Por Catón
Columna: De Política y Cosas Peores
¿Dónde está Dios?
2013-11-24 | 09:03:52
Aquel individuo recibió una carta de su abuelita en la cual la anciana le pedía que le enviara un retrato suyo. La única fotografía que el tipo tenía de su persona era una que su novia le tomó en una noche de pasión, en la cual aparecía completamente desnudo.

Se le ocurrió cortar la foto en dos y enviarle a la abuela la parte superior del retrato. Por desgracia se equivocó al meter la fotografía en el sobre, y puso la mitad de abajo. A vuelta de correo –entonces aún había correo- la abuelita le escribió: “Recibí tu retrato, hijo. Mi vista es algo débil, pero no recordaba que tuvieras la nariz tan chiquitilla”…
Doña Gorgona pasó a mejor vida. Le estaban dando cristiana sepultura cuando de pronto estalló un tremendo rayo, y un espantoso trueno se escuchó en la altura. “Bueno –comentó el viudo de doña Gorgona-. Ahora sé que ya llegó al cielo”…
En el catecismo el Padre Arsilio le preguntó a Pepito: “¿Dónde está Dios?”. El chiquillo nomás se le quedó viendo con ojos muy abiertos. “¿Dónde está Dios?” –repitió el buen sacerdote la pregunta. Otra vez Pepito quedó mudo. “¡Ah!, rebufó el Padre Arsilio con enojo-. ¡Si el próximo sábado no me dices dónde está Dios te las vas a ver conmigo!”.
Llegó Pepito a su casa, y su mamá le preguntó: “¿Cómo te fue?”. “No muy bien –contestó el niño-. Al parecer Dios ha desaparecido, y el cura piensa que lo tengo yo”…
Un hombre nadaba con su equipo de buzo en el mar a 5 metros de profundidad, y vio frente a él a un sujeto que iba sin equipo. Se sumergió el buzo otros 5 metros, y volvió a ver junto a él al individuo. Escribió en su pizarra: “¿Cómo puedes andar sin equipo a esta profundidad?”. El hombre tomó la pizarra y escribió: “¡Me estoy ahogando, indejo!”…
El jurado estaba integrado en su totalidad por mujeres. Después del prolongado juicio le preguntó el juez a la presidenta del jurado: “¿Han llegado ustedes a un veredicto?”. “No solo eso, su señoría –respondió con orgullo la mujer-. ¡Hemos llegado a 12 veredictos!”…
Un ejecutivo estaba tomando clases de aviación. La avioneta en que iba volando sufrió una descompostura, y el motor se apagó. La pequeña nave empezó a perder altura. El señor, lleno de angustia, se volvió hacia el hombre que iba a su lado y le pidió con desesperación: “¡Rápido instructor! ¡Dígame que debo hacer!”. “¡Cómo! –se espantó el otro-. ¡Yo creí que el instructor era usted!”…
Cierto escritor fue acusado por la Liga de la Decencia de haber publicado un libro obsceno. El caso fue sometido a un tribunal. Después del largo proceso en que el nombre del libro apareció todos los días en los periódicos el juez anunció que había leído la obra de la primera página a la última, y que no había encontrado en ella nada obsceno. Con eso declaró inocente al autor y dio el caso por cerrado. “¡Protesto, señor juez! –exclamó hecho una furia el escritor-. ¡Apelaré la sentencia!”…
El encargado del censo le preguntó a Himenia Camafría, madura señorita soltera: “¿Qué edad tiene?”. Respondió ella sin vacilar: “35 años”. El empleado consultó sus tarjetas y le dijo luego: “Hace 10 años le hice la misma pregunta, y usted dio esa misma respuesta”. “Claro que sí –respondió la señorita Himenia-. No soy de esas mujeres que hoy dicen una cosa y mañana otra distinta”…
Una cigüeña le preguntó a otra: “¿Cómo te fue en tus vacaciones?”. “¡Muy bien! –respondió ella, feliz-. Fui a la ciudad, y me la pasé asustando parejitas”…
El misionero que predicaba en lo más profundo del Continente Negro (Nota: África) se preocupó al percatarse de que todos los miembros de la tribu tenían varias esposas. Todos, menos uno, que tenía una sola. “Te felicito, hijo –lo congratuló-, por tener nada más una esposa”. “Gracias, Padre –respondió el nativo con una gran sonrisa-. A las otras me las comí”…
“Vengo a devolver este colador –dijo en la tienda Babalucas-. Está lleno de agujeros”…
El novio de aquella chica se llamaba Galantino Libonier. Para demostrarle su amor ella se hizo tatuar en las pompas las iniciales del nombre de su amado. Le pidió al tatuador que le grabara en una la letra G, y en la otra la L.
Esa noche la pareja fue al popular Motel Kamagua. Ella se despojó de sus vestiduras. Luego se puso on her fours, o sea gatas sobre la cama, y le mostró al galán sus dos hemisferios posteriores. Los vio él y preguntó extrañado: “¿A qué GOL te refieres?”. (No le entendí)…FIN.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018