Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Del infierno al edén
2014-01-15 | 08:46:21
Este martes estuvo en Veracruz el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y ante la crítica situación que prevalece en otros estados como Michoacán –cuya gobernabilidad en la llamada Tierra Caliente, en la zona de Apatzingán, se ha vulnerado totalmente por la irrupción de grupos civiles de autodefensas que decidieron enfrentar al cártel de los Caballeros Templarios ante la presunta colusión de las autoridades estatales y la impotencia del gobierno federal–, el titular de la Segob debió sentirse ayer aquí casi en el edén.
Y no es para menos, pues tal como lo expuso un día antes en Morelia –donde el lunes 13 acudió a la firma del Acuerdo para el Apoyo Federal a la Seguridad de Michoacán–, Osorio Chong reconoció que hasta finales de 2012 “México sufrió un proceso muy doloroso de violencia e inseguridad que había alcanzado sus peores momentos en años anteriores, las balaceras en las calles de importantes ciudades, los enfrentamientos en centros comerciales, bloqueos, incendios, ejecuciones eran cosa de todos los días”.
“En aquellos días, estados como Nuevo León, Chihuahua, Nayarit, Veracruz y regiones tan importantes como La Laguna, por poner sólo algunos ejemplos, vivían en permanente zozobra. Sus habitantes se encontraron de pronto en un entorno violento, donde la tranquilidad de la provincia mexicana había pasado a ser cosa del pasado.
México había perdido la tranquilidad y la paz”, razón por la que, dijo, desde el primer día de su administración el presidente Peña Nieto se comprometió a disminuir la violencia.
Sin embargo, de acuerdo con un informe del propio gobierno federal denominado “Desarticulación de organizaciones delictivas”, que se filtró a principios de diciembre del año pasado, se reconoce la existencia de un total de 12 cárteles, 9 que ya existían –el del Pacífico, el del Golfo, el de Juárez, el de los Arellano Félix, el de los Beltrán Leyva, el de La Familia Michoacana, el de Los Caballeros Templarios, el de Los Zetas y el de Jalisco Nueva Generación– más 3 nuevos: el de Poniente, el de La Corona y el de Los Rojos.
Por ello es que Osorio Chong admitió anteayer en Morelia que los ejemplos antes expuestos de estados como Veracruz “viven hoy una realidad completamente distinta, que no resuelta”, aunque presumió que con ello “se demuestra que el trabajo coordinado entre autoridades de los distintos órdenes de gobierno brinda los resultados que espera la ciudadanía”.
El secretario de Gobernación dijo que “en este contexto entablamos diálogo con todas las autoridades y acordamos enfrentar juntos el problema de la violencia y la inseguridad y también como un gran acuerdo fue quitar este tema de la arena política.
Bajo este principio, fue posible que Federación, estados y municipios trabajáramos de manera coordinada”.
Y en su mensaje de Michoacán, Osorio Chong hizo pública una gran verdad que el sexenio pasado siempre negaron los gobernantes del PAN encabezados por el entonces presidente Felipe Calderón, nativo precisamente de Morelia, la capital michoacana: “El Gobierno de la República tenía que poner el ejemplo y lo hizo, a partir de que las instituciones integrantes del Gabinete de seguridad hicieran a un lado las rivalidades y desconfianzas del pasado para trabajar bajo una sola batuta y bajo un solo proyecto”, expresó el hidalguense, quien refirió que por ello, ahora, “las reuniones mensuales con todos y cada uno de los gobernadores de los estados y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal empezaron a dar resultados, y a partir de ahí se ha logrado que cada semana las fuerzas federales tengan reuniones de coordinación con cada uno de ellos para apoyarlos en sus estrategias locales”.
“Fue así como paulatinamente se han ido reduciendo los homicidios dolosos a nivel nacional y con ello ha decrecido la violencia que tanto nos ha lastimado”, remarcó el titular de la SEGOB, el cual destacó que hasta la fecha, entre los resultados obtenidos mediante el uso de información de inteligencia, “ha sido posible neutralizar a 71 líderes de los 122 objetivos de la delincuencia organizada, previamente identificados por las instituciones federales y locales, sin que en la mayoría de los casos se haya producido un solo disparo”.
A ese respecto, puntualizó Osorio Chong, “debo señalar que de ninguna manera hemos considerado ni gobernadores, ni Federación, que se haya alcanzado aún las metas planteadas, pero de lo que sí estamos seguros totalmente es que trabajando juntos y coordinados ha sido posible revertir la espiral de violencia que nuestro país vivió durante los años recientes. Hoy sabemos que el trabajo en equipo, la confianza mutua y el hecho de compartir información, tecnología y experiencias nos han puesto en la ruta correcta.
Hoy ya podemos hablar de tendencias favorables, de reducción de violencia, de resultados consistentes y de trabajo coordinado y eficaz entre todos los órdenes de gobierno”.
Y sin imaginar lo que ocurriría en los primeros minutos de este martes 14 en Antúnez, municipio de Parácuaro, donde las guardias comunitarias que se resistían a ser desarmadas por el Ejército fueron rafagueadas por los militares –reportándose cuatro muertos, entre ellos una niña de 11 años de edad, según informó Estanislao Beltrán, vocero de los grupos civiles de autodefensa–, el titular de la Segob se ufanó de que “al mismo tiempo el Estado mexicano ha moderado sustancialmente el legítimo uso de la fuerza”, añadiendo que “todo ello en beneficio de nuestro objetivo primordial: reducir la violencia, venga de donde venga”.
No, pos sí.

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