La gente de este país está cansada, hastiada y agobiada por la intensidad de las campañas políticas que a como dé lugar, cada candidato se mete hasta lo más íntimo del hogar en el debate diario de lo que pretende ser el fin del mundo ante el discurso catastrofista y de feroz competencia entre unos y otros aspirantes presidenciales, que son aderezados en su lucha, a lo que nada escapa ante un mundo cada vez más mediatizado de quienes buscan llevar agua a sus molinos.

El debate de los candidatos presidenciales programado por el IFE para la televisión, ha ocupado una notable audiencia por el enorme interés que logró despertar entre los ciudadanos.

En una férrea lucha, los tres más fuertes aspirantes a ocupar los Pinos, como son Enrique Peña Nieto; Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, en donde el candidato Gabriel Cuadri, no tiene ningún merito político, sino únicamente va a estar en la boleta electoral para hacer bulto como el representante del SNTE.

En el análisis frio de los especialistas de la política, hacen la revisión puntual del trabajo de Peña Nieto, Vázquez Mota y AMLO, se han dado los pormenores en lo relativo a los aciertos y desaciertos de cada uno de los candidatos, de sus estrategias y de sus equipos de trabajo en donde hasta se han tenido que reconformar como ha sucedido con Pina.

En cada segmento, las reflexiones coincidentes en su mayoría han dado como un hecho que la ventaja del candidato del PRI y el Partido Verde en la alianza Unidos por México, Enrique Peña Nieto, su posicionamiento electoral rebasa el 50 por ciento de las preferencias y por lo mismo, le ha significado desde antes de iniciado el proceso, una ventaja significativa sobre sus adversarios, que no han podido tener el éxito esperado hasta el momento en sus campañas políticas que hablan más por sus errores y la ausencia de propuestas reales.

La lucha es por quien tiene el segundo lugar en las posiciones electorales y quien ganó el debate, en una acelerada guerra entre los especialistas y entre los propios dirigentes de los partidos políticos y de sus respectivos coordinadores de las campañas de Josefina Vázquez Mota candidata del PAN y de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de los partidos de izquierda.

Pelea por segundo lugar

Josefina y AMLO se han concentrado en una lucha entre sí, peleando ambos el segundo lugar de posicionamiento electoral para competirle el próximo primero de julio a Enrique Peña Nieto. Se trata de buscar acercarse para reducir la enorme ventaja.

Los factores al efecto Peña Nieto, son su juventud, su personalidad, el trabajo anticipado con el apoyo de la televisión en su mandato como gobernador en el estado de México y en pocas palabras se trata de un proyecto político bien planeado y estructurado, en donde los pasos que ha dado en su estrategia política hasta el momento le han funcionado, a pesar de que en un momento se llegó a decir que la salida Humberto Moreira de la dirigencia nacional del PRI relevado por Pedro Joaquín Codwell, un político experimentado, ponía en peligro su proyecto político y la medida le funcionó.

También, el arranque exitoso de su campaña política en el estado de Jalisco, una entidad gobernada por el PAN, Enrique Peña Nieto, demostró como candidato del PRI, que sus expectativas son amplias y que no son limitadas. Se percibe a un personaje entrón y que está apuntalado por un equipo de trabajo y de asesores con mucha experiencia en la operación política y por ende que le han dado certidumbre a su campaña política, que lo tiene con una buena ventaja.

La personalidad de Enrique Peña Nieto y su origen ligado a una familia de abolengo político priista en el estado de México como lo es Alfredo del Mazo, le han permitido, crecer rápidamente para hacer una solida carrera política meteórica, y ahora dispuesto a enfrentarse a nuevos paradigmas y ofrecer a los mexicanos, programas serios para la solución de las grandes problemáticas nacionales en donde en primer término deberá dar impulso al empleo, la seguridad, la educación y la salud, posiblemente en ese orden de importancia y para eso, tendrá a los más experimentados personajes priistas, de la sociedad civil y de la academia.

Las encuestas son determinantes a que la gente vote este primero de julio por Enrique Peña Nieto, que le adelantan cierta certeza a su triunfo, a pesar de que sus adversarios del PAN, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador del PRD, PT y el Movimiento Ciudadanos, estén haciendo también intensas campañas de acercamiento con la gente, pero en el poder de convocatoria se ha visto la diferencia con Peña.

El candidato del PRI pareciera que va en caballo de hacienda, pero no, se trata de un trabajo intenso y muy serio que desarrolla bajo un estricto programa y una agenda que ha sido puntual en los temas abordados ante los electores.

Calderón: demócrata

Aunque tres de los candidatos presidenciales son personajes altamente conocidos por los electores, que en forma abierta responden a las preguntas de los ondeos y las encuestas, porque hay en México, en el gobierno de Felipe Calderón, una amplia apertura democrática, y contrario a lo que se pensó, el presidente de este país, no ha metido las manos en el proceso a favor de la candidata de su partido.

Asimismo el Instituto Federal Electoral, un organismo ciudadanizado, que está bajo la lupa del tribunal federal electoral que le ha solicitado esquemas transparentes en el programa de los conteos rápidos el día de las elecciones. Aquí AMLO fiel a su estilo criticó al IFE en su desenvolvimiento como parte de su reacción a su estilo.

Los ideólogos y operadores políticos de Vázquez Mota y López Obrador, han fallado y los ideólogos de Peña, ahí la llevan con la realización de los spots regionalizados con temas y mensajes particulares, lo que indica que en esta ocasión se posiciona al candidato y no a un slogan ni a los partidos políticos. Esta es la diferencia.

De todos modos en los equipos de campaña de Josefina y AMLO, existe una voluntad inquebrantable de lucha hasta el último día de campaña.

Duelo de ideas o de promesas

En la evaluación a los resultados del primer debate presidencial, se tendrá que esperar al trabajo puntal de los analistas políticos en los próximos días, porque no se pueden esquematizar las percepciones nacionales a este primer evento que atrajo la atención de mucha gente en el país más que un simple partido de liguilla del futbol profesional.

Aquí la revisión de los argumentos, propuestas y defensa de sus propias causas por los especialistas, se darán en los siguientes días, cuando las encuestas y sondeos determinen quien ganó el debate de los cuatro aspirantes presidenciales, y esto signifique o un mayor posicionamiento para Peña o que se acorte la distancia con Pina o AMLO.

La alternancia

Pero lo que más llama la atención es que el presidente Felipe Calderón, tiene una postura demócrata y con un proceso electoral “sui generis” ante lo que representa la alternancia en el poder presidencial en el país, con una significativo mensaje al orbe en torno al avance de una nación plural, que contribuye a solidificar un país, que ante los grandes problemas nacionales, las fuerzas cupulares del poder político y económico, así como la propia sociedad civil, dan cuenta de que las elecciones, no significan el fin del mundo y que gane quien gane, no habrá revanchismos, ni cacerías de brujas y menos represión o consignas en contra de quién deja el poder o de los enemigos políticos.

Una nueva época política, plural en donde sin distinción de siglas, pareciera que el carro completo que puede lograr Peña Nieto, no conviene a nadie y por lo mismo, una luz al final del túnel percibe acuerdos entre las cuatro fuerzas políticas en disputa, que tendrán que coincidir con un gobierno de coalición en donde todas las fuerzas comulguen para reducir los tres graves problemas que preocupan: impunidad, corrupción y pobreza.

México está por dar una lección al mundo de madurez democrática. Esto es lo que más conviene al país. Apostar por la legalidad y gobernabilidad es lo que esperan las grandes mayorías para dejar de una vez por todas, el pleito de perros y gatos entre políticos y las cúpulas del poder económico, acostumbrados del erario público.

A nadie debe extrañar que la verdadera lucha electoral se concentre en cada distrito del país y en cada entidad por las diputaciones y las senadurías. Aquí está la clave del equilibrio de los poderes de la balanza política, y a la que son pocos los que dan un seguimiento puntual mediático a las encuestas, por lo que hay mucho camino por recorrer en el terreno de las definiciones políticas que pueden varias como la bolsa de valores de forma inesperada. Así las cosas.