Al dar a conocer Enrique Peña Nieto su equipo de transición, definió el perfil que tendrán los miembros de su gabinete. Se trata de un grupo de jóvenes egresados de universidades privadas y con el sello de paternidad del viejo PRI de las últimas décadas. Son los junior de los dinosaurios. El promedio de edad de un buen número de ellos no rebasa los 45 años.
Se cumplen también los compromisos políticos con líderes sindicales del SNTE y del STPRM, se reafirma el sólido pacto con el grupo salinista y las acorraladas obligaciones con la clase política de Atlacomulco y del estado de México.
El paisanaje imperó en la decisión a pesar de su última declaración como presidente electo que no trabajará con sus amigos.
Con la misma tendencia de los anteriores gobiernos priístas en el estado de Veracruz, donde Fernando López Arias al igual que el presidente Luis Echeverría, se les daba la oportunidad a las nuevas generaciones, con la salvedad que en los puestos clave, colocaba a los que tenían mayor experiencia.
Se repite con Peña Nieto la marginación de la clase política veracruzana que se mantuvo durante los dos últimos sexenios de gobiernos panistas. Las épocas doradas donde se contaba con varios secretarios de estado nacidos en esta entidad han desaparecido. Se llegó a tener hasta tres titulares de gobernación como Ángel Carvajal, Jesús Reyes Heroles y Fernando Gutiérrez Barrios. Sin contar Adolfo Ruiz Cortines y Miguel Alemán que alcanzaron la Presidencia de la República.
Para los analistas políticos este continuo relegar de veracruzanos no tiene explicación, fuera de la carencia de aquella idiosincrasia jarocha al margen del talento, preparación académica y capacidad de negociación que los caracterizaba.
Una gravedad generacional de manera continua no es más que la máscara de la actual mediocridad política.
No resultó una sorpresa la alianza del PRI con la Iglesia Católica, como el caso de la designación de un cura en el equipo de transición del gobernador electo de Yucatán, Rolando Zapata Bello. Se trata del exrector de la Universidad Anáhuac, José María Sabín.

La minoría gobernante

Para el consejero estatal del PRD Aníbal Payan Arenas, al refutar al alcalde de Córdoba Francisco Portilla, sobre la mayoría adquirida por el PRI en la pasada elección, se le hizo ver al notario y exprocurador estatal, que de los 50 millones de votantes lograron apuradamente la tercera parte de la ciudadanía electoral. Sin contar el elevado porcentaje de mexicanos que se abstuvo de votar. Todo ello representa un 70 por ciento del pueblo de México que no votó por Peña Nieto.
Payan Arenas concluye en su respuesta: “no puede ser una minoría quien gobierne a una mayoría”.

Actuar con transparencia

De crearse la Comisión Anticorrupción que propone el presidente electo Enrique Peña Nieto, que pasaría en los hechos judiciales de acuerdo con la columna publicada el pasado martes 11 de septiembre en un medio impreso en el puerto de Veracruz, donde con nombre y apellidos designa a los contratistas consentidos y los funcionarios estatales que recibían los famosos “diezmos”.
Es un documento claro y preciso de un reconocido periodista veracruzano.
Peña Nieto presentó su propuesta de reforma constitucional para fortalecer el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. En dicha iniciativa otorga el poder de “vinculatorias, definitivas e inatacables” las resoluciones de dicho organismo para que ninguna autoridad federal, estatal o municipal evada la responsabilidad de informar y con ello actuar con una total transparencia y con un pleno compromiso de rendición de cuentas.