De pronto se hizo un carrusel de medios informativos para impulsar, en los más importantes tanto en Veracruz y a nivel nacional, entrevistas del ex gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, bajo el sello de “exclusivas”. Tanto en medios electrónicos como impresos.
Como siempre, e incluso hecho cliente en este corporativo radiofónico, comenzó con el noticiero nocturno a cargo del periodista Ciro Gómez Leyva en Imagen Televisión, luego en Radiofórmula en la emisión que conduce el mismo comunicador, y así se empezó a destapar algo que periodística y aparentemente tiene mayor fuerza que aquella fallida e incumplida promesa de Miguel Angel Yunes Linares de “el primero de diciembre daré a conocer algo que cimbrará al país”.
Y es que eso a lo que tanto se refería Yunes, con lo que extorsionó al gobierno federal, principalmente a Enrique Peña Nieto, entonces presidente, cuando en octubre del 2016 el oriundo de Soledad de Doblado lo anunció con todo y el colmillo retorcido que le caracteriza, ahora parece que lo va despicando poco a poco el propio Duarte.
En una mañana del mes de junio del 2013, casi a mitad de su mandato, en su oficina de Casa Veracruz, el entonces gobernador, en la plenitud del poder, presumía al reportero un cuadro mayor al tamaño común que se acostumbra en los despachos de los funcionarios, en el que se observaba el rostro del mexiquense Peña Nieto.
Y ante el cuestionamiento sobre los grupos políticos, los enemigos ganados en el camino y a la confrontación con su antecesor, Fidel Herrera Beltrán, Duarte dirigía su miraba a la enorme foto, parado de espalda, y con el pulgar hacia atrás, señalando la imagen, decía: “Este es mi guía, es al único que me debo, es el que respeto y al que obedezco, de ahí en fuera nadie debe decirme como debo hacer las cosas”.
Sin duda que el recuerdo salta cuando se lee en la entrevista exclusiva publicada en el periódico IMAGEN, que el mayor enojo de Miguel Ángel Osorio Chong, hasta su renuncia en enero del 2018 como secretario de Gobernación, el encargado de la política interna del país, y al que los cercanos a Peña nunca dejaron ejercer su poder libremente, fue haber sido “brincado” por Duarte y pedirle al Presidente Enrique Peña Nieto que autorizara homologar las elecciones para gobernador y acortar el periodo de seis a dos años.
Ese fue su mayor enfado, reitera, porque él quería que el periodo fuera de seis años para apoyar a su amigo, Miguel Angel Yunes y que una vez sentado en el palacio de Veracruz lo ayudara a su vez, para llegar a la Presidencia, pero al autorizarle Peña que fuera por dos años, se desató la furia del titular de la Segob en el país, y es donde lo traiciona. Así que cuando pidió licencia como gobernador de inmediato se liberan las órdenes de aprehensión en su contra.
Cierto, una de tantas aristas que Duarte empieza a revelar como un telón en el teatro, es el tema de la gubernatura de dos años y el enojo de Osorio, pero sin duda que siempre se ufanaba de su cercana relación con el Presidente, y era siempre consentido, hasta que la “grilla” lo hizo presa de los desprecios públicos y de los desplantes del entonces mandatario.
Su “enframiento” fue poco a poco hasta llegar al final de no respaldarlo en la exigencia de Osorio por renunciar y todo lo que ya se sabe.
Lo que despertó más curiosidad es la forma en que de pronto se desencadenó el esquema mediático del ex gobernador. Desde el reclusorio, dando entrevistas al por mayor. El contacto para los medios, fue su cuerpo de abogados, haciendo una escrupulosa selección de medios y de reporteros a quién darle las ocho columnas garantizadas de sus medios.
Hay quienes afirman que es sospechoso este comportamiento del cordobés, después, claro, de haber solicitado la presencia de un fiscal o fiscales federales a quienes también rendir cuentas sobre la información que posee y que en parte ha hecho pública.
Algo parece venir en los próximos días. Por lo pronto anoche fue revelado en el noticiero IMIAGEN televisión, un video donde aparece el propio Duarte en el hotel donde fue detenido el 15 de abril del 2017 en Guatemala, para evidenciar y desmentir que había sido capturado y confirmar que efectivamente se trató de un acuerdo, de un pacto, por lo que se entregó en ese lugar ante las autoridades mexicanas y de aquel país.
Se cae pues todo el teatro montado en ese entonces. Y eso deja muy mal parado a las autoridades de la PGR , y del propio secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio. Salpicará, como él mismo, admite en la entrevista, hasta a Peña Nieto.
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