Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
La lista de diputados
2014-09-03 | 21:51:47

Eran los años del gobernador Disgustín Acosta Lagunes, cuando se acercaban los tiempos electorales donde se renovaban las diputaciones federales, la misma situación que se vive en la actualidad. Se movían los sectores que componían el priismo de aquellos años, donde los partidos de oposición prácticamente no figuraban.
Existía la ventaja que los nominados por el gobernante tenían asegurado su lugar en el Congreso federal.
Durante meses y semanas se había elaborando la lista definitiva de los que serían legisladores, todos ellos con padrinos políticos y con un inventado currículum que los convertía en los non plus ultra académicos con doctorados de Harvard y la Sorbona.
Acosta Lagunes tenía la vieja costumbre implantada desde aquel entonces de tomarles el pelo a todos los que se le acercaban, lecciones que aprendieron a la perfección algunos de los gobernadores que siguieron en el poder.
Tenían la obligación de presentar la lista ante el filtro de la Secretaría de Gobernación, y el titular se la presentaba al presidente de la República para que finalmente la palomeara.
De los 21 candidatos solo uno pasó la prueba. Demetrio Ruiz Malerva es el único que llegó. Desde ese entonces aprendieron los gobernadores que dejaron de tener el poder cuando el presidente es del PRI. Todo cambia.
Los virreyes priistas que existieron durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón pasaron a la historia. Lo que llamaban el “pinche poder” cambió de domicilio.

El misterio legislativo
Al parecer, al PRI ya no le gustó andar negociando con los partidos de oposición, por eso decidió cumplir una promesa de campaña de Enrique Peña Nieto, de allí nació la propuesta en reducir en cien diputados plurinominales y 36 senadores que no son electos por mayoría.
¿Qué fue lo que ocurrió para que sucediera este cambio de estrategia parlamentaria? ¿Si se había logrado convencer a los mercenarios líderes del PAN y del PRD para que firmaran el Pacto por México y sacaran con su apoyo las reformas estructurales a las que se había comprometido el mandatario mexicano?
¿Si se lograron los acuerdos para modificar el sistema parlamentario?
En todo ello hay un trasfondo que los analistas políticos desconocen y que es totalmente ajeno a reducir el gasto.
Tan simple, si queremos ahorrar, con reducir a la mitad las dietas y los bonos.
El gran secreto de esta medida es lograr el bipartidismo y desaparecer a la izquierda. Que se quede el PAN y el PRI como los únicos partidos políticos de México. Al igual que en los Estados Unidos, los Republicanos y los Demócratas. O los conservadores y los liberales de otras naciones.
Realmente pocos saben qué hay detrás de todo esto y para darle legalidad acudieron a la consulta popular conscientes que será aprobada por la mala imagen que guardan los diputados y senadores.
Eliminar a la izquierda es la tarea, función que han venido realizando los propios líderes de los partidos llamados progresistas.

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