Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Bodegazo
2013-06-10 | 09:21:03
Según la versión difundida por Alfonso Vázquez Cuevas –un destacado miembro del PAN, que ha sido regidor en el ayuntamiento de Xalapa, diputado local y delegado estatal de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social–, hace un par de semanas se habrían reunido en privado Miguel Ángel Yunes Linares y el dirigente del partido blanquiazul, Enrique Cambranis Torres.
La invitación a comer habría sido por iniciativa del excandidato de Acción Nacional a gobernador, quien presuntamente le solicitó a Cambranis le abriera un lugar protagónico a su hijo, el senador Fernando Yunes Márquez, en el acuerdo político de Veracruz convocado por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien el jueves 30 de mayo presidió la primera sesión ordinaria de la Comisión Plural Estatal de Preservación del Entorno Político de Equidad en la Competencia Electoral, a la que asistieron dirigentes de partidos políticos, funcionarios estatales y el representante de la Secretaría de Gobernación.
La solicitud del exdirector del ISSSTE, según la versión de Vázquez Cuevas, obviamente sorprendió a Cambranis, quien le habría preguntado a Yunes por qué el interés de que su hijo pudiera sentarse a dialogar con el gobernador Javier Duarte, a lo que el aspirante a diputado local plurinominal habría argumentado que necesitaba tener interlocución política de alto nivel.
La inesperada respuesta de Yunes dejó anonadado al presidente del CDE del PAN, por lo que le habría pedido algunos días para reflexionar y tomar una decisión al respecto.
Sin embargo, un día después comenzaron a circular en el portal de YouTube los audios en los que se escucha a Yunes tildar de ladrón de elecciones a Cambranis, enfurecido por las supuestas “cochinadas” que el dirigente estatal del PAN solapó en la elección interna de candidatos a diputados locales por el principio de Representación Proporcional, en cuya lista el expriista quedó relegado hasta el octavo lugar.
La revelación de las opiniones vertidas por Yunes Linares sobre Cambranis, así como la impugnación que finalmente presentó el neopanista ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado contra la elección interna de los candidatos a diputados plurinominales, descartó que el presidente del CDE del PAN pudiera tener alguna cortesía política con el excandidato a gobernador o alguno de sus hijos, los cuales se encuentran actualmente en serios aprietos electorales y legales: Yunes Linares y su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato del PAN a la alcaldía de Boca del Río, han sido denunciados penalmente por el exdirigente nacional y ex panista Manuel Espino Barrientos, por presunto enriquecimiento ilícito. Mientras que la dirigencia estatal del PRI anunció el viernes, que solicitará juicio político contra el senador Fernando Yunes por el caso de la bodega localizada en una colonia de la cabecera municipal boqueña, donde fueron descargados cientos de despensas y bultos de cemento, que según la versión priista serían destinados a la campaña de su hermano.
El senador Yunes Márquez ha respondido que todo se trata de un burdo montaje de la dirigencia del PRI. Pero el problema es que a los miembros de esa millonaria familia neopanista ya casi nadie les cree, pues hasta el origen lícito de su inmensa fortuna está en duda.
En su columna “Prosa Aprisa” del pasado 5 de junio, el experimentado periodista Arturo Reyes Isidoro, a raíz de la gran difusión que hace ocho días se le diera al supuesto asalto que sufriera un conocido representante empresarial en la colonia Petrolera de Boca del Río, rememora un acto de simulación que a mediados de abril protagonizó el hijo mayor de Yunes, quien busca gobernar nuevamente a los boqueños.
“El pasado 18 de abril, con la instantaneidad y penetración que tienen las redes sociales, de pronto empezó a correr la versión de que el entonces precandidato a la presidencia municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, había sido detenido por policías navales.
“Según la versión que se daba era que presuntamente lo acusaban de violar la ley electoral porque andaba mostrando videos en las colonias en los que demostraba que el PRI lucraba con la pobreza y los programas sociales. La presunta detención había ocurrido afuera de un salón llamado ‘Rubí’, en la esquina de la calle 28 y avenida 19.
“De acuerdo a versiones de los presentes, los elementos de la policía naval lo jalaron a la patrulla diciéndole que tenía que ir a declarar al Ministerio Público, pero la gente de inmediato se opuso a que se lo llevaran, haciendo tiempo para que arribara gente de Miguel Ángel con un grupo de abogados y escoltas, y por la fuerza lo bajaron. ‘Minutos después arribó Miguel Ángel Yunes Linares para apoyar a su hijo, y en ese momento se determinó dejarlo en libertad’, dijo una versión en las redes, que se publicó al día siguiente en medios impresos.
“En efecto, por Facebook circularon fotografías donde se ve, en una, al también llamado ‘Chiquiyunes’ arriba de una camioneta-patrulla descubierta, sentado, junto con otros dos jóvenes, pero todos con el rostro sereno y en una actitud muy pasiva; en otra se le observa tranquilo y haciendo la ‘V’ de la victoria con los dedos.
“Las reacciones no se hicieron esperar. Sin mayor averiguación se dio por buena la versión y en cuestión de minutos el escándalo se hizo. Se victimizó a Miguel Ángel Jr., y se acusó entonces al gobierno del estado de represión. Con la mala imagen que arrastra la administración estatal se le condenó y hasta la fecha se piensa que las cosas ocurrieron tal como se dijo.
“Los navales son gente seria, apartidista. Nunca hubo tal detención. El acto político de Chiquiyunes sí lo hubo, pero de pronto fueron informados que se acercaba un grupo de personas contrarias y se temió una agresión, por lo que se decidió que Miguel Jr. se retirara, pero mientras llegaban por él, para evitar que alguien lo agrediera, por autoprotección se subió a la camioneta de la policía a esperar. Eso fue todo. La versión es corroborable con los altos mandos de la Marina.
“Incluso el 21 de abril, el comandante de la Tercera Zona Militar, Jorge Alberto Burguete Keller, desmintió la versión de la detención. ‘No hubo ninguna detención del señor Miguel Ángel Yunes’, y agregó que si éste aparecía arriba de la patrulla ‘eso no quiere decir que lo hayamos detenido’.
“Miguel Ángel Jr., no tuvo la honestidad para aclarar la verdad. Ante el vuelo que tomó la versión, la dejó correr para sacar provecho político y para su imagen”, concluyó el columnista.
Por este y otros tantos embustes, que no los diferencian mucho de los malos priistas que tanto critican, es que la elección se les estaría complicando a los Yunes en Boca del Río, donde en 2007 el primogénito del entonces director del ISSSTE ganó la alcaldía con un apretado margen, porque tres horas antes de que cerraran las casillas el día de la votación, la maestra Elba Esther Gordillo habría hablado telefónicamente con el gobernador Fidel Herrera Beltrán para que sacara las manos de esa elección.
Pero ahora la exlideresa nacional del SNTE está encerrada en el penal de Santa Martha Acatitla, y el exgobernador Herrera, como un militante más, se apresta a operar electoralmente a favor del priismo en la cabecera del distrito que representó como diputado federal, elección que en julio de 1997 ganó a pesar de que Miguel Ángel Yunes, desde la Secretaría de Gobierno, maniobró en su contra.
Ello parecería explicar –según la versión de Alfonso Vázquez Cuevas– la necesidad de Yunes por buscar a través de Cambranis “tener interlocución política de alto nivel” con el gobernador Javier Duarte.
Y es que Yunes no tiene a quién más recurrir, pues en 2011, a través de su hijo Fernando, a la sazón diputado local, por conducto del entonces coordinador de la bancada priista y presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura local, Jorge Carvallo Delfín, el excandidato del PAN a gobernador tuvo acercamientos con Duarte de Ochoa, con el cual habría pactado algunos acuerdos políticos que, para variar, el rencoroso neopanista incumplió por quererlo “chamaquear”.
Como diría el popular cronista televisivo de futbol, Enrique “El Perro” Bermúdez: su tocayo “la tuvo, fue suya… ¡y la dejó ir!”. El problema de Yunes es que ya no le creen.

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