Con un tono diferente ya no pidió el gobernador Javier Duarte de Ochoa el apoyo del gobierno federal para los miles de veracruzanos que perdieron sus casas y pertenencias con el paso de los huracanes. En esta ocasión fue el reclamo exigente del que ya, se terminó el tiempo de espera.
Con una nueva actitud mental, el gobernante veracruzano señaló que los damnificados no quieren saber de las largas disputas entre los gobiernos o los tradicionales trámites tortuosos y burocráticos. No más demoras, lo único que quieren son resultados.
Ya no es tiempo de lamentaciones, llegó la hora de reparar los daños. El Ejecutivo estatal resaltó que el verdadero valor no es el hablar sino de hacer.
Puso como ejemplo el valor y el coraje de los veracruzanos que han sufrido la mayor de las adversidades y que nunca se abaten. Estas calamidades tuvieron el don de despertar entre la población, habilidades que en otros tiempos hubieran permanecido dormidas.
Como coordinador de la Comisión Ejecutiva del Fondo de Reconstrucción, Javier Duarte demandó modificar las reglas de operación del Fonden. Problema que despertó el interés de la reunión que por primera vez asistieron ocho gobernadores y nueve representantes de gobiernos estatales.

Se acabó el negocio

Todas las rutas de los migrantes centroamericanos pasan por el estado de Veracruz. Por lo que es considerada como la más peligrosa. Tan solo en cinco meses hubo once mil 333 personas plagiadas en ese tránsito.
La nueva Ley de Migración señala que en ningún caso una situación migratoria irregular representará la comisión de un delito.
Crea un respeto irrestricto de los derechos de los mexicanos y extranjeros, sea cual fuere su origen, género, etnia, edad y situación migratoria.

Maldición panista

¿Cuál será el verdadero problema que los gobiernos panistas no puedan realizar ninguna obra de infraestructura de importancia? Un simple recuento de grandes obras prometidas, que aún siguen en su etapa de planeación o ya están debidamente canceladas: La refinería de Tula, el aeropuerto alterno de la ciudad de México, la hidroeléctrica La Parota, el puerto de Tuxpan con refinería y la salida de los productos petrolíferos del paleocanal de Chicontepec, el aeropuerto de la Riviera Maya, el ambicioso proyecto de Punta Colonet en Baja California, el lanzamiento del proyecto petroquímico Fénix en Coatzacoalcos, y así se podría continuar con toda una serie de espectaculares anuncios del gobierno federal.
Se podría decir que existe una maldición para que los gobiernos panistas no puedan culminar ninguna obra de trascendencia nacional o será que existe toda una maraña de intereses ocultos.