Terminó el periodo vacacional y parece que se destapó el enemigo de Veracruz y quedó claro que el gobernador Javier Duarte también tiene un enemigo. O más de uno.
Apenas hace unos días, dieron reconocimiento de un organismo del sector y Televisa, al mandatario por su labor en impulso al turismo. Apenas en agosto marcó agenda con la secretaría de Turismo federal, y de donde propuso al estado para formar parte de la guía turística nacional.
Pero en cambio, hoy enfrenta un enemigo común de los veracruzanos y del mandatario. Se trata de la empresa de parquímetros Zeus.
Criticada a más no poder, con denuncias penales incluso y hasta limitada por la Suprema Corte en sus facultades para inmovilizar y retirar vehículos que no paguen a los parquímetros en la vía publica, Zeus siguió haciendo de las suyas.
Una especie de terrorismo contra visitantes de toda parte del pais era el pan nuestro de cada día. Llegó al grado los abusos que debió intervenir la Policía Naval la semana pasada, en plenas vacaciones navideñas, tras una zacapela con una familia del estado de Tamaulipas, a cuya conductor enfureció que una hora de haber arribado al puerto le hayan fincado tremenda multa y lo hayan querido despojar de su vehículo.
Y en medio de esto, parece que el gobernador tiene al enemigo en casa. Lejos de hacer algo ante esta situación, el secretario de Turismo, Harry Grappa parece indolente y negligente ante tanto abuso con el turismo.
Parece más entretenido en sus negocios y en confrontarse con los actores del turismo y cámaras empresariales como la Canaco, Canadevi y demás organizaciones que en cuidar que una de las principales fuentes de ingresos o derrama para Veracruz se mantenga estable y sin problemas.
No importa pues, que por un lado el gobernador le trate de meter todo el esfuerzo necesario para el sector, que por otro sus propios colaboradores le echan abajo este intento.
La herencia lamentable de la abusadora empresa Zeus se transfiere de Gudiño a Poo. Incluso la alcaldesa saliente llegó a decir que se terminaría con esa comercialización de estacionamientos que a leguas es un abuso nefasto de las influencias para mantener un millonario negocio en perjuicio de ciudadanos y turistas.
Fue con Jon Rementería cuando se aprobó la incursión de la empresa de los parquímetros y protegida con Carolina para terminar siendo heredada a Poo.
El gobierno estatal y el municipal ambos del PRI tienen la oportunidad de reinvindicarse con el pueblo veracruzano y con el turismo. Anular esa concesión al costo que sea. Para el bienestar común.