La detención de la lideresa de 400 pueblos y la liberación de la misma, en ambas ocasiones, ha evidenciado que se tiene en el sistema político y de gobierno en Veracruz, otra lucha más por el poder.
Al menos, y con sus reservas, parece que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Alvarez Peña, que ya había dado muestras de ellos, se ha sumado abiertamente a la confrontación, en una guerra fratricida.
Hay que recordar que ambos descienden del mismo árbol. El mismo liderazgo que simuló actuar contra la corrupción y en favor de los veracruzanos, pero que no fue más que una farsa para satisfacer odios personales y usufructuar parte de lo robado por sus antecesores, el jefe del clan, Miguel Angel Yunes Linares.
En el camino, y como buen camaleón, Alvarez Peña decidió cobijarse con el régimen de Morena y venderse en un estilo similar a lo sucedido en el pasado, pero con un colmillo más que retorcido, seguro que solo entregó migajas para ser perdonado, y en mayo de este año decidió aliarse a la guerra de quienes encabezan el gobierno estatal contra el Fiscal Jorge Winckler, hasta entonces su hermano de grupo político.
De esta forma el Magistrado Presidente del TSJ se entregó en los brazos de Eric Cisneros y Morena. Y en una sorpresiva y polémica aparición pública, sentado junto al secretario de Gobierno, en un céntrico café de Xalapa, se lanzó contra el responsable de la aplicación de la Justicia en Veracruz. Traicionando, así parece, algo que sin embargo, deja muchas dudas, a su ex jefe y socio, Miguel Angel Yunes.
En torno a dicha oscura alianza, los medios informativos dieron cuenta a los pocos minutos de que intencionalmente se dejaron ver los funcionarios, que:
“El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez Peña, se unió a las acusaciones en contra del Fiscal Jorge Winckler Ortiz y sostuvo que hay casos que llevan meses, a pesar de que jueces de control giran órdenes de aprehensión contra los delincuentes”.
Y por el mismo boleto y para que no hubiera duda, sobre el otro personaje, se escribió:
“Por su parte, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, afirmó que el líder delincuencia El Lagarto, recién capturado en Campeche, usaba camionetas de la FGE, según los indicios que hay. También declaró que en el sur del estado, la gente señala que el Fiscal General tiene vínculos con este grupo criminal y que lo van a terminar por comprobar”.
Álvarez Peña, dijo que tienen reporte de órdenes de aprehensión giradas por jueces de control, que no son “recogidas” por la Fiscalía General del Estado.
“Hemos tenido reporte de algunas solicitudes de órdenes de aprehensión que no han sido recogidas o no ha pasado por ellas, el órgano fiscalizador que las solicita, se ha dado en diferentes juzgados. No sabemos si es descuido o alguna otra razón”, dijo.
Esa actuación del encargado de los juzgados que pretende perpetuarse al frente del organismo judicial, y más por los millonarios intereses que en éste se mueven, ha dejado mucho que desear, y tal parece que ha sorprendido al gobierno morenista, pues el Poder judicial con una rascada tiene para que brote toda la cloaca del mismo.
Sin duda que Edel sabe jugar en política, y también con las fichas. Y frente a esto Winckler, le mete un poco de política, y cachetea a uno pero le tiende la mano al otro para limar asperezas diciendo incluso que siempre lo encuentra para trabajar coordinadamente:
“No se puede debatir con alguien de ese nivel intelectual y profesional, alguien que no sabe de las reglas elementales del proceso penal” dijo Winckler a los pocos días, en un toma y daca de baja ralea con el secretario de Gobierno.
Mientras que con lo dicho por Edel respondería:
“Se que siempre encontraré en el magistrado Presidente la voluntad de trabajar de manera institucional por el bien de Veracruz y que cualquier omisión de las instituciones que representamos será corregida, investigada y sancionada” dijo al anunciar que se reuniría con el susodicho.
Reunión de la que ya no se supo pero de que se ha desatado una batalla precisamente entre instituciones, y que revive por ende, lo que en mayo se vio públicamente.
Este fin de semana la lideresa de los 400 pueblos Alfonsina Sandoval Urbina fue detenida hasta en dos ocasiones y puesta a disposición de jueces diferentes, y en ambos actos, esta fue liberada, a pesar de que se le fincaron delitos como lesiones dolosas calificadas, privación ilegal de la libertad y robo de vehículo.
Cabe señalar que esta organización mantiene sitiada la Fiscalía desde la semana pasada. Y si la liberación por parte de los jueces de una lideresa a la que la Fiscalía ha consignado, no es una guerra entre dos entidades que conforman un gobierno, alguien debe explicarlo.
Sobre el caso, el Fiscal General emitió un comunicado donde señala que Alfonsina N fue detenida el pasado 4 de julio bajo las acusaciones antes mencionadas contra el grupo Liberación Veracruzana, hechos ocurridos en febrero en el predio El Guayabo, en tanto por otras agresiones ocurridas el 26 de enero del 2017, y tras consignarla a los juzgados fue liberada, pero la Fiscalía aclara que a pesar de ello, Alfonsina N no se encuentra exonerada de las acusaciones que le realiza la Fiscalía, “los procesos penales en su contra siguen su curso” y que su “situación jurídica será resuelta el próximo 10 de julio”.
Esto es apenas, una mala señal entre ambos entes judiciales. Nada bueno para Veracruz. Si ya con el gobierno y la Fiscalía era suficiente, la cosa, como dicen por ahí, se pondrá peor.
|
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto
Reservados todos los derechos 2018 |
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto
Reservados todos los derechos 2018 |