará al país.
Creo que las feministas se protegen tanto, que terminan desprotegiéndose o vulnerándose y no hay necesidad de ello, una mujer que sabe trabajar, se ganará su espacio sin recurrir a escándalos o sin tener una cuota que cubrir, simplemente su labor hablará por ella al grado de ser incluida, pero en México las mujeres parecieran verse necesitadas de esa sobre protección que les garantice espacios y demás condescendencias.
El tema llego a mi mente, en cuanto escuché las brillantes y sabias palabras de la escritora mexicana, Guadalupe Loaeza, quien acudió como invitada a dictar la conferencia magistral: “Las Mujeres tras del poder” en el auditorio Sebastián Lerdo de Tejeda del Palacio Legislativo de Veracruz donde expresó que existe el riesgo de que amantes y queridas de políticos puedan ser postuladas a cargos de elección popular, al estar vigente la igualdad de género en las candidaturas.
En la conferencia de prensa titulada “Las Mujeres tras del poder” dijo que la cuota de género es un error que no se puede permitir y es que dijo ese 50/50 en las candidaturas a cargos de elección popular va a cambiar el chip de los hombres, de los jóvenes y de las mujeres, pero se corren muchos riesgos.
Hace poco leía a la escritora Roseanne Cherie Barr, quien además es actriz, productora ejecutiva y política estadunidense, quien me impactó con sus palabras que no son más que la realidad, al referir “lo que todavía nos falta a las mujeres es aprender a que nadie te da poder. Simplemente lo tienes que tomar tú” y eso es lo que les está faltando entender a las mujeres mexicanas quienes están peleadas con la cuota, pero no con la capacidad y esa hambre de luchar y destacar por su trabajo.
Si analizamos las cifras de participación de las mujeres en el ámbito económico, en el ejercicio del poder y en los procesos de toma de decisión, es indudable que existen grandes deficiencias de presencia de mujeres en relación a los cargos masculinos, pero también es cierto que son pocas las mujeres que buscan destacar por su labor y optan por el protagonismo.
Pero también se encuentra el otro factor llamado tiempo y es que para desarrollar una carrera profesional de éxito, además de la inteligencia, redes de contacto y competencias, el tiempo es un recurso básico y muchas mujeres dedican más tiempo a los trabajos de reproducción y cuidado vincular que los varones, realidad que limita el acceso al tiempo propio, dimensión básica para el desarrollo personal.
Así es que por eso y muchas otras razones, surge la necesidad de imponer cuotas como medida de acción que pretende nivelar dicha situación, es decir, la cuota de género intenta ser una medida transitoria hasta que se produzca una igualdad real. No se duda de la capacidad de las mujeres en México, lo cierto es que las malas costumbres se tienen que modificar al grado de que la inclusión de las mujeres en la política no sea por cantidad, sino por capacidad.
Porque al rato, como decía la destacada escritora Guadalupe Loaeza cualquier mujer sin capacidad será incluida por estar involucrada con un hombre de poder; en nuestro país existen, sin duda, mujeres altamente calificadas y preparadas y ese mérito y competencia no se traduce proporcionalmente en una presencia equilibrada, que tiene que ver más con una cultura que con una exigencia legal.
Las propias mujeres son las que tiene que motivar el cambio, pero no exigiendo cuotas, sino mostrando su capacidad y su labor en el día, por ello el empoderamiento y el liderazgo femenino, son ideas que debemos seguir repensando y definiendo entre mujeres, ¡no es cantidad, es calidad!

Magda Zayas Muñoz @magzamu